Agrotendencias
La Abundancia… ¡Al Cuerno! (tiempo estimado de lectura: 4 minutos) “La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; sólo la luz” M. Luther King Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente 917 1067165 Actualmente, existe un gran desconocimiento de muchos aspectos relacionados con la sustentabilidad, que directamente tienen que ver con la ecología. La destrucción […]
30 de mayo de 2021

La Abundancia… ¡Al Cuerno! (tiempo estimado de lectura: 4 minutos)
“La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; sólo la luz” M. Luther King

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
Actualmente, existe un gran desconocimiento de muchos aspectos relacionados con la sustentabilidad, que directamente tienen que ver con la ecología. La destrucción de biodiversidad, nos encamina seguramente, a la desaparición de muchísimas especies. El exceso de residuos y basura excede las formas de control y está unido al crecimiento continuo que justifica el uso actual de más recursos y la producción de más contaminación, ya que suponen que las futuras generaciones podrán hacer frente fácilmente a esos inconvenientes. De esta hipótesis ha surgido una nueva corriente que se denomina cornucopianismo, que se basa en una idea futurista que cree que el progreso continuo y la provisión de artículos materiales para la humanidad pueden ser satisfechos por avances continuos similares en tecnología. Fundamentalmente ellos creen que hay suficiente materia y energía en la Tierra para proveer a la creciente población del mundo. El término cornucopiano viene del mito griego de la cornucopia o cuerno de la abundancia, del cual salían alimentos y bebidas sin límite.

Ahora bien, si el crecimiento se produce con tecnologías similares a las actuales, lo que va a hacer es empobrecer a las futuras generaciones, porque tendrán un medio ambiente degradado y una menor calidad de vida.

La reflexión va encaminada a valorar los productos biológicos distintos de la madera, recolectados por los seres humanos en ecosistemas naturales. Estos productos incluyen frutas, nueces, semillas, plantas medicinales y ornamentales, pescado y caza, resinas, esencias, fibras, aceites, miel, carne de animales silvestres, hongos y productos de madera no maderables como leña y madera para tallar (www.cifor.org). Estos productos desempeñaron un papel económico destacado en varios períodos históricos. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, los productos sintéticos a base de petróleo sustituyeron gradualmente a los productos naturales como: fibras, gomas y resinas, y fueron entonces considerados recursos económicamente irrelevantes. En contraste, se incrementó el interés mundial por las maderas tropicales, basado en el argumento de que estos productos pueden apoyar económicamente a los habitantes de los bosques y al mismo tiempo, promover la conservación de los ecosistemas y recursos forestales.

Los resultados de la investigación científica incluyen la existencia de al menos 100 productos forestales diferentes a la madera relevantes en el comercio internacional y el papel de éstos en el apoyo a los medios de vida de entre 250 y 1000 millones de personas (FAO, 2013). Aproximadamente el 80% de la población que vive en países en desarrollo depende de estos productos para satisfacer sus necesidades primarias de salud y nutrición; además, tienen una enorme importancia social como parte de la cultura, leyendas, identidad y prácticas espirituales en todo el mundo. Sin embargo, se debe considerar la sustentabilidad de todas estas actividades y productos, pues la demanda podría ocasionar una sobre explotación de los recursos.

La mayoría de la investigación sobre la sostenibilidad del uso y/o comercialización de los productos forestales no maderables, desde una perspectiva socioecológica integrada, enfatiza las compensaciones económicas y ecológicas, al tiempo que margina la dimensión sociocultural. Entonces cabe la pregunta ¿El crecimiento económico e industrial, son la causa del deterioro ambiental?

A escala mundial, el crecimiento económico medido como PIB sigue estando muy vinculado al uso de recursos. Las teorías pesimistas relacionan el futuro con decrecimiento, escasez y austeridad.

Tenemos un planeta prácticamente lleno, debido a costumbres ancestrales, pues el ser humano quería tener muchos hijos porque la mayoría morían en la infancia, y los que sobrevivían eran fuerza de trabajo. Ninguna de las dos cosas ocurre hoy. De acuerdo a un investigador español, en 2040 seremos una persona por hectárea. Una hectárea alimenta a 2.5 personas. Nos quedará una hectárea para vivir y una para producir alimento, teniendo en cuenta que muchas hectáreas serán de ciudades, carreteras, rocas y tierras no cultivadas. Estamos hablando de previsiones a menos de 20 años y seguir haciendo lo que hacemos, no parece ser la solución, hay que prender la luz!

Compartir: