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¿Qué tanto sabemos de los probióticos? (tiempo estimado de lectura: 7 minutos) Elisabeth Casanova García Jorge Quiroz Valiente afgha@hotmail.com jorgequirozvaliente@hotmail.com El sistema digestivo humano está colonizado por toda una serie de bacterias que forman un grupo complejo llamado microbiota intestinal. Estas bacterias viven en simbiosis con nuestro cuerpo en un delicado equilibrio, que puede verse […]
11 de marzo de 2018

¿Qué tanto sabemos de los probióticos? (tiempo estimado de lectura: 7 minutos)

Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
afgha@hotmail.com
jorgequirozvaliente@hotmail.com
El sistema digestivo humano está colonizado por toda una serie de bacterias que forman un grupo complejo llamado microbiota intestinal. Estas bacterias viven en simbiosis con nuestro cuerpo en un delicado equilibrio, que puede verse afectado por la alimentación, el estrés, las enfermedades o algunos medicamentos.

Los alimentos probióticos tienen microorganismos vivos adicionados que permanecen activos en el intestino en cantidad suficiente como para alterar la microbiota intestinal del huésped, tanto por implantación como por colonización; cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud; por otra parte, Los prebióticos son ingredientes alimenticios que el organismo no puede digerir, y por ello estimulan el crecimiento y actividad de los probióticos. Los alimentos que naturalmente contienen azúcares complejos como la inulina y los fructooligosacáridos son: yuca, plátano, alcachofas, trigo, avena, cebada, legumbres, papa, espárragos, miel y camote entre otros. La mayoría de los prebióticos se utilizan como ingredientes alimentarios, por ejemplo, en galletas, cereales, productos para untar y productos lácteos.. Los productos simbióticos son los que contienen tanto probióticos como prebióticos. Las bacterias ácido lácticas (LAB) es una clasificación funcional de bacterias fermentativas no patógenas, no toxigénicas, Gram positivas, que están asociadas con la producción de ácido láctico a partir de carbohidratos, lo que las hace útiles para la fermentación de alimentos. En este grupo se incluyen especies de Lactobacillus, Lactococcus y Streptococcus thermophilus. Habiendo definido sucintamente estos conceptos profundizaremos un poco en sus beneficios y los alimentos que los contienen.

La fermentación es un proceso mediante el cual un microorganismo transforma los alimentos en otros, generalmente a través de la producción de ácido láctico, etanol y otros productos metabólicos finales. Desde la época del antiguo Egipto, e incluso civilizaciones anteriores ya conocían este proceso; los principales productos fermentados son quesos, yogures, pan y vino.

Los alimentos fermentados se han consumido durante siglos, la tendencia es incorporar bacterias probióticas como L. acidophilus y bifidobacterias a alimentos fermentados, ya que hay un creciente interés en los alimentos probióticos y sus beneficios para la salud. Con la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos y formas naturales de suprimir patógenos, el concepto de ‘probióticos’ ha atraído mucha atención de los consumidores. .

Se atribuyen varios beneficios de salud a favor de los probióticos, algunos están bien establecidos, mientras que otros han mostrado resultados prometedores en modelos animales. Sin embargo, se requieren estudios adicionales en humanos. Es importante entender que ninguna cepa proporcionará todos los beneficios propuestos, ni siquiera las cepas de la misma especie. Hay pruebas suficientes para apoyar la opinión de que la administración oral de Probióticos es capaz de restablecer el equilibrio normal de las poblaciones microbianas en el intestino. Además de su papel establecido en la terapia gastrointestinal, se afirma que los organismos probióticos ofrecen diversos beneficios nutricionales y terapéuticos. Los probióticos se han empleado con éxito para tratar la diarrea asociada a antibióticos. Las propiedades probióticas de estas bacterias incluyen propiedades antimicrobianas, mejora en las propiedades antimutagénicas del metabolismo de la lactosa, propiedades anticarcinogénicas, reducción del colesterol sérico, propiedades antidiarreicas, estimulación del sistema inmune, mejora de la enfermedad inflamatoria intestinal y supresión de Infección por Helicobacter pylori.

Hace más de un siglo, Elie Metchnikoff (científico ruso, premio Nobel y profesor en el Instituto Pasteur en París) postuló que las bacterias del ácido láctico (LAB) ofrecían beneficios para la salud capaces de promover la longevidad. Sugirió que la «autointoxicación intestinal» y el envejecimiento podría ser suprimido modificando la microbiota intestinal y reemplazando los microbios, que producen sustancias tóxicas como fenoles, indoles y amoníaco de la digestión de proteínas con microbios útiles. Desarrolló una dieta con leche fermentada con una bacteria a la que llamó «bacilo búlgaro».

Una búsqueda en revistas científicas para ensayos clínicos en humanos muestra que se han publicado más de 1500 ensayos sobre probióticos y cerca de 350 en prebióticos. Aunque estos estudios son heterogéneos con respecto a cepas, prebióticos probados, y las poblaciones incluidas, la evidencia acumulada apoya la vista que los beneficios se pueden medir en muchos resultados diferentes.

Los alimentos probióticos son un buen ejemplo de alimentos funcionales y son cada vez más populares. Se les han atribuido varios beneficios de salud, sin embargo, no todas las bacterias probióticas son eficaces. Los cambios en el estilo de vida actual, tales como el sedentarismo el abuso de químicos en la alimentación, los productos sobreprocesados, el estrés diario y varios aspectos de la cotidianeidad tienen repercusiones sobre el bienestar personal; casi a la par, la tecnología y avances médico-científicos ofrecen información, medicamentos y terapias que pueden mitigar los efectos de nuestro estilo de vida. Una mirada al pasado, a la sabiduría popular y el retorno a las costumbres de nuestros abuelos, son también una alternativa… la propuesta es: menos envoltura y más cáscara!

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