Alimentos orgánicos accesibles
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“Es la ausencia de seguridad en los alimentos la que salta a la actualidad, despierta el interés mediático, preocupa al ciudadano y genera alarma social.” María Neyra

Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
afgha@hotmail.com
jorgequirozvaliente@hotmail.com
En México, la COFEPRIS tiene como objetivo “proteger a la población contra riesgos a la salud provocados por el uso y consumo de bienes y servicios, insumos para la salud, así como por su exposición a factores ambientales y laborales, la ocurrencia de emergencias sanitarias y la prestación de servicios de salud mediante la regulación, control y prevención de riesgos sanitarios”. Dentro de sus funciones está la vigilancia de los alimentos, etiquetado, transporte, establecimientos de venta, que los alimentos NO excedan el límite máximo de residuos de plaguicidas, sustancias tóxicas y microorganismos que se establecen en las normas correspondientes.

En el caso de los quesos se establece que: “La leche que se utilice en la elaboración de quesos deberá ser pasteurizada o de hatos libres de tuberculosis y brucelosis”. Según datos oficiales, en Tabasco no existen más de 200 hatos libres. Por lo que la leche utilizada para la elaboración de quesos debe pasteurizarse. Este proceso se omite con más frecuencia de lo que creemos.

En general todo está reglamentado, para el caso de productos de maíz, la Norma Oficial establece que, no deben contener más de 50 fragmentos de insectos, un pelo de roedor y insectos enteros y excretas, así como de cualquier otra materia extraña que represente un riesgo a la salud, en 50g de productos. Cualquiera que lea esto, se acaba de enterar que ha comido insectos, pelo de rata y algo más… en las tortillas diarias.

Debemos reflexionar sobre las bondades de los productos orgánicos; se denomina así a todos los cultivos que estén producidos sin usar pesticidas convencionales y fertilizantes o regados con aguas residuales. Los productos animales como carne, huevos y lácteos; que no antibióticos u hormonas. Este sistema productivo protege al medio ambiente; el problema radica en que la COFEPRIS ha reglamentado para que los alimentos sean inocuos, sin embargo, no se supervisa el cumplimiento de la regulación. La certificación de los productos orgánicos, no sería necesaria si se aplicara la ley.

El precio de los productos orgánicos es superior, pero podría disminuir si el acceso fuera directo. Los márgenes de ganancia entre comerciantes generalmente rondan el 20% calculados a partir de los precios de venta. Lo anterior implica que, con tres intermediarios y un vendedor final, el producto llega 2.44 veces más caro al consumidor.

La distribución puede darse a través de canales largos donde participan varios intermediarios o canales cortos sin intermediación entre productor y consumidor, o indirectamente si incluye puntos intermedios en la cadena. La elección de una modalidad u otra dependerá de diversos factores como el precio del producto, el público objetivo o el tamaño de la compañía.

En otros países, por ejemplo España, existe un Ministerio de Sanidad y Consumo, de esta institución emana la “Agencia Española de Seguridad Alimentaria” que desde hace casi 20 años publica una guía didáctica que se incorpora a la currícula de la Educación Secundaria Obligatoria, donde se instruye a los jóvenes en temas como: Seguridad Alimentaria, Cadena de Productos, Etiquetado, Higiene de Alimentos, Nutrición y Dietética, entre otros temas. De modo que las últimas generaciones han crecido con una consciencia sólida en este sentido y a la fecha, España es un productor y exportador importante de alimentos seguros a otros países europeos, cuyas normas y estándares de calidad son muy estrictos. Una vez más la solución del problema nos remite a la cultura y educación de la población.