La riqueza de los niños, no debe ser por su trabajo
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“La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices” Albert Einstein

ELISABETH CASANOVA GARCÍA
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JORGE QUIROZ VALIENTE
jorgequirozvaliente@hotmail.com
La presencia de las niñas y los niños en las actividades productivas se ha observado a lo largo de la historia y se ha transformado a través del tiempo. Asimismo, han estado presentes en la mayoría de los sectores productivos, desde la manufactura, el comercio, los servicios y por supuesto en las actividades agrícolas. Durante la revolución industrial se creía que existían ventajas al emplear a niños y niñas puesto que por su condición de talla y manos pequeñas podrían manipular más rápidamente cierta maquinaria.
La mayor participación económica de los niños y las niñas en las zonas rurales se da en las actividades agrícolas, tradicionalmente se ha observado la fuerza de trabajo de niños y niñas jornaleras en cultivos como el café, el cacao, la caña de azúcar y otros cultivos que son considerados vanguardia alrededor del mundo. La mayoría de los niños que trabajan en labores agrícolas habita en zonas rurales y no recibe remuneración por su actividad, ya que trabajan principalmente apoyando a sus padres o familiares en el trabajo independiente, en la pequeña agricultura o en las tareas remuneradas o a destajo.
De acuerdo a los datos de INEGI (2017) la población infantil de 5 a 17 años ascendió a 29.3 millones de personas, de las cuales el 11% realizaron trabajo infantil. La tasa de trabajo infantil por entidad federativa reportó que, en 2017, el estado de Nayarit tuvo la mayor tasa con 19.7%, mientras que la tasa más baja se observó en Querétaro con 5.3%.
En Tabasco con un 17.9% de niños trabajando, se estima que 2.1 millones (89.5%) de los menores están involucradas en ocupación no permitida (definida como actividades económicas que no están permitidas por la ley, ponen en riesgo su salud o bien afectan su desarrollo físico y/o mental). El sector agropecuario concentra el mayor porcentaje de ocupación no permitida con 34.5%, seguida de los servicios y el comercio, con 22.3% y 20.3%, respectivamente.
En cuanto a la tasa de ocupación peligrosa, definida como actividades que afectan la salud o integridad física de quienes las realizan; es decir, se llevan a cabo en condiciones peligrosas o en horarios prolongados, los estados de Zacatecas con 29.8% y la Ciudad de México con 6.1%, reportaron en 2017. más alta y más baja, respectivamente; Tabasco 13.1%; 39.3% de la ocupación no permitida no recibe ingresos por su trabajo y el 31.3% percibe como máximo un salario mínimo. Otro dato interesante es que las principales razones de no asistencia a la escuela son: la falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar a la escuela (42.2%), la falta de recursos económicos (13.7%) y por el trabajo (12%).
Resultados interesantes de un trabajo realizado evidencian una relación negativa frente a la probabilidad de trabajar, son algunos tipos de ayuda que reciben; sobre todo programas de gobierno, que reducen en 65% la probabilidad de estar ocupado y beca para estudiar que disminuye la probabilidad en 61%.
De acuerdo al Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) propone cuatro estrategias para eliminar el trabajo infantil: Reducción drástica de la pobreza, acceso a una educación de calidad y pertinente, dar empleo de calidad a los adultos responsables de los niños y de las niñas y acabar con las normas sociales que legitiman el trabajo infantil.
Desde el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), antecesor del T-MEC, existían procedimientos de vigilancia para evitar el trabajo infantil o esclavitud laboral. Pero en el tratado actual, eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio y específicamente el trabajo infantil, sobre todo porque contempla sanciones comerciales aparejadas al trabajo infantil. Se especificó que en el tema de trabajo infantil se encuentran listados 10 productos agrícolas: melón, tabaco, berenjena, tomate, pepino, chiles, café, cebolla, frijoles verdes y caña de azúcar.
Es posible que en la etapa actual de pandemia por la Covid-19, la situación se agrave. Lamentablemente, los niños suelen ser los primeros en sufrir. La crisis puede empujar a millones de niños vulnerables al trabajo infantil.