Agrotendencias
Hay que escuchar a los sabios, a la naturaleza por ejemplo! (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “Si desaparecieran todos los insectos de la Tierra, en menos de 50 años toda la vida en la Tierra desaparecería. Si todos los seres humanos desaparecieran de la Tierra, en menos de 50 años todas las forma de […]
22 de noviembre de 2020

Hay que escuchar a los sabios, a la naturaleza por ejemplo! (tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“Si desaparecieran todos los insectos de la Tierra, en menos de 50 años toda la vida en la Tierra desaparecería. Si todos los seres humanos desaparecieran de la Tierra, en menos de 50 años todas las forma de la Tierra florecerían” Jonas Edward Salk

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
917 1067165
La frecuencia de los huracanes de alta intensidad se ha incrementado en las últimas décadas, por lo que es necesario comprender sus impactos en la diversidad biológica. La perturbación por ciclones se suma a la perturbación antrópica y genera efectos importantes en los ecosistemas. El papel de las especies animales, en el mantenimiento de la integridad ecológica de las regiones tropicales, es relevante ya que interactúan en varias funciones del ecosistema. Actualmente la ciencia ha descrito aproximadamente 2 millones de especies, aunque se cree que podrían existir casi 9. También se sabe que el 99% de todas las especies que han existido alguna vez en la historia de la tierra, están extintas.

Los insectos tropicales, son asombrosamente diversos y abundantes, pero reciben una atención científica marginal. En los entornos tropicales, los insectos participan en la regulación y el apoyo de los servicios de los ecosistemas, como la dispersión de semillas, la polinización, la descomposición de materia orgánica, el ciclo de nutrientes, la herbivoría, las redes alimentarias, ayudan a regular la diversidad vegetal, la fotosíntesis, la fertilidad del suelo, la estructura del ecosistema y la calidad del agua. Los cambios globales actuales que afectan la diversidad y distribución de los insectos podrían alterar a los ecosistemas y al bienestar humano. Por lo tanto, es vital un aumento del conocimiento de las funciones de los insectos, para garantizar el desarrollo sostenible en un planeta que cambia rápidamente.

Los insectos también son componentes importantes de las redes tróficas, ya que apoyan y regulan la biodiversidad de los niveles tróficos superiores e inferiores y promueven el flujo de energía dentro y a través de los ecosistemas. Los ecosistemas biodiversos y equilibrados, a su vez, contribuyen con polinizadores silvestres de cultivos y biocontroladores de plagas y enfermedades.

Los insectos alcanzan la máxima diversidad y biomasa en los trópicos. Un trabajo reciente sugiere que de las 5.5 millones de especies estimadas de insectos en la Tierra, el 72% (3.9 millones) son tropicales. En términos de biomasa, se ha descubierto que las hormigas y las termitas comprenden un tercio de la biomasa animal total en las selvas tropicales. Sin embargo, en comparación con los vertebrados, los insectos siguen estando infrarrepresentados en la literatura científica, y solo el 18% de la literatura mundial sobre conservación se ocupa de los invertebrados, en comparación con el 75% que se centra en los vertebrados. Proporcionalmente, hay más vertebrados representados en las Listas Rojas de la las instituciones sobre conservación, por lo que los

invertebrados a menudo se descuidan en la planificación de la conservación. Sin embargo, desde 2010, los invertebrados han recibido más atención en los artículos publicados en las principales revistas centradas en la biodiversidad y la conservación, probablemente debido a la mejora del conocimiento taxonómico y una mayor conciencia pública sobre los ecosistemas, especialmente donde la diversidad disminuye y desafía el funcionamiento.

La mayoría de los estudios sobre este tema se realizan evidentemente sobre herbivoría (45%), seguido de polinización y descomposición (23%, cada uno). La mayor parte de la investigación (71%) se realiza en el Continente Americano, y Brasil aporta el 38% de todos los estudios tropicales y México es el segundo lugar junto con Panamá con 8% cada uno de las publicaciones de 2017 a 2020.

En estudios recientes se ha documentado la disminución gradual y muy visible de la densidad de insectos y la riqueza de especies de México y Centroamérica desde 1953 y las razones son muy evidentes: intensa deforestación y la instensificación agrícola de áreas muy grandes, uso masivo de pesticidas, fragmentación del hábitat y, al menos desde la década de 1980, un cambio en la temperatura, las precipitaciones y la sincronización de las señales estacionales. Estamos perdiendo la mayor parte de la comunidad de insectos que todavía se encuentra en los bosques nubosos debido al secado de las cimas de las montañas tropicales, al igual que estamos perdiendo las enormes extensiones de comunidades de insectos que alguna vez ocuparon los suelos fértiles, el clima y el agua del trópico de tierras bajas. Hoy tenemos un acceso inimaginable a la biodiversidad del mundo a través de Internet, carreteras, educación y secuenciación del genoma; pero si nuestro mundo se sigue basando en una batalla constante con el mundo de los artrópodos, junto con las plantas, hongos y nematodos, la sociedad humana perderá la guerra.

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