Agrotendencias
¿Dónde diablos sembrarán? (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “Eres lo que comes. Entonces no seas rápido, barato o artificial” Guillian McKeith Elisabeth Casanova García Jorge Quiroz Valiente afgha@hotmail.com jorgequirozvaliente@hotmail.com La producción de leche resulta uno de los contribuyentes más importantes de la seguridad alimentaria. Existen más de 3 millones de productores de leche en […]
27 de enero de 2019

¿Dónde diablos sembrarán?
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“Eres lo que comes. Entonces no seas rápido, barato o artificial” Guillian McKeith

Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
afgha@hotmail.com
jorgequirozvaliente@hotmail.com
La producción de leche resulta uno de los contribuyentes más importantes de la seguridad alimentaria. Existen más de 3 millones de productores de leche en América Latina y el Caribe, de ellos, aproximadamente el 12.3% son empresariales y aportan el 64%, el resto están en sistemas de producción extensivos y aportan el 36% de la producción; un número importante de ellos se desenvuelve en las condiciones tropicales.

Entre 1950 y el año 2000, Estados Unidos pasó de tener un inventario de 22 millones de cabezas que producían 52,000 millones de toneladas de leche por año a 9.2 millones de cabezas de las que se obtuvieron, en el año 2000, 75,000 millones de toneladas. Desde la óptica de unidad animal, en 1940 una vaca promedio producía en EE.UU. 2,086 kg de leche y para el año 2007 el rendimiento promedio por animal, ya era superior a 9,000 kg.

En este sentido es importante destacar que los países de mayor eficiencia en la producción lechera, como son Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Costa Rica, que aunque tienen menor número de productores, basan su productividad en un mejor uso de la tierra y tecnologías modernas y apropiadas. Por otra parte, países como Brasil, Colombia, Ecuador, Cuba, México, Nicaragua, Perú y otros centroamericanos, tienen mayor número de productores con menos rendimiento total y baja productividad.

Prácticamente fue hasta la década de los 80’s que la preocupación principal del sector alimentario fue producir suficientes alimentos para una población creciente. El crecimiento de la superficie para uso agropecuario desplazó la superficie de bosque y selva; llegando a priorizar la producción a la productividad. Posteriormente, se empezó a utilizar un término: “Inocuidad”, es un concepto que se refiere a la existencia y control de peligros asociados a los productos destinados para el consumo humano a través de la ingestión como pueden ser alimentos y medicinas a fin de que no provoquen daños a la salud del consumidor.

Los alimentos insalubres que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades, desde la diarrea hasta el cáncer. Se estima que cada año se enferman en el mundo unos 600 millones de personas (casi 1 de cada 10 habitantes) por ingerir alimentos contaminados y que 420,000 mueren por esta misma causa; las infecciones diarreicas, que son las más comúnmente asociadas al consumo de alimentos contaminados, hacen enfermar cada año a unos 550 millones de personas y provocan 230,000 muertes.

Otro concepto relativamente nuevo es el de sustentable (de algo que puede mantenerse a sí mismo gracias a las condiciones económicas, sociales y ambientales). El desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Debido al gran deterioro ambiental, este concepto ha ido tomando fuerza y es necesario que se considere en las políticas públicas de Tabasco.

En este sentido el fomento de los Sistemas Silvopastoriles, es una opción de producción pecuaria donde las leñosas perennes interactúan bajo un sistema de manejo integral con las herbáceas (gramíneas y/o leñosas) y animales para maximizar los beneficios económicos, sociales y ecológicos.

Actualmente, bajo este enfoque la agricultura moderna está demostrando que el ganado y los árboles no tan sólo pueden coexistir, sino que, pueden proporcionar una fuente adicional de ingresos en tierras anteriormente utilizadas para cultivos y ganadería.

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