Agrotendencias
El futuro de la carne vs la carne del futuro (tiempo estimado de lectura: 7 minutos) “Cuanto más forraje, más carne; cuanta más carne, más estiércol; cuanto más estiércol, más grano.” Barón Justus Von Liebi Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente 917 1067165 La población mundial está crece rápidamente y alcanzará los 9,000 millones […]
24 de enero de 2021

El futuro de la carne vs la carne del futuro
(tiempo estimado de lectura: 7 minutos)

“Cuanto más forraje, más carne; cuanta más carne, más estiércol; cuanto más estiércol, más grano.”
Barón Justus Von Liebi

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
La población mundial está crece rápidamente y alcanzará los 9,000 millones en 2050. Se estima que necesitaremos al menos el doble de carne en comparación con las que estamos produciendo ahora. Este aumento de la demanda mundial se atribuye no solo al crecimiento poblacional, sino al crecimiento económico de los países en desarrollo.

La carne contiene nutrientes esenciales, especialmente proteínas, necesarios para diversas funciones en el cuerpo humano. Proporciona aproximadamente el 15% de las proteínas de nuestra dieta y contiene todos los aminoácidos esenciales, así como varios ácidos grasos y micronutrientes (por ejemplo, complejo de vitamina B, Fe, Zn y Se). Además, la proteína de la carne es altamente digestible.

Teniendo en cuenta estos factores, tenemos que encontrar en breve una forma de aumentar la producción de carne. Anteriormente, la industrialización de la ganadería satisfizo la creciente demanda de carne y sus productos. Sin embargo, ya no es posible aumentar la producción para las demandas futuras debido a los recursos limitados de tierra y agua para la sostenibilidad de la ganadería, el rápido aumento de los problemas de bienestar animal y el impacto no deseado en el medio ambiente y el cambio climático. Sobre la base de la brecha entre la demanda futura y la capacidad actual para suministrar carne, existe una necesidad creciente de producir fuentes alternativas de proteínas. Además, la expansión de los mercados halal y kosher que significa que tienen que estar controlado desde el comienzo del proceso de producción hasta el envasado, también requerirá ajustes, ya que el número de personas que consumen esos alimentos podría superar el 30% de la población mundial para 2025.

Algunas alternativas son: la carne de origen vegetal, proteína de Insectos comestibles, carne artificial producida con tecnología de células madre, carne de OMG y carne de especies nativas.

Estudios recientes revelaron que cada hamburguesa de res contiene 23.3 g de proteína, contra 19.5 g una vegetariana, que además tiene menos colesterol y más fibra dietética, lo que puede resultar atractivo para los consumidores.

Por otra parte, los insectos son uno de los mayores recursos vivos de la tierra, casi 2,000 especies se consumen en 113 países, especialmente en África, Sudamérica y Asia, donde comer insectos es una costumbre antigua de más 3,000 años; ya que son un valioso recurso proteico con aminoácidos esenciales suficientes para el consumo diario. Las especies más frecuentemente consumidas son: coleópteros (escarabajos), lepidópteros (orugas), himenópteros (hormigas, avispas y abejas), ortópteros (langostas, saltamontes y grillos), hemípteros (pulgones, chinches y cigarras), isópteros (termitas), odonata (libélulas) y dípteros (moscas).

La inclusión de los insectos en la dieta habitual, todavía es un tabú para muchas personas. No obstante, la importancia de los insectos comestibles ha resurgido por la necesidad de alternativas a la hora de consumir proteínas. El reto para la ingeniería alimentaria será la elaboración de productos atractivos a base de insectos.

La carne cultivada (también llamada carne in vitro) es la última alternativa emergente. Puede definirse como carne artificial producida mediante tecnología de células madre. Esta idea fue mencionada por primera vez en 1932 por Winston Churchill, y casi un siglo después, es una realidad; en 2013 se presentó al público la primera hamburguesa de ternera cultivada a partir de células musculares bovinas. La hamburguesa estaba hecha de células musculares con la adición de jugo de betabel y azafrán para hacer un producto similar a la carne; sin embargo, el costo de producción fue extremadamente alto. Una hamburguesa requirió 330,000 dólares en 2013, y un kilo de albóndigas presentado en 2016 por Memphis Meat, costó 40,000 dólares. De hecho, de acuerdo con una noticia del diario Washington Post del pasado 5 de mayo, las compañías estadounidenses habrían ya reducido el costo de la carne cultivada a $100 dólares el kg. Algunas empresas que fabrican carne cultivada; planean lanzar sus productos en 2021.

Los mayores méritos de la carne cultivada son sus similitudes con la carne tradicional, ya que se deriva de animales de granja y puede ser ambientalmente sostenible. Este producto puede satisfacer las preferencias nutricionales y sensoriales de los consumidores debido a su sabor y textura superiores a otras alternativas cárnicas. En este sentido, la carne cultivada puede atraer a consumidores que no quieren cambiar su estilo de dieta tradicional, con la ventaja que durante su producción, una sola célula puede proliferar varias veces; por tanto, se necesitan menos animales que en la ganadería.

Otras ventajas de la carne cultivada son que se podría utilizar para la creación de carne funcional y carne vegana. Además, los beneficios de la carne cultivada incluyen apoyo público, bienestar animal, reducción de enfermedades zoonóticas y transmitidas por alimentos, reducción del uso de recursos y huella ecológica, y reforestación y protección de la vida silvestre. Además, es posible obtener productos más seguros sin contaminación, abuso de antibióticos, enfermedades infecciosas e intoxicación alimentaria.

Compartir: