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Empobrecimiento: suelo, alimentación, personas (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “Como el suelo, por más rico que sea, no puede dar fruto si no se cultiva. La mente sin cultivo tampoco puede producir.” Séneca https://akifrases.com/frase/172720” Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente 917 1067165 Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas, en todo momento, tienen […]
5 de junio de 2022

Empobrecimiento: suelo, alimentación, personas
(tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“Como el suelo, por más rico que sea, no puede dar fruto si no se cultiva. La mente sin cultivo tampoco puede producir.” Séneca

  • https://akifrases.com/frase/172720”

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, que satisfagan sus necesidades dietéticas y preferencias alimentarias para una vida activa y vida saludable” (FAO 2009). La seguridad alimentaria tiene cuatro dimensiones:

Si bien la seguridad alimentaria y nutricional son problemas que las organizaciones nacionales e internacionales están abordando, uno de los problemas centrales que a menudo se pasa por alto es el papel fundamental de los suelos en el suministro de alimentos saludables y nutritivos.

La desnutrición humana (proteína-energía) está relacionada con la escasez de alimentos y con el consumo de cultivos con bajas concentraciones de elementos traza (es decir, hierro, litio, magnesio, zinc, cobre, yodo), que son directamente atribuibles al empobrecimiento de los suelos. Los alimentos de calidad marginal, junto con la falta de diversificación de la dieta, imponen muchos altos costos a la sociedad, como la mala salud, la reducción de la productividad económica y la mala calidad de vida.

El suelo es uno de los factores de producción fundamentales que determinan la estabilidad de la producción, la cantidad de rendimiento y la calidad de los nutrientes de los alimentos.

Los suelos empobrecidos en nutrientes contribuyen a la desnutrición humana de dos maneras importantes ya que reducen el rendimiento de los cultivos, provocando escasez de alimentos que se traduce en desnutrición proteico-energética y en n segundo lugar, los cultivos producidos suelen tener bajas concentraciones de elementos traza en los tejidos. Las poblaciones humanas cuya dieta consiste principalmente en cultivos de cereales básicos (maíz, arroz, trigo y sorgo) pueden satisfacer sus demandas de proteínas y energía, pero a menudo sufren deficiencias de micronutrientes. Se estima que, de la población humana mundial, el 60% – 80% tienen deficiencia de Hierro, >30% tienen deficiencia de Zinc, el 30% tienen deficiencia de Yodo y alrededor del 15% tienen deficiencia de Selenio. La gran mayoría de las personas que sufren deficiencias de micronutrientes viven en países en desarrollo.

Un efecto importante pero poco conocido del cambio climático es su influencia sobre la fertilidad del suelo y la adquisición y utilización de nutrientes por parte de las plantas.

Además de los efectos del clima sobre el potencial de crecimiento y el rendimiento de los cultivos, las temperaturas extremas y el déficit hídrico pueden tener diversos efectos sobre la calidad nutricional de los productos cosechados. La temperatura elevada y la sequía tienden a reducir el rendimiento del grano y el contenido de almidón, mientras aumentan el contenido de proteína. La temperatura se correlaciona positivamente con las concentraciones de micronutrientes en el grano y el daño por heladas reduce el llenado del grano y normalmente tiene efectos negativos en su calidad. El CO2 elevado, generalmente aumenta el tamaño del grano, pero reduce las concentraciones de nutrientes de proteínas y minerales, lo que puede resultar de la dilución de los nutrientes.

Hay un esfuerzo significativo en la comunidad científica para biofortificar cultivos con oligoelementos para aliviar la desnutrición por micronutrientes; estos esfuerzos incluyen el enriquecimiento con micronutrientes de los fertilizantes, el cultivo intercalado de especies de gramíneas y dicotiledóneas, el uso de fitomejoramiento molecular y biotecnología para producir genotipos con rasgos de raíz que aumentan la adquisición de micronutrientes limitante.

Actualmente, las naciones más pobres enfrentan una falta crítica de personas capacitadas para implementar esta visión. En realidad, los organismos encargados del desarrollo y los encargados de la investigación, han restado importancia a la capacitación agrícola en las últimas décadas, y la capacitación que se ha brindado a menudo se ha dirigido a campos de moda como la biotecnología que tienen una utilidad limitada en los países más pobres.

El abordaje de esta problemática y su complejidad, no ha sido correcto, incluidos los factores agroecológicos y socioculturales, a favor de la búsqueda de soluciones técnicas de alcance limitado, tal vez desorientadas por el éxito espectacular y la simplicidad técnica de la primera revolución verde. Por lo tanto, a pesar del énfasis renovado en la seguridad alimentaria mundial por parte de los patrocinadores de la investigación, no está claro que se logrará un progreso suficiente para evitar un desastre humano de proporciones épicas.

Las personas con inseguridad alimentaria se ven aún más marginadas por los cambios climáticos y los trastornos sociales que probablemente los acompañen.

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