Megabiodiversidad genética (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“La naturaleza siempre vela por la preservación del universo” Robert Boyle

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
México es un país megadiverso, pero al igual que muchos países en vías de desarrollo, no aprovecha esos recursos, que muchas veces pueden ser de importancia mundial, y que en algunas ocasiones son investigados y comercializados por otros países; que por medio de convenios pueden aprovecharlos. La pérdida de los bosques tropicales debido a causas múltiples y complejas, ha sido ampliamente documentada y las principales son los cambios de uso de suelo para producción agrícola y pastos para ganado y en algunas regiones, la tala ilegal y el aumento del turismo. Aquí, el estado de conservación de los recursos naturales es crítico; la mayoría de los bosques y selvas maduros han desaparecido y actualmente solo queda el 8% de su cobertura original.

La caracterización y evaluación de los recursos genéticos mantenidos en bancos de germoplasma es de suma importancia para la conservación de su diversidad genética y su uso en programas de mejoramiento. Particularmente en especies que podrían significar alimentos o recursos medicinales.

A medida que se desarrollan las colecciones de los bancos de germoplasma, existen oportunidades para recolectar materiales utilizando criterios distintos al muestreo aleatorio o las relaciones genéticas. El muestreo basado en la adaptabilidad ambiental podría enriquecer las colecciones de germoplasma. Al combinar la colección actual de germoplasma con los enfoques del Sistema de Información Geográfica (SIG).

Los bancos de germoplasma son recursos importantes para los avances científicos y de producción, especialmente cuando se combinan muestras biológicas accesibles y bien caracterizadas de varios tipos con datos asociados y se enriquecen mucho más con cooperación internacional. Además, se necesita diversidad de recursos genéticos para garantizar el potencial de adaptación en tiempos de incertidumbre, como los asociados con el cambio climático global.

Durante la última década, se han logrado avances sustanciales en la conservación de los recursos genéticos mediante bancos de genes, pero esto solo lo están realizando los países con recursos económicos suficientes y excepcionalmente Brasil, por su riqueza natural.

En el caso de las especies de animales domésticos, se ha sugerido que se deben incluir criterios de selección para rasgos como la resistencia al calor y la resistencia a las enfermedades y hacer frente al cambio climático. Se ha asumido que las razas de ambientes hostiles pueden ser de mayor interés para la adaptación al cambio climático, porque esto sugiere que el ganado tiene la variabilidad genética para usar en la selección. Sin embargo, varias razas están muy dispersas entre los entornos

y hay subpoblaciones dentro de algunas razas, que varían en los genes asociados con la capacidad de un animal para adaptarse a diversos factores ambientales estresantes.

En el caso de los alimentos en general, con el uso de nuevos enfoques de caracterización de la calidad con equipos modernos y la espectroscopia de infrarrojo cercano (NIR), se han investigado ampliamente en los últimos años, discriminando las propiedades nutracéuticas entre las variedades de frutas como manzanas, peras y uvas y mediciones de contenido de agua, clorofila, minerales o productos metabólicos. Estas técnicas son rápidas y no destructivas que requieren un procesamiento mínimo de la muestra antes del análisis.

La variabilidad de los recursos genéticos y sus entornos plantean un desafío único para los bancos de genes. Los primeros esfuerzos para el muestreo del banco de genes fueron capturar una muestra amplia de las variedades, sin prestar atención a las diferencias ambientales, a pesar de ya conocerse la interacción de genotipo con el ambiente. Los trabajos en colaboración, ahora tienen mayor relevancia con este enfoque. Y con este año, ya hacen muchos años que la humanidad misma trata de explicarse a sí misma que no se puede seguir si no nos replanteamos nuestra relación con la naturaleza; pareciera que nos vemos, los humanos, como una parte independiente del medio ambiente.