Agrotendencias
Nadie oye al árbol caer (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “Padre, dime qué le han hecho al bosque, que no hay árboles. En invierno no tendremos fuego, nien verano sitio donde resguardarnos. Padre, que el bosque ya no es el bosque.”(Joan Manuel Serrat) Elisabeth Casanova Garcíaafgha@hotmail.comJorge Quiroz Valiente917 1067165Participación especial de Jorge Quiroz CasanovaAmérica […]
4 de junio de 2023

Nadie oye al árbol caer (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“Padre, dime qué le han hecho al bosque, que no hay árboles. En invierno no tendremos fuego, ni
en verano sitio donde resguardarnos. Padre, que el bosque ya no es el bosque.”
(Joan Manuel Serrat)

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
Participación especial de Jorge Quiroz Casanova
América Latina, excluyendo los países insulares del Caribe, incluye 906 millones de hectáreas de bosque, equivalente al 24% de la cubierta forestal mundial total. Alrededor del 46% de la superficie terrestre de América Latina es bosque. Esta región experimentó una pérdida anual promedio de este bosque de 3.5 millones de hectáreas o una tasa de deforestación promedio a nivel de país de 0.59% cada año desde 2015 hasta 2019. Estos hechos fundamentales por sí solos, justifican nuestra atención. La preocupación mundial por el cambio climático y el papel de la silvicultura en su mitigación refuerzan nuestro interés, al igual que el reconocimiento de las implicaciones de la pérdida de otros servicios ambientales basados en los bosques, como la valiosa biodiversidad que albergan los bosques húmedos tropicales remanentes de América Latina.

Una parte de la pérdida de bosques naturales primarios ha sido parcialmente compensada por la
recuperación del área forestal; en concreto, en el período 2000-2012 se ha registrado una pérdida
de 230 millones de hectáreas de bosque junto con una ganancia de 80 millones de hectáreas. Los
beneficios climáticos de los bosques de la zona son significativos porque eliminan una gran
cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera. Desafortunadamente, estudios recientes revelan
que, como resultado del calentamiento global, la quema de biomasa y el cambio de uso de suelo,
la región ha reducido su captación total. La disminución en la captación de dióxido de carbono se
traduce directamente en su acumulación, y al ser un gas de efecto invernadero, su acumulación
deriva en una intensificación del calentamiento global y un posterior cambio climático, distinto
para cada zona.

Explicando la deforestación del terreno, durante los últimos 60 años América Latina y el Caribe se ha convertido en un centro importante en el mercado mundial de la madera. Actualmente, la región produce alrededor de 240 millones de metros cúbicos (m 3 ) de los 1907 millones de m 3 de productos madereros industriales totales del mundo, en 880 millones de hectáreas de tierras forestales (FAOSTAT). Estos bosques generan alrededor de $23 mil millones de dólares por año en rentas forestales, lo que equivale al 0.4% del PIB total de la región. La producción industrial de madera ha aumentado del 3% de la producción mundial total en la década de 1960 a casi el 13% en 2017. El futuro del sector forestal depende de muchos factores, incluida la demanda proyectada y los cambios en las preferencias por los productos madereros, la competencia con otras regiones y las políticas locales sobre manejo forestal. Si bien este papel protagónico de América Latina y el Caribe en el mercado maderero representa un pilar para muchas economías de la zona, no hay ninguna certeza de que pueda mantenerse este rol mientras fluctúen factores decisivos para el funcionamiento de los bosques. El cambio climático afectará directamente los recursos forestales a través de cambios en la captación de carbono, cambios en la temperatura y
la precipitación que probablemente influyan en el crecimiento de los árboles. De igual manera, la
muerte regresiva de los bosques por incendios o invasiones de plagas y el deterioro de las tierras
forestales también suponen cambios en la dinámica de los ecosistemas. El análisis de todos estos
efectos requiere resultados proyectados de modelos dinámicos de vegetación integrados en un
modelo económico de bosques.

En general, estudios han encontrado que el cambio climático tiene efectos positivos netos en el suministro regional de madera. Por ejemplo, en el sureste de los EE. UU., se proyecta que el suministro de madera aumente en un promedio de 7.5 m 3 /ha para todos los escenarios climáticos probados. Todos los estudios encontraron que el cambio climático aumentará en general la producción de madera en los próximos 20 a 30 años.

No obstante, al centrarse sólo en los impactos regionales, estos estudios no brindan una evaluación integral de los efectos del cambio climático, pues ignoran los efectos del clima en los bosques de otras regiones y las consecuencias correspondientes en el mercado internacional de la madera y las decisiones de gestión específicas de la región.

En México las causas de la deforestación son múltiples y complejas. Destacan la expansión agrícola, la ganadería extensiva, la tala ilegal, la construcción de infraestructuras, como carreteras y proyectos de desarrollo, y la explotación forestal no sostenible. Además, factores como la pobreza, la falta de gobernanza ambiental y los conflictos sociales también se correlacionan con la deforestación.

El gobierno mexicano ha implementado diversas acciones y políticas para hacer frente a la
deforestación. Se han establecido áreas naturales protegidas y se promueve la conservación y
restauración de los bosques. También se han implementado programas de pago por servicios
ambientales y se han fortalecido las políticas para combatir la tala ilegal. Sin embargo, persisten
desafíos en la implementación efectiva de estas medidas y en la coordinación entre los diferentes
actores involucrados. Se requiere de un enfoque integral que incluya el involucramiento de las
comunidades locales, no únicamente por un pago, sino por la conciencia de su importancia.

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