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Calidad del agua en Tabasco (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “Agua de Tabasco vengo y agua de Tabasco voy. De agua hermosa es mi abolengo y es por eso que aquí estoy, dichoso con lo que tengo” Carlos Pellícer Elisabeth Casanova García Jorge Quiroz Valiente afgha@hotmail.com jorgequirozvaliente@hotmail.com El poeta tabasqueño que encabeza la columna […]
15 de julio de 2018

Calidad del agua en Tabasco
(tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“Agua de Tabasco vengo y agua de Tabasco voy. De agua hermosa es mi abolengo y es por eso que aquí estoy, dichoso con lo que tengo” Carlos Pellícer

Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
afgha@hotmail.com
jorgequirozvaliente@hotmail.com
El poeta tabasqueño que encabeza la columna de hoy, dedicó gran parte de su obra a describir los paisajes de nuestro estado y a menudo hizo referencia al agua superficial que corre a través de la planicie, porque es probablemente uno de los principales activos de Tabasco, sin embargo, el valor que tendrá en le futuro, como se pronostica en los próximos años, dependerá principalmente de su calidad.

Desgraciadamente en la actualidad este aspecto, aunque está reglamentado, no ha sido suficiente para conservar o mejorar la calidad del vital liquido. El precio que podrá adquirir este activo, aunado a la consciencia ecológica social y a nuestras aspiraciones personales de bienestar, nos invitan a pensar en que debemos empezar cuidarlo.

Las variables de calidad del agua permiten tener una visión de un momento específico y sirven como referencia para observar los cambios en las cuencas. A nivel mundial, las cuencas experimentan una disminución en la calidad del agua, debido a sus niveles de sedimentación, sales y nutrientes.

Los ambientes acuáticos son altamente vulnerables a contaminantes debido a las actividades antrópicas derivadas del incremento de diferentes actividades humanas. siendo los ríos principales vertederos de los desechos industriales, domésticos o agrícolas. Los metales pesados son ampliamente utilizados en la industria y en los últimos años han aumentado los problemas por la exposición a estos elementos. En México, la inadecuada planeación y el escaso control sobre el uso de los recursos naturales, así como la rápida industrialización, el crecimiento desordenado de sus principales ciudades y en algunos casos los abundantes aportes naturales, principalmente del intemperismo geológico, han sido los factores responsables del aumento de los niveles de concentración de metales en cuerpos de agua.

Alrededor del 35% del total de agua dulce de México fluye a través de los ríos Grijalva y Usumacinta (CONAGUA 2011). A pesar de esto, las comunidades rurales asentadas a lo largo de estos ríos viven en condiciones de extrema pobreza, con un severo deterioro de los recursos naturales y acceso limitado a una buena calidad del agua. La combinación de

varios factores biofísicos, sociales y ambientales genera un alto grado de vulnerabilidad a los desastres causados por eventos como deslizamientos de tierra e inundaciones, y existe un gran interés en la región en la minería, una actividad que puede causar daños irreversibles al medio ambiente.

La cuenca Grijalva-Usumacinta no es la excepción, puesto que a lo largo de ella existen grandes asentamientos humanos y se desarrollan diversas actividades económicas como la minería en pequeña escala y la agricultura, lo que expone a los organismos acuáticos a diversos contaminantes, fundamentalmente metales pesados. Estos últimos son de particular preocupación debido a su capacidad para formar complejos con la materia orgánica y por su tendencia a fijarse en los tejidos de los organismos expuestos. Este proceso conocido como bioacumulación ocurre a través de diferentes vías como la ingestión sistemática de partículas de sedimento y a través de la cadena alimentaria. Lo anterior se considera uno de los problemas más graves que pueden generar dichos elementos en los medios acuáticos.

Los parámetros de calidad del agua reflejan características que tienen diferentes efectos sobre la salud humana y sobre los ecosistemas acuáticos, con diversos grados de peligro.

La presencia de coliformes totales y E. coli encontrados en a lo largo de los ríos Grijalva y Usumacinta, son más altas de los permisible y muchas veces están etiquetadas como ”fuertemente contaminadas”.

La presencia de arsénico (As) se ha detectado, pero no excede los niveles críticos establecidos en la Norma Oficial Mexicana, mientras que el mercurio (Hg) en todos los puntos de muestreo tuvieron valores más altos, a los indicados en la Norma Oficial Mexicana.

En un estudio realizado en pez diablo (o bagre armado), se detectaron niveles de plomo en tejido muscular de 481.01 μg/kg (Musálem-Castillejos et al., 2018). Este metal es acumulativo en la escala trófica. Lo que significa que de ser consumido por humanos, estaría causando graves daños a la salud.

En la laguna de las ilusiones se realizó un estudio y la concentración de elementos como níquel, cadmio, manganeso, zinc, plomo y aluminio, en los sedimentos sobrepasan los criterios de metales pesados establecidos en las normas canadienses y estadounidenses. Se concluye que la laguna está contaminada por descargas ilícitas de aguas negras procedentes de las viviendas cercanas, desechos de hospitales y por la infiltración de otras lagunas contaminadas (Flores, C.M et al., 2018).

Después de leer algunos datos sobre la idílica agua Tabasqueña… cuesta repetir la frase: “… de agua hermosa es mi abolengo”. Esta información debe despertar acciones conjuntas, del gobierno y la sociedad civil, ya que estamos a tiempo de rescatar nuestro importante, abundante y tristemente contaminado recurso natural.

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