Crystiam Estrada Sánchez
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Hoy como siempre te extraño, pero no con lágrimas sino con alegría, porque cada una de las palabras y enseñanzas que me dabas y decías, se están cumpliendo paso a paso.

No estoy sólo madre mía y tampoco me he muerto porno comer (jajajajaa) sé que eso es lo que más te preocupaba antes de partir, que no me quedara sola y que quien me haría de comer, pues mi compañera eras tú y quien me hacía de comer también.

Hoy tengo un excelente esposo a mi lado, mis hermanos me acompañan y están conmigo juntos en las buenas y las peores, tengo dos hermosos hijos, un niño y una niña, un excelente trabajo donde grandes hombres me han permitido desarrollarme profesionalmente, he pagado mis deudas con el esfuerzo de mi trabajo y brindo a los demás cada que puedo mi ayuda.

Bien decías que no te preocupaba tanto mi soledad, porque sabias que tenía muchos amigos y amigas de verdad, así ha sido madre mía, muchos de ellos y ellas me han ayudado y me han tendido la mano en los peores momentos; pero en los de felicidad también me han acompañado siempre. Sé que la soledad a la cual le temías y no deseabas para mí, era la de una pareja, te preocupaba no tuviera familia y me quedara sin tener una; pues creo que algo le debo a Dios que me pagó con una bella familia.

Por la comida ya no te preocupes, aprendí a cocinar, bien decías que la necesidad hace al ser humano libre y autosuficiente, me paso a mí, apreciada madre y todos los días como muy bien, sobre todo porque a cada casa que llego hay alguien que me invita un plato de comida y como tengo amigos nunca falta quien me haga el favor de invitarme a su mesa a degustar de lo rico que es comer.

Cuánta razón tenías madre y cuánta razón tienen todas las madres del mundo, nos preparan y nos dicen las cosas por nuestro bien, si vieras todo lo que me ha servido lo que tú me enseñaste, te reirías de mí. Pero sé que desde allá me ves y también a mis hermanos, sé que te hace feliz vernos bien y luchando contra las mentiras e injusticias que conociste decían de tus hijos.

Me siento tranquila y feliz de saber que le dimos la pelea al cáncer y que Dios fue quien decidió te fueras a descansar de ese mal y de muchos más que dañan al ser humano, la tristeza de ver a tu hijo lejos de ti te hizo recaer más, sin embrago no le dese mal a quienes nos dañaron con sus calumnias, ya que sé querida madre que en lugar de hacernos mal nos unieron más y nos hicieron más fuertes. Me da tristeza que eso te haya afectado más en tu enfermedad, sin embargo creo que tuvimos el tiempo exacto para disfrutarte, darte y amarte todo lo que quisimos.

Hoy tus hijos somos libres y felices, la lucha ha sido difícil pero con Dios todo se puede. Hoy tú descansas, pero todos estos cuatro años te recuerdo. Gracias por todo madre mía, GRACIAS DIOS POR PRESTARMELA.

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P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?