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¡Quédate en casa! (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “No hay que temer nada en la vida, solo hay que entenderlo. Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos“. Marie Curie Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente (917)106 7165 Grandes lecciones nos da la situación que estamos viviendo a causa […]
5 de abril de 2020

¡Quédate en casa!
(tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“No hay que temer nada en la vida, solo hay que entenderlo. Ahora es el momento de entender más, para que podamos temer menos“. Marie Curie

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165
Grandes lecciones nos da la situación que estamos viviendo a causa de la pandemia. De última hora el CONACYT lanza una convocatoria para atacar con herramientas biotecnológicas al COVID-19, con fecha para presentar propuestas el 30 de abril. La Secretaría de Salud, está haciendo evidentes las carencias que tenemos como país por la cantidad de camas de hospital. La red de hospitales públicos de todo el país, y que incluye los de la Secretaría de Salud, IMSS, ISSSTE, Pemex, los de las Secretarías de Marina y Defensa Nacional disponen de alrededor de 4,291 camas de terapia intensiva, así como 2,053 ventiladores para cuidados intensivos para atender a los pacientes que se encuentren gravemente enfermos (Tabasco cuenta con 57 camas). Las autoridades de Salud calculan que en México, más de 250 mil personas se podrían contagiar de COVID-19, y de ellas 10,528 requerirían terapia intensiva por estado crítico. Si los cálculos son correctos, el problema que se avecina es serio, esto sin incluir los pacientes que tendrán necesidades médicas de urgencia durante esta temporada. De ahí la importancia de quedarse en casa como lo piden las autoridades del gobierno nacional.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reprobó a México en razón de la poca cantidad de camas, médicos y enfermeras que tiene disponibles por cada mil habitantes. Del primer elemento se cuenta con 1.5 y se necesitan 4.7; del segundo se tienen 2.4 y se aconsejan 3.4; mientras que del tercero hay 2.8 y se aconsejan 9.

Tras el brote de coronavirus, según la FAO, los países de todo el mundo han iniciado a implementar diversas disposiciones destinadas a evitar una mayor propagación de la enfermedad. Sin embargo, esas medidas podrían afectar a la producción y el comercio agrícolas. Por ejemplo, muchos países están aplicando controles más estrictos a los buques de carga, con el riesgo de poner en peligro las operaciones de transporte marítimo. La producción nacional de alimentos es una prioridad por la presencia de la COVID-19 y solo será posible con la comprensión, apoyo y sentido solidario de los campesinos y trabajadores que tienen la convicción de producir para el pueblo.

Reforzar los sistemas de producción y distribución de alimentos es fundamental para luchar contra el hambre y supone ayudar a combatir las enfermedades doquiera que surjan en los seres humanos, los animales, las plantas o el medio ambiente. Será necesaria la elaboración de un Plan de Seguridad Alimentaria, donde se prioricen los cultivos decisivos en al autoabastecimiento, como la producción de maíz, frijol, arroz, papas y fomentar la producción de huevo, pollo carne de cerdo y de res.

También sería una opción la agricultura urbana, suburbana y familiar, los cultivos de ciclo corto e intensificar los productos exportables, como café, limón, aguacate, etc., de los que depende una parte de los ingresos para el desarrollo del sector agropecuario del país.

Para mitigar los efectos de la pandemia en la alimentación y la agricultura, la FAO insta a los países a satisfacer las necesidades alimentarias inmediatas de sus poblaciones vulnerables, impulsar sus programas de protección social, continuar con el comercio mundial de alimentos, mantener la cadena de suministro nacional y contribuir a desarrollar la capacidad de los pequeños agricultores para aumentar la producción alimentaria.

Los precios mundiales de los alimentos bajaron fuertemente en marzo, lastrados en su mayor parte por la contracción de la demanda vinculadas a los efectos de la pandemia y la caída de los precios mundiales del petróleo, debido sobre todo a las expectativas de desaceleración económica a medida que los gobiernos implantan restricciones destinadas a responder a la crisis sanitaria.

Llegó el momento en que todos somos vulnerables, esta condición hace que aflore lo peor y lo mejor de cada ser humano. Es ahora que tenemos conciencia de nuestro gobierno, empezamos a apreciar el trabajo de las instituciones de salud y de investigación científica, bendecimos a los que trabajan la tierra y producen alimentos, agradecemos a los empresarios responsables las medidas humanitarias hacia su personal, visualizamos la importante labor de periodistas y comunicadores, de los servidores en general y de los buenos amigos y vecinos.

Ante esta crisis, no sólo se evidencia la necesidad de una comprensión intelectual, renovar ideas y concepciones para lograr un cambio de mentalidad. Para lograr una transformación, se necesita incluir la emoción y el sentimiento. Sea pues, este malaventurado episodio la oportunidad de transformar la conciencia colectiva.

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