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Conocimiento, cultura y creatividad tejidos en un petate (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “Las ramas de la selva, como guías de las manos de los hombres y mujeres de Tabasco, tejen juntos la historia de un pasado cultural que inspira el presente de los habitantes de la tierra del agua” E.C. García Elisabeth Casanova […]
20 de marzo de 2023

Conocimiento, cultura y creatividad tejidos en un petate (tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“Las ramas de la selva, como guías de las manos de los hombres y mujeres de Tabasco, tejen juntos la historia de un pasado cultural que inspira el presente de los habitantes de la tierra del agua” E.C. García

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
Para muchos lo mejor que un país tiene es su creatividad; este don explora formas artísticas que son verdaderas revelaciones porque invitan doblemente al asombro: al placer de admirarlas y al placer de comprender el sentido que tienen para quienes las hacen, para sus comunidades y para todos los que podemos disfrutarlas.

Las artesanías mexicanas son resultado de la profunda y rica diversidad cultural que conforma nuestro territorio. Las y los artesanos en México tienen sus indicios en las raíces prehispánicas, religiosas y sociales de nuestro país. La revalorización del trabajo artesanal ha sido uno de los principales pilares en la construcción de la identidad nacional (Morales, 2022). El laborioso trabajo de los creadores, que más allá de crear objetos, están transmitiendo conocimiento milenario de una generación a otra, nos genera orgullo e identidad colectivos.

Desde el punto de vista económico, la cultura posee una dualidad, la producción cultural tiene un valor económico y un valor simbólico y, por ello, contribuye al crecimiento y al desarrollo económico. El primero se manifiesta por su contribución al producto interno bruto (PIB), al empleo y el ingreso; el segundo, porque sus valores simbólicos aportan bienestar social, aprendizaje y propiedad intelectual, a través del valor creativo y simbólico que generan (Arriaga y Gonzáles, 2016).

Los estudios recientes en México destacan que los elementos y criterios de la ciencia económica son relevantes para enriquecer el análisis cultural pero no lo determinan, lo que sí ocurre con otros sectores cuyo enfoque económico es el que prevalece.

A partir del 2013 México comienza a recopilar datos socioeconómicos relativos a la contribución de la cultura a la economía nacional, ya que se crea la Cuenta Satélite de Cultura (CSCM), que se integra al sistema de cuentas nacionales (INEGI, 2013). La CSCM despliega en su conjunto una serie de datos como la aportación al PIB, los puestos de trabajo de las actividades que conforman al sector de la cultura; el gasto realizado por los hogares o por el gobierno en este rubro; así como los diferentes usos que se les puede dar a los bienes y servicios culturales, entre otros.

La artesanía tradicional es la manifestación más tangible del patrimonio cultural inmaterial. Las técnicas y conocimientos utilizados en las actividades artesanales, son incluso más valiosos que los productos de la artesanía propiamente dichos.

La labor de salvaguardia, en vez de concentrarse en la preservación de los objetos de artesanía, debe orientarse sobre todo a alentar a los artesanos a que sigan fabricando sus productos y transmitiendo sus conocimientos y técnicas a otras personas (UNESCO, 1003), en particular dentro de sus comunidades. Sin embargo este grupo de trabajadores enfrenta riesgos, falta de garantías y desventajas frente a otros sectores. Como ocurre con otras formas del patrimonio cultural inmaterial, la mundialización crea graves obstáculos para la supervivencia de las formas tradicionales de artesanía; una de ellas es la producción en serie, ya sea en grandes empresas multinacionales o en pequeñas industrias artesanales locales, puede suministrar a menudo los bienes necesarios para la vida diaria con un costo de tiempo y dinero inferior al de la producción manual. Con una batalla perdida antes de empezar, muchos artesanos pugnan por adaptarse a la competencia con esas empresas e industrias. Por otra parte las presiones ambientales y climáticas influyen también, dado que la deforestación y deterioro de tierras disminuyen la abundancia de los principales insumos de los artesanos.

Como actividad productiva, las artesanías no son ajenas a los procesos sociales y al desarrollo tecnológico tan acelerado de la actualidad. Los artesanos, con todas sus desventajas tradicionales, se enfrentan a otros retos como la competitividad, la gestión de los recursos humanos, la aplicación e incorporación de las tecnologías de la información en sus procesos de producción, gestión y mercadeo; la necesidad de innovación y adaptación a las cambiantes condiciones del medio ambiente y de la sociedad; La necesidad de herramientas de gestión financiera, que les permitan administrar sus recursos, valorar justamente su producción y acceder a programas de financiamiento bajo esquemas organizados; la internacionalización que demanda el contexto global en que se desarrolla la economía actual, es también un reto complicado para el sector artesanal, que tradicionalmente se basa en la venta directa; todo lo anterior, implica algunos cambios en los modelos de producción en los sistemas de control de calidad y en las perspectivas de diseño y adaptación de los productos artesanales.

La producción de bienes y servicios culturales se ha reconocido en México. De esta manera, la cultura como sector económico maximiza beneficios en términos de generación de valor, empleo y remuneración del trabajo creativo. Al identificar al sector cultural como un sector económico pueden generarse políticas públicas a partir de su contribución económica más que por el aporte simbólico, que favorezcan el desarrollo del sector cultural. Como dato importante: Durante el 2019 las artesanías aportaron 138 mil 291 millones de pesos y representan 19.1% del PIB cultural, informó el INEGI.

Tabasco tiene una tradición artesanal importante, basada en su gran riqueza natural. Los artesanos tabasqueños han podido darle vida a maderas, fibras vegetales, jícaras y barro, creando piezas únicas que permiten ver la herencia ancestral de una matriz cultural Olmeca y Maya.

El Día Internacional del Artesano y la Artesana se celebra el 19 de marzo en varios países. En México, fue en 1995 cuando quedó instaurada esta fecha por la Cámara de Diputados, en consideración a este oficio “como una actividad baluarte de nuestra tradición y cultura”.

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