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Valoremos a los viejos (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “La experiencia es mucho más que una defensa contra la muerte; es un derecho: el derecho de los ancianos.” Jean-Paul Sartre Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente jorgequirozvaliente@hotmail.com Con la colaboración de Jorge Quiroz Casanova Una sociedad envejecida demanda cuidados, y una que cada […]
20 de septiembre de 2020

Valoremos a los viejos
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“La experiencia es mucho más que una defensa contra la muerte; es un derecho: el derecho de los ancianos.”
Jean-Paul Sartre

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
jorgequirozvaliente@hotmail.com

Con la colaboración de Jorge Quiroz Casanova
Una sociedad envejecida demanda cuidados, y una que cada vez envejece más, dada la disminución de nacimientos y a que la esperanza de vida ha aumentado, requerirá día tras día de más atención. En promedio, una persona nacida hoy vive más años que una persona que nació en 1930. En México, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente; en 1930 las personas vivían en promedio 34 años; 40 años después, en 1970, este indicador se ubicó en 61; en el 2000 fue de 74 y, en 2019, la esperanza de vida de las personas en México llegó a 75.1 años en promedio y para 2030 se estima que sea de 76.7 años.

Con base en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, en el país residen 15.4 millones de personas de 60 años o más, de las cuales 1.7 millones viven solas. Cuatro de cada diez personas de 60 años o más que viven solas (41.4%) son económicamente activas. Siete de cada diez (69.4%) personas de edad que viven solas presentan algún tipo de discapacidad o limitación.

La calidad de vida cobra, si es posible, mayor importancia en la vejez. El concepto está relacionado con diversos elementos que tienen que ver con la salud, la situación económica, la situación familiar, la capacidad de automantenimiento y la funcionalidad. En México es de 67 años la esperanza de vida en zonas rurales. En cuanto a calidad de vida, es probable que sea mejor en la zona rural. Esta mera opinión se basa en la percepción que una persona tiene de su situación de vida en relación con su contexto (cultura, sistema de valores), sus objetivos, aspiraciones y preocupaciones y en que tradicionalmente la familia está alrededor de los viejos, a diferencia de muchas de las personas de las zonas urbanas.

Los hechos dicen que la vejez es la etapa en la que las personas necesitan mayores ingresos para tener una vida digna. La práctica, en México, es otra cosa; ¿qué tanto nos preparamos para el retiro? Debemos reconocer que las políticas públicas dirigidas a este sector de la población son insuficientes e ineficaces.

La actitud ante la vejez es algo que probablemente no podamos escoger. Algunas personas se aferran a la vida, otras la dejan pasar. ¿Cuánto estaremos dispuestos a hacer para prolongar la vida, aunque sea sin calidad?

Desde el siglo pasado, la medicina ha cambiado su enfoque y comenzó a traducirse como un aumento de la esperanza de vida, y a disminuir las enfermedades incapacitantes. Sin embargo, este costo cada vez es mayor socialmente. A lo que aspiramos es a tener una “buena salud”, pero los progresos de la medicina ponen las fronteras a una mayor edad, con el consiguiente gasto para la sociedad.

Aunque el problema fuese de cuidados a largo plazo o económico, la antigua obligación moral de los jóvenes a los viejos, sigue presente. La preparación personal para afrontar la propia vejez debería ser una preocupación primaria de cada individuo, y qué mejor que mentalizarse cuidando a nuestros ancianos o haciendo lo posible por permitirles una vida digna o lo más amena posible.

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