Agrotendencias
La pigua, un antiguo manjar (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “En Tabasco, si el cielo destruye las cosechas, abre el río su caudal de peces y de conchas y se aleja frustrada la miseria” Ángel Suárez Rodríguez Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente 917 1067165 La sobrepesca afecta actualmente recursos costeros sobre todo […]
10 de abril de 2022

La pigua, un antiguo manjar (tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“En Tabasco, si el cielo destruye las cosechas, abre el río su caudal de peces y de conchas y se aleja frustrada la miseria” Ángel Suárez Rodríguez

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
La sobrepesca afecta actualmente recursos costeros sobre todo en los productos de alto valor; la captura de las sepias, los pulpos y los camarones han aumentado considerablemente desde 1990. En general, en el 65% de las poblaciones evaluadas se pesca dentro de niveles sostenibles. Por otra parte, las cuencas que sustentan la pesca de captura continental se pueden encontrar en todo el mundo. En algunos casos, éstas son fuentes importantes de pescado continental como alimento en las dietas nacionales o regionales.

En otros lugares, la producción en agua dulce puede ser modesta, pero de gran importancia local en la dieta, como sucede en muchas comunidades de Tabasco. En todo México se captura el 1% del total mundial de pesca en aguas continentales. En el río Mekong, que va a través de seis países (China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam), se captura poco más del 15% del total mundial.

Algunas de las zonas pesqueras continentales provienen de sistemas fluviales que enfrentan graves amenazas de presiones ambientales antropogénicas y naturales. Sin embargo, existe un monitoreo limitado o inexistente del estado de la pesca de captura en la mayoría de estas cuencas. La presión pesquera ejercida está en función de: la densidad de población humana; productividad primaria y producción secundaria del cuerpo de agua; accesibilidad de la pesca; y la dependencia socioeconómica de los peces continentales y la disponibilidad de alimentos y medios de subsistencia alternativos.

Las actividades humanas en la agricultura (incluido el riego), la urbanización, la industria y la construcción de represas tienen fuertes impactos en el agua y los ecosistemas acuáticos.

El cultivo de camarones de agua dulce juega un papel importante en la acuicultura mundial, siendo Macrobrachium rosenbergii la especie más producida a nivel mundial (FAO, 2020). Uno de los grupos de crustáceos más llamativos, pero menos conocidos, que se encuentran en las aguas dulces de México son los camarones de río o langostinos de agua dulce (Macrobrachium spp.). Este género principalmente tropical tiene aproximadamente 100 especies en todo el mundo, con 35 especies y subespecies en el hemisferio occidental. Las especies de Macrobrachium spp varían en tamaño, morfología, coloración y requisitos ecológicos. Algunas especies de camarones de río pueden crecer hasta alcanzar el tamaño de las langostas, alcanzando más de 300 mm de longitud corporal y pesando hasta 1 kg,

mientras que otras suelen tener el tamaño de un cangrejo de río. A pesar del tamaño de estos crustáceos, su relativa abundancia histórica en el Golfo de México y el alto potencial para su uso en la acuicultura, pocos biólogos acuáticos están familiarizados con su historia de vida, distribución y taxonomía.

Los camarones de río se encuentran en aguas dulces y su vida adulta transcurre principalmente en arroyos, lagos y estanques cerca de las zonas costeras.

En México, se explotan fundamentalmente cuatro especies del género Macrobrachium, dos en los ríos y lagunas costeras del Golfo de México, M. carcinus y M. acanthurus, y dos en el Pacífico, M. americanum y M. tenellum. De forma genérica, en la zona costera del Golfo de México, se les conoce como pigua (también conocida como: acamaya, camarón cauque, camarón de agua dulce, camarón de río, camarón pintado, camarón popotillo, langostino,etc.) este crustáceo es considerado todo un manjar en la zona. Su robusta complexión podría describirse como la combinación entre un camarón y una langosta. Tiene una gran cantidad de carne y mide entre 8 y 15 centímetros. Está ampliamente distribuido en el territorio mexicano en los cuerpos de agua dulce y salobre. Su importancia económica se basa en su utilización como alimento. Es sujeto de pesca tradicional en las poblaciones ribereñas de ríos y lagunas costeras en muchas zonas de México, El Salvador y Guatemala, y se aprovecha para el autoconsumo o para su venta local. Los langostinos son un recurso pesquero alternativo de temporada que cobra cada vez mayor interés económico por parte de los pescadores locales.

La sobre explotación de esta especie, la ha puesto en peligro de extinción y a pesar que desde hace varios años se refiere investigación para su reproducción en viveros y repoblación de los cuerpos acuáticos, hoy en día es muy difícil encontrar este producto, que en caso de hallarse, llega a costar $2,500 pesos el kilogramo y su tamaño es muy pequeño con respecto a los ejemplares que se encontraban años atrás.

FAO. 2020. The State of World Fisheries and Aquaculture 2020. Sustainability in action, Roma. https://doi.org/10.4060/ca9229en

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