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Calidad sobre cantidad (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia” Derek Curtis Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente (917)106 7165 Colaboración especial de Jorge Quiroz Casanova El problema que se avecina en la educación superior no parece tener una pronta solución. La generación […]
5 de julio de 2020

Calidad sobre cantidad
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia” Derek Curtis

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165

Colaboración especial de Jorge Quiroz Casanova
El problema que se avecina en la educación superior no parece tener una pronta solución. La generación COVID-19 tendrá que hacer esfuerzos extra para salir adelante con una buena formación académica. Desgraciadamente, la visión del gobierno actual respecto a la educación superior es limitada y no distingue entre una primaria y una universidad. Una universidad es una institución destinada a la enseñanza superior (aquella que proporciona conocimientos especializados de cada rama del saber), que está constituida por varias facultades y que concede los grados académicos correspondientes. Además, la diferencia entre escuela y facultad es que a los centros docentes que no tienen programas de doctorado se les llama escuelas, reservando el nombre de facultad para aquellos donde sí los hay, es decir, se hace investigación original. Entonces un egresado universitario debe tener la capacidad de resolver problemas, es la razón de ser de las carreras universitarias.

Las universidades tienen una importancia relevante en la sociedad, pues además de hacer investigación, a través de ello, detectan problemas sociales y los acompañan con su respectiva propuesta de solución, es decir, las universidades y centros de investigación deberían ser la base para plantear las políticas públicas de nuestro país.

Diseñar políticas públicas es una tarea difícil. Requiere de conocimientos de economía, ciencia política, estadística, administración pública, derecho, sociología, antropología, psicología y comunicación. Por lo tanto, se necesita de un equipo de trabajo multidisciplinario, de un líder que obtenga la información precisa de cada especialista, así como de tomar en cuenta la opinión de la ciudadanía, los expertos, los servidores públicos y los políticos.

Entonces en nuestro país es indispensable, si pretendemos salir de este marasmo, apoyar con mayor eficacia a las universidades y centros de investigación. Los egresados universitarios deben tener una formación académica y ética sin discusión, pero desgraciadamente en nuestro país las cosas no van bien. Se define enseñanza de calidad, aquella que busca que los alumnos logren un pensamiento crítico, sean creativos y desarrollen habilidades de razonamiento complejas. Sin embargo, de acuerdo con la información disponible, la mayoría de los estudiantes de este nivel no alcanzan esas metas.

Por otra parte, no puede negarse que el contexto donde el docente efectúa su actividad no es el óptimo, las universidades están sometidas a diferentes presiones, y no precisamente insignificantes, como por ejemplo relacionar el financiamiento con el desempeño y también la demanda de atender una creciente población estudiantil con diferentes condiciones socioculturales.

Por desgracia, ante la falta de espacios propiciada por la gran demanda, se han estado creando universidades particulares que dejan mucho que desear ante esta labor tan noble y enriquecedora para el conocimiento universal. Hoy en día existen una infinidad de organismos enfocados a la tarea de evaluar a las instituciones de educación superior como lo son el CONACYT, CENEVAL, ANUIES, por mencionar solo algunos, pero la calidad la certifican a través de algunos indicadores, y la realidad es que se olvidan de la verdadera calidad de los egresados. El mercado laboral está cambiando y se debe preparar a toda la población para funcionar en un entorno tecnológico y la educación es la clave para desarrollar las habilidades pertinentes que se usarán en la vida real. México debe reconocer que tiene un grave problema de inequidad en la educación superior, y aunque cada vez es mayor el porcentaje de jóvenes que desean seguir estudiando, no todos pueden tener acceso a una universidad, la UNAM admite sólo aproximadamente a 5% de los aspirantes. De acuerdo a la encusta nacional de egresados el 41% de los egresados encuentra trabajo al salir de la universidad en menos de seis meses.

Para finalizar, la flexibilidad excesiva de las instituciones educativas es un problema ya muy arraigado a la cultura, y aquellas universidades cuyos parámetros de admisión son verdaderamente estrictos se encuentran con aplicantes que no cuentan con las competencias que se supone deberían tener para ese momento. Es por ello que el gobierno debe de comenzar a enfocarse en la calidad de sus escuelas y no en la cantidad, pues un diploma sin respaldo no es más que un placebo. Nada genera más pobreza, que una educación de mala calidad

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