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Un genio descerebrado (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)“Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.”(René Descartes) Elisabeth Casanova Garcíaafgha@hotmail.comJorge Quiroz Valiente917 1067165Participación especial de Jorge Quiroz CasanovaNadie interesado en los hongos necesita que le recuerden la desconcertante diversidad de este particular reino de organismos: cuanto más […]
28 de mayo de 2023

Un genio descerebrado (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)
“Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.”
(René Descartes)

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
Participación especial de Jorge Quiroz Casanova
Nadie interesado en los hongos necesita que le recuerden la desconcertante diversidad de este particular reino de organismos: cuanto más descubre uno al respecto, mayor resulta el asombro. Los misteriosos, exóticos y, a menudo, muy hermosos mohos mucilaginosos pertenecen a la clasificación de los mixomicetos: una división que vuelve borrosa la división entre animales, hongos y protistas.

Cuando se nombró y describió oficialmente la primera especie allá por el siglo XVIII, se descubrió que los mohos mucilaginosos eran, de hecho, distintos de los hongos porque carecían de micelio (el sistema generalmente oculto de células ramificadas similares a hilos, que forma el cuerpo no fructífero de la mayoría de los hongos). Sin embargo, el nombre Myxo (= baba) mycete (= hongo) se ha mantenido, aunque en un momento incluso se pensó que podrían ser parte del reino animal debido a que el plasmodio en realidad se «movía» a través de su sustrato mientras absorbía nutrientes antes de asentarse, hasta madurar en algo mucho más parecido al reino fúngico.

El moho mucilaginoso es un tipo de organismo primitivo que no es ni una planta, ni un hongo, ni un animal, sino uno de los incontables organismos que no podemos catalogar: los protistas. Y por si no bastase, tampoco es necesariamente un simple organismo unicelular, pues varias unidades de este mismo moho pueden unirse y formar un organismo colectivo multicelular.

Entrando en materia, este tipo de organismos ha sido de gran interés para los investigadores en biotecnología por su peculiar comportamiento y capacidad de procesamiento de información. Su capacidad para optimizar rutas y resolver problemas complejos ha llevado a los investigadores a estudiar las aplicaciones potenciales del hongo del lodo en la optimización de rutas.

Se ha realizado una cantidad significativa de investigación sobre el moho mucilaginoso en los últimos años. Quizá uno de los más interesantes es la formación de redes. Se ha descubierto que el moho mucilaginoso es capaz de formar redes complejas entre diferentes puntos de una superficie. Y no solo eso, sino que es capaz de crear redes eficientes, y los investigadores han especulado que esta capacidad podría aplicarse para diseñar sistemas de transporte con esa misma eficiencia.

Este empleo del moho mucilaginoso en la resolución de problemas espaciales surge de un hallazgo fundamental, y es que el moho mucilaginoso es capaz de encontrar el camino más corto entre un número determinado de puntos en una superficie. A esto se refiere uno cuando habla de optimización.

Precisamente, un área importante de investigación involucra el uso de mohos para resolver el problema del viajante de comercio. Es un problema de optimización clásico donde un vendedor necesita visitar un conjunto de ciudades, cada una exactamente una vez, y regresar a su punto de partida en la menor distancia posible. Al colocar trozos de comida en diferentes puntos de un mapa, los investigadores han descubierto que el moho mucilaginoso puede optimizar la ruta para consumir toda la comida en la distancia más corta posible.

Esta característica interconexión incluso ha permitido que se hayan utilizado como modelos para estudiar los procesos de toma de decisiones. Gracias a la palpable “conciencia” del moho mucilaginoso para tomar decisiones y escoger qué camino tomar, se ha estudiado cómo los organismos simples pueden exhibir comportamientos coordinados y desarrollar soluciones efectivas a desafíos ambientales. También se ha tenido un acercamiento a la forma en que las células se comunican y responden a estímulos. No por nada los mohos mucilaginosos son conocidos por su comportamiento colectivo y la capacidad de resolver problemas complejos a través de la inteligencia emergente. Es decir, son un ejemplo de una inteligencia primitiva y rústica, pero no por ello menos asombrante o útil.

Más sorprendente aún, centros de investigación están aprovechando al moho mucilaginoso para desarrollar robótica de enjambre, en la que varios robots pueden trabajar juntos de forma autónoma en una tarea.

En biotecnología, el hongo mucilaginoso también se ha estudiado por sus posibles aplicaciones en áreas como el descubrimiento de fármacos y la gestión de residuos. Los investigadores han demostrado que el hongo del limo se puede utilizar para detectar sustancias químicas y patógenos, y se ha propuesto como una posible alternativa a los biosensores tradicionales.

El hongo mucilaginoso continúa siendo un área emocionante de investigación por sus notables capacidades y aplicaciones potenciales en biotecnología. Este organismo promete desvelar secretos para la resolución de problemas de manera sostenible y para entender la vida desde sus cimientos. Aunque los hongos mucilaginosos son relativamente menos conocidos que otros grupos de organismos, han despertado un interés por coincidir con uno de los grandes valores humanos: la inteligencia.

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