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Pitaya y pitahaya (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “La pitahaya es más buena que bonita y vaya que es bonita” Del cortometraje “PITAHAYA” de Albert Espinosa Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente 917 1067165 En México dentro de la familia Cactaceae, existen dos frutos que se confunden generalmente, la pitaya y la pitahaya, […]
18 de abril de 2021

Pitaya y pitahaya
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“La pitahaya es más buena que bonita y vaya que es bonita”
Del cortometraje “PITAHAYA” de Albert Espinosa

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
En México dentro de la familia Cactaceae, existen dos frutos que se confunden generalmente, la pitaya y la pitahaya, ambas se consideran exóticas, pero provienen de América Central y México; se cultivan tanto como plantas ornamentales como frutales y generan flores de gran colorido. Su principal diferencia radica en el género al que pertenecen la pitaya proviene del género Stenocereus, mientras que la pitahaya es del Hylocereus.

De 22 especies de pitayas (Stenocereus spp.) nativas de México, 20 son especies endémicas, y se distribuyen desde la península de Baja California pasando por la cuenca del Pacífico al estado de Chiapas, y a lo largo de la cuenca del Golfo desde el estado de Tamaulipas hasta Veracruz.

Por otra parte, el género Hylocereus, al cual nos enfocaremos, es un cactus nativo americano de hábitos variados y ampliamente distribuido desde la costa de Florida hasta Brasil. La fruta se conoce con varios nombres comerciales y nativos, pero la “pitahaya” o “pitaya” prevalece por todas partes. El género contiene 14 especies y se encuentran en las selvas tropicales y subtropicales de América. Es común encontrar Hylocereus en huertos familiares en Centroamérica, donde se usa tradicionalmente como alimento y medicina. Las plantaciones comerciales se distribuyen por todo el mundo debido a su importancia agronómica, industrial y económica. Las especies de Hylocereus cultivadas en todo el mundo son principalmente H. undatus, H. monacanthus y H. megalanthus.

Hylocereus muestra un alto potencial como un cultivo frutal y ornamental, pero también tiene potencial para industrial (se pueden extraer colorantes y pectina usando tecnologías domésticas, artesanales o industriales).

Las especies de Hylocereus se encuentran en Mesoamérica en diferentes ecosistemas que van desde el nivel del mar hasta 1,840 m de altura y el rango de precipitaciones va de 350 a más de 2000 mm. Su identificación taxonómica es difícil. En México, se han registrado nueve especies, pero solo cuatro están ampliamente difundidas: H. undatus, H. purpussi, H. triangularis y H. camponis; varias se cultivan en huertos familiares, utilizando tecnología básica, mientras que Israel, Malasia, Tailandia y Estados Unidos utilizan tecnología avanzada que da como resultado altos rendimientos; particularmente en Israel, hasta 40 t por ha, mientras que en México la producción es de 2 a 3 t por ha.

La cáscara de pitahaya puede ser utilizada como agente espesante y colorante natural, en cosméticos como crema hidratante o como ingrediente de bebidas industrializadas. El mucílago extraído de la piel de la fruta es muy perecedero y requiere conservantes o deshidratación, pero debido a sus cualidades deformantes, tiene un uso potencial como agente encapsulante de principios activos.

Los Mayas utilizaron frutos de H. undatus como hipoglucemiantes, diuréticos, contra enfermedades cardíacas, desinfectante de heridas, disolución de tumores con savia del tallo y curación de disentería.

Hylocereus se considera una epífita (trepadoras), que podría convertirse en un parásito de las plantas hospedantes por invasión aérea o introducción de la raíz, causando así la muerte del anfitrión. La propagación de Hylocereus puede ser a través de semilla o vegetativa, pero este último se usa más a menudo. La propagación vegetativa se realiza mediante esquejes o fracciones de tallo, injertos e in vitro. Las técnicas de cultivo utilizadas en México para el cultivo de pitahaya se basan en prácticas tradicionales.

La diversidad genética de pitahaya en su hábitat natural, en particular bajo distintos nichos ecológicos debe ser evaluada. La creciente superficie de plantación de Hylocereus en todo el mundo, bajo diversos entornos de producción, exige más investigación sobre el control de plagas y enfermedades, particularmente durante la propagación de plantas, producción y vida de la fruta en poscosecha. También es necesario hacer estudios a fondo sobre el potencial alimenticio y curativo de esta planta. Gastronómicamente es apreciada su textura, su sabor (aunque sutil) y la atractiva relación que tiene en cuanto a aporte calórico; además a la vista posee exótico colorido que los grandes cocineros han usado para hacer de sus creaciones culinarias casi obras de arte visual, y es que en creatividad, a la naturaleza nadie le gana.

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