El trabajo artesanal y la producción agropecuaria
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“Hecho a mano, significa hecho con el corazón.” Dicho popular

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
En México y en otros países, el 19 de marzo se celebra el día del artesano; esta vertiente del arte está muy ligada a los sistemas de producción rurales y familiares, ya que en principio los artefactos artesanales cumplen funciones tanto utilitarias como decorativas, así mismo, muchos son producto de tecnología generada dentro de los mismos sistemas y adaptada a sus necesidades específicas. Dentro de la gran gama de objetos artesanales, se encuentran canastos, vasijas, ollas, comales, cucharas de madera, cayucos, petates, objetos rituales, herramientas para siembra, cosecha, crianza y pesca, textiles y prendas de vestir. Todos estos bienes dan identidad a la vez que resuelven problemas del día a día de las personas asociadas a estos sistemas productivos, que además encuentran en la venta e intercambio de objetos la satisfacción de otras necesidades.

La artesanía tradicional es la expresión más concreta del patrimonio inmaterial en la memoria colectiva de los pueblos. Los esfuerzos institucionales de apoyo a este sector deben encaminarse a crear un ecosistema con condiciones alentadoras para que los artesanos puedan seguir creando sus obras, y de manera muy especial, a transmitir sus conocimientos, habilidades y tradición a las nuevas generaciones de artesanos.

Lo que está en juego es la salvaguarda de la memoria colectiva de varias generaciones, lamentablemente en México como sucede en otros países con graves problemas de distribución de riqueza, el modelo predominante en la economía es: la industrialización y en la sociedad: la modernidad; donde los oficios artesanales y el conocimiento tradicional, se ven vulnerados, por una explotación inadecuada y falta de valorización. Se extrañan políticas públicas en apoyo de esta actividad.

El oficio artesanal en nuestro país, está muy ligado a las mujeres y al campo. A lo largo de la historia, ellas han sido las protagonistas anónimas, de la salvaguarda de las tradiciones, la transmisión de la memoria y los rituales que rigen la vida cotidiana; lo han sido en la conservación de conocimientos y habilidades, elementos indispensables para darle forma, fuerza y sentido al tejido social; además, las mujeres han sabido adaptar y renovar estos elementos de manera sensible e intuitiva; es destacable cómo las mujeres practican con éxito métodos sencillos y naturales, usan una riqueza de recursos ancestrales y valiosos, los adaptan a procedimientos innovadores y modernos. La misión creadora de las mujeres es inagotable, incansable e incontenible.

Lo artesanal es funcional conjuga lo útil y lo bello; es ecológico, tiene a su alcance la materia prima o la puede conseguir en su entorno próximo; proyecta en sus objetos la cultura material e

inmaterial de la comunidad, afianza rasgos propios, identitarios de la comunidad; es ancestral, generacional, creativo, adaptativo y cambiante. La artesanía es la actividad de casi 3,000 talleres en nuestro estado, es el reflejo de la megabiodiversidad y la gran fuerza social de Tabasco.

En el último año, la economía toda, se ha visto afectada por crisis derivadas unas de otras, independientes, emergentes o preexistentes. No sólo la contingencia sanitaria que ha limitado la economía de creadores y consumidores y ha reducido espacios y maneras de comercialización; los desastres naturales recientes en Tabasco, dejaron a muchos artesanos sin materias primas, sin talleres, herramientas y productos elaborados, pero no mermaron la creatividad que les caracteriza.

El trabajo artesanal está vinculado a la historia del país, a su memoria y economía, a los estilos de vida de su gente, y a su interpretación del mundo. En Tabasco se tejen las fibras naturales con singular maestría, se bordan los colores del trópico húmedo, se tallan huesos, jícaras, maderas; se sacan los sonidos más bellos de una caña de carrizo; se le da forma al barro, la arcilla y otros materiales de la “buena tierra”.

El trabajo artesanal está situado, por muchos investigadores, dentro de la “economía de subsistencia”, donde se comercializan los excedentes del sistema de producción familiar, para adquirir otros bienes; contrariamente a esta visión, la Economía Naranja, tiene el talento y la creatividad como insumo principal y es capaz de generar empleo, riqueza y tener un impacto en la calidad de vida. ¡No escatimemos en la adquisición de los productos de nuestros artesanos!