Al Asad ofrece diálogo pero seguirá su lucha
El presidente sirio ha acusado a los rebeldes de no ser opositores sino «terroristas» que atienden a intereses extranjeros, lo que convierte a la guerra en «un conflicto externo y una ocupación política». Damasco Agencias El presidente sirio, Bachar al Asad, se dirigió ayer a la nación por primera vez en medio año con un […]
7 de enero de 2013

El presidente sirio ha acusado a los rebeldes de no ser opositores sino «terroristas» que atienden a intereses extranjeros, lo que convierte a la guerra en «un conflicto externo y una ocupación política».

Damasco
Agencias
El presidente sirio, Bachar al Asad, se dirigió ayer a la nación por primera vez en medio año con un discurso en el que prometió seguir su «guerra contra el terrorismo» y lanzó una nueva propuesta política, rechazada tajantemente por la oposición.
En su plan de tres fases para alcanzar un acuerdo político en Siria, Al Asad exigió que, en primer lugar, cese el suministro de armas y el apoyo financiero a los «terroristas», tras lo cual el Ejército sirio detendrá sus operaciones para permitir el regreso de los desplazados y se iniciará un diálogo nacional con el objeto de elaborar una nueva Constitución y elegir a un nuevo gobierno.
«Los terroristas que combatimos son los mismos a los que se enfrenta Occidente en Afganistán», ha declarado ante las cámaras de la televisión estatal siria, que ha transmitido en directo su mensaje.
«El sufrimiento en tierra siria es abrumador. No hay lugar para la alegría mientras que la seguridad y la estabilidad están ausentes en las calles de nuestro país», ha enfatizado el presidente en otro momento de su intervención, donde ha animado a llevar a cabo «movilización nacional total» para luchar contra los rebeldes, que ha calificado de terroristas de Al Qaeda y «marionetas de Occidente».

Los rebeldes: un puñado de criminales

Para Asad, los rebeldes que se enfrentan a sus tropas son «terroristas» y «criminales» que albergan la ideología extremista de Al Qaeda. «Estos son los enemigos del pueblo, los enemigos de Alá», afirmó el presidente. «Lo llaman revolución pero no tiene nada que ver con una revolución. Una revolución necesita pensadores. Esos son un puñado de criminales», agregó.
Asad ha insistido en que su misión es «sólo defender a Siria de sus enemigos», en lo que calificó como un conflicto «nunca visto» en la región. Según sus propias palabras, se trata de un conflicto entre Siria y aquellos que quieren su partición, «no entre el gobierno y la oposición, sino entre el país y sus enemigos, entre el pueblo y sus asesinos».
En la misma línea, ha acusado a los rebeldes de no ser opositores sino «terroristas» que atienden a intereses extranjeros, lo que convierte a la guerra en «un conflicto externo y una ocupación política».
«Mantendremos un diálogo con cualquiera que discrepe mientras sus principios estén basados en el patriotismo y no quieran vender el país a sus enemigos», ha agregado Asad.
Es la primera vez que Asad comparecía desde que en una entrevista a una televisión rusa el pasado mes noviembre se comprometió a permanecer en Siria y luchar hasta la muerte si fuese necesario.

Oposición siria rechaza iniciativa de paz
La oposición de Siria rechazó ayer la iniciativa de paz propuesta por el presidente Bashar al-Assad, al señalar que está destinada a arruinar los esfuerzos diplomáticos para poner fin a casi 22 meses de conflicto.
La Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria rechazó toda propuesta que contemple mantener en el poder al régimen de al-Assad, precisó el portavoz de la principal coalición opositora siria, Walid al Bunni, citado por la cadena árabe Al Arabiya.
Recordó que durante la formación de la coalición opositora dejaron claro que el objetivo de los sirios era sacar del poder a al-Assad y que «la muerte de 60 mil mártires no será en vano para permitir que un régimen tiránico se mantenga en el poder».
El jefe de Estado Mayor del rebelde Ejército Libre Sirio, Salim Idris, también rechazó cualquier diálogo con el presidente al-Assad porque la insurgencia está convencida de que el poder acabará en sus manos.

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