Mientras el ex gobernador Manuel Andrade Díaz refrendó su amistad con Federico Madrazo Rojas hasta expresar, jocoso, que “¡lo quiero un chingo!”, el diputado Marcos Rosendo Medina Filigrana prendió “luces amarillas” a las autoridades electorales por considerar que el senador Carlos Puente Sala pudo incurrir en un acto anticipado de campaña al “destapar” a su correligionario del PVEM como candidato a la elección de gobernador en 2018.

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Aunque consideró que el predestape del dirigente nacional del PVEM a favor de Madrazo Rojas es un “asunto interno de su partido” y que aún falta mucho tiempo para la contienda de candidatos y de gobernador, el presidente de la mesa directiva del Congreso estatal supuso que tal declaración podría configurar un delito electoral debido a que “casi casi se le indició, sino que también hizo propuestas de cómo sería su eje de gobierno”, apuntó.
“Y eso me parece que implica posibles actos anticipados de campaña”, reflexionó Medina Filigrana al dejar a “los que se sientan afectados” la oportunidad para hacer “valer estos argumentos” ante los órganos electorales que, añadió, “deberían tomar nota” del pronunciamiento del senador Puente Sala.

“Lo quiero un chingo”: Manuel Andrade
Al salir de la junta previa a la sesión ordinaria de este jueves de la soberanía estatal que a su parecer “no trae nada relevante”, el coordinador de la bancada del PRI respondió a cuestionamientos de los reporteros sobre el mismo tema.
Andrade Díaz reiteró que no está en “desacuerdo” con la inesperada declaración del senador Puente Sala al momento de mencionar que a Madrazo Rojas “políticamente lo veo bien, creo que es una gente que tiene presencia, trabajo, méritos para aspirar a muchas cosas”, añadió y tras manifestar que “no sabe” si tales cualidades le alcanzarían para ganar la contienda de gobernador, afirmó que el hijo del ex gobernador Roberto Madrazo Pintado, a quien él sustituyó luego del interinato de un año de Enrique Priego Oropeza, “tiene su presencia política importante, propia y heredada, ¿no?”
Antes de abordar el ascensor de la segunda planta del Palacio Legislativo, el priista dijo no saber si en un eventual caso apoyaría a su actual homólogo del PVEM, pero en cambio, exudando orgullo, enfatizó: “¡Es mi amigo y lo quiero un chingo…!”