Agrotendencias
El papel de la ganadería en la sustentabilidad Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente jorgequirozvaliente@hotmail.com La suspensión de importaciones de carne brasileña por países como China, Chile, Corea del Sur y la Unión Europea (que juntos suman un tercio de las exportaciones cárnicas de Brasil) pone de manifiesto la importancia de mantener controles constantes […]
26 de marzo de 2017

El papel de la ganadería en la sustentabilidad

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
jorgequirozvaliente@hotmail.com
La suspensión de importaciones de carne brasileña por países como China, Chile, Corea del Sur y la Unión Europea (que juntos suman un tercio de las exportaciones cárnicas de Brasil) pone de manifiesto la importancia de mantener controles constantes de calidad. Una de las desgracias que más nos acosa como país es la falta de principios y por lo visto, la compartimos con otros países de América. Como decía un maestro, los brasileños son como los mexicanos pero un poco más alegres. Hay unos principios básicos que será necesario enraizar o fortalecer en nuestra sociedad: orden, limpieza y honradez. Al margen de esto, tenemos que estar claros en que la sustentabilidad de los sistemas de producción agrícolas y ganaderos debe estar garantizada.

Los brasileños a partir de un reporte de la FAO en el que se menciona que la ganadería emite más gases con efecto de invernadero que la industria automotriz, ha hecho un gran proyecto para probar que esas aseveraciones están lejos de la realidad.

Sin embargo, las cifras de los rumiantes son impresionantes; aproximadamente el 40% de la superficie de la tierra está cubierta por pastizales, es decir casi el 70 % de la superficie sembrada está cubierta de pastos (FAO, 2008). Como se sabe, los rumiantes tienen la capacidad de vivir prácticamente consumiendo vegetación (hierba celulósica) que es indigestible para las personas y la mayoría de las demás especies animales. Esa capacidad única del ganado para sobrevivir a partir de la vegetación natural y sin proporcionar alimentos adicionales, ha hecho que sean esenciales en diversos climas y áreas geográficas desde hace miles de años. Los rumiantes han acompañado a las migraciones humanas, han fertilizado los terrenos, impulsado arados y carretas, proporcionado ropa con sus pieles y además leche y carne, todo consumiendo casi exclusivamente una dieta de hierba.

Irónicamente la gente que no consume carne de bovino, canaliza su dinero hacia la leche de soya y el tofu, que son la causa principal de la desforestación de Brasil. En el mundo, el 29 % del metano es producido por los cultivos de arroz; para tener un punto de referencia objetivo en cuanto a la información disponible.

Los sistemas de producción intensivos como el de lácteos, carne de cerdo y de aves de corral realizan operaciones que producen emisiones de dióxido de carbono, ya que sus instalaciones tienen sistemas automatizados para la alimentación, la iluminación, el lavado de alcantarillado, ventilación, calefacción, refrigeración y todos generan CO2. Estas instalaciones, así como las de engorda de ganado, también deben proporcionar continuamente alimento para sus animales, el cultivo, la cosecha, el secado y el transporte, los cuales generan emisiones adicionales de CO2.

El óxido nitroso proviene principalmente del uso de fertilizantes inorgánicos, el uso de abonos orgánicos es la mejor forma de mejorar el suelo, es decir que el pastoreo es la mejor forma de hacer labores de conservación de suelos.

El último dato de la participación del ganado en las emisiones de gases con efecto de invernadero fue del 11%.

Por lo tanto, para estimar con precisión la «huella» de las emisiones de todos los ganaderos «por defecto» para compararlo con los sustitutos deben estimarse y en comparación con las emisiones del ganado (por ejemplo, estiércol frente fertilizantes, cuero frente de vinilo, lana frente microfibra, etc.).

La captura de carbono por los sistemas ganaderos fue omitida por el reporte de la FAO. Al mismo tiempo, el informe de 2013 reconoce que «el secuestro de carbono pastizales podría compensar significativamente las emisiones.» Esto sugiere que la cifra inferior incluso de la FAO exagera el papel de ganado en el calentamiento global, quizás considerablemente. No obstante lo anterior, se han realizado estudios con el fin de hacer programas de mejoramiento genético encaminados a disminuir las emisiones de metano y se ha encontrado que la heredabilidad de producción de metano, varía entre 0.12 y 0.44. Por lo tanto, la selección puede ser utilizada para disminuir la producción de metano (Van Engelen et al., 2015; Lassen & Løvendahl, 2016). Adicionalmente se sabe que: el aporte de sales minerales puede reducir en un 50% las emisiones de metano en los rumiantes y proporcionar ciertas proteínas en la dieta de rumiantes disminuye a un sexto la emisión de metano.

Volviendo al tema, la erosión del suelo es una amenaza aún mayor que el cambio climático para el planeta y se ha sufrido durante mucho tiempo. Lo interesante es que en los últimos estudios se ha mostrado que la captura de carbono a través del suelo es cerca de tres veces mayor que el carbono que hay en la atmosfera y cinco veces mayor que el que hay en los bosques del mundo. Por lo tanto, el papel de los pastizales es escencial para la conservacion de los suelos.

La idea de que la ganadería es perjudicial cuando se cambia el uso del suelo de bosque a pastizales, debe cambiar, si se analiza de forma más amplia y objetiva. Por lo menos los efectos en el cambio climático son cuestionables, no así en la biodiversidad. Sin embargo, es posible tomar previsiones para mitigar este efecto a largo plazo.

Terminamos esta columna con la invitación al taller “Uso de drones en los sistemas agropecuarios” que se impartirá el 31 de marzo en INIFAP (Huimanguillo). Gratuito, abierto al público. El cupo es limitado. Interesados comunicarse al: 01 800 088 22 22 ext. 87559

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