Agricultura de escala
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“Nunca llegarás a tu destino si te paras a tirar piedras a cada perro que ladra” Winston Churchill
Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
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El mundo ha logrado un gran éxito en el aumento de la producción agrícola y la seguridad alimentaria, en los últimos 50 años se alimenta a más de 7 mil millones de habitantes del mundo con tierras de cultivo limitadas. El rendimiento de grano aumentó de 1.2 a 3.7 ton/ha durante el período de 1961 a 2017 (FAO, 2017). Paralelamente se enfrentan grandes desafíos; más de la mitad del fertilizante nitrogenado utilizado en la agricultura se pierde en el medio ambiente, desperdiciando el recurso, produciendo amenazas para el aire, el agua, el suelo y la biodiversidad. Para reducir estos impactos y promover el desarrollo sostenible de la producción agrícola, se han propuesto medidas, como aumentar el uso de tecnologías modernas o el uso de biocarbono (como mejorador del suelo).
Sin embargo, pocas medidas han considerado el tamaño de la finca cuando se trata del desarrollo agrícola y la sostenibilidad. De hecho, las granjas de pequeños agricultores en todo el mundo ocupan hasta el 40% de las áreas agrícolas y suelen tener menos de 2 hectáreas, aunque la definición de “pequeño propietario” varía en cada país. La agricultura a pequeña escala puede presentar una barrera para el desarrollo agropecurio sostenible, especialmente para los países donde son la mayoría. Estudios anteriores han indicado que el uso de fertilizantes por hectárea disminuye a medida que aumenta el tamaño de la explotación. Otros factores de la agricultura, como la productividad, la eficiencia y el ingreso rural, también pueden estar estrechamente relacionados con el tamaño de la finca.
China es una región típica que aún está dominada por las granjas de pequeños agricultores, que representan el 35% de los 570 millones de granjas mundiales (2014). El tamaño promedio de las fincas en China sigue siendo relativamente pequeño y se expande con el desarrollo económico, como sucede en los Estados Unidos, Francia y otros países desarrollados. Actualmente cuando se habla de agricultura tecnificada, en los primeros lugares está Israel. ¿Cuáles son las características de esta sociedad, que han permitido ese desarrollo? Allí la agricultura es una industria altamente desarrollada, es un gran exportador de productos y líder mundial en tecnologías agrícolas a pesar de que sus recursos naturales no son favorables; más de la mitad de su superficie es desértica. A pesar de ello, Israel cubre el 95% de sus necesidades alimenticias, completándolo con importación de granos, semillas, carne, café, cacao y azúcar.
Israel es el hogar de dos tipos de comunidades agrícolas, el kibutz y el moshav, que fueron desarrollados por inmigrantes judíos procedentes de todas partes del mundo y lanzaron una iniciativa pionera; aumentar la producción de alimentos y el ingreso de los campesinos, minimizar las pérdidas postcosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización. Los ideólogos planearon los Kibutz como: “un poblado rural multigeneracional, caracterizado por la vida en comunidad, por su administración democrática, responsabilidad por el bienestar de cada uno de sus miembros, la salud, la educación y la copropiedad”
Al revisar la historia del desarrollo agrícola en países desarrollados como Estados Unidos, Japón, Israel y Francia, se revela que estos países lograron la modernización agrícola en el último siglo con éxitos en la agricultura a gran escala, la cooperación agrícola en la producción y las ventas y la mecanización agrícola. Esto sugiere que el aumento del tamaño de la finca puede ser un camino crítico para la modernización agropecuaria.
Un ejemplo con el gobierno japonés que emitió una serie de políticas preferenciales en la década de 1960 para promover la agricultura de escala (la regulación y los subsidios se utilizaron para alentar a los agricultores a consolidar la tierra). Como resultado, el número total de hogares rurales disminuyó rápidamente en un 59.8% y los agricultores que poseen más de 10 hectáreas de tierras aumentaron de 4.7% a 43.2% entre 1960 y 1995. Israel es un país de propiedad estatal del territorio, lo que indica que la tierra es propiedad del país y no se utilizará ni se comercializará libremente. Es famoso por sus sistemas de irrigación, cultivo y buena ciencia y tecnología. Sin embargo, no hay manera de promover espontáneamente la agricultura a gran escala a través de las fuerzas del mercado o incentivos solamente. Por lo tanto, la modernización agrícola israelí se basó principalmente en las políticas gubernamentales y el apoyo financiero, por ejemplo, el desarrollo de infraestructura agrícola y el uso intensivo de la tierra. Por lo tanto, países como México pueden aprender del sistema de ciencia y tecnología agrícola de Israel y la forma de uso intensivo de la tierra para mejorar su agricultura.
