Aprovechemos para reflexionar y cambiar (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“En la crisis, se consciente del peligro, pero reconoce la oportunidad” John F. Kennedy

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165
Es tiempo de reflexión nuevamente. La pandemia del COVID-19 está golpeando a todo el mundo en la salud, y la magnitud del problema depende en gran medida de nuestra actitud ante éste. Las dependencias de salud, únicamente nos piden que nos lavemos las manos con agua y jabón, al toser o estornudar, cúbrase la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo; tire el pañuelo inmediatamente y lávese las manos con un desinfectante de manos a base de alcohol, o con agua y jabón y que estemos en nuestras casas, saliendo lo menos posible. Es decir, debemos seguir las normas de conducta que se recomendaban en los manualas de urbanidad y buenas maneras, que se usaron a mediados del siglo pasado. Sin duda la relajación de nuestra conducta no solo se refiere a los valores, sino también en aspectos de civismo. Estamos pagando las consecuencias de ello.

Debemos cumplir estas sencillas instrucciones de higiene y pensar en los demás. La organización Mundial de la Salud recomienda que siempre que tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, es importante que busque atención médica de inmediato, ya que dichos síntomas pueden deberse a una infección respiratoria o a otra afección grave. Los síntomas respiratorios con fiebre pueden tener diversas causas, y dependiendo de sus antecedentes de viajes y circunstancias personales, el Covid-19 podría ser una de ellas.

El brote de infección por la enfermedad del coronavirus-19 (COVID-19) comenzó en diciembre de 2019 en Wuhan. En el mundo, la pandemia ya ha infectado a más de 245,000 personas, de las que han muerto más de 10,000. Italia ha informado este viernes de la muerte en un solo día de 627 personas, con lo que ya son 4,032 los fallecidos en el país.

Los síntomas clínicos de presentación más comunes son fiebre y tos, además de otras sintomatologías no específicas, como disnea, dolor de cabeza, dolor muscular y fatiga. Alrededor del 20% de los casos son graves y la mortalidad es de aproximadamente el 3%, aunque esta varía desde cerca del 8% en Italia, a menos del 1% en Alemania.

Este es el séptimo coronavirus conocido en infectar a los humanos. Otros dos ejemplos notables incluyen el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS), el primero de los cuales comenzó en el sur de China y resultó en 774 muertes de 8,098 personas infectadas en 29 países desde noviembre de 2002 hasta julio de 2003, y el último que se originó en Arabia Saudita y fue responsable de 848 muertes entre 2,458 personas en 27 países hasta julio de 2019.

Algunos investigadores tempranos han observado patrones. En un estudio se determinó que las personas con sangre de tipo A podrían ser más vulnerables al coronavirus COVID-19, de acuerdo con un estudio realizado por científicos basados en Wuhan (donde se inició el brote que ahora es pandemia) y en Shenzhen, China. La muestra se basó en un universo de 2 mil pacientes que fueron atendidos en ambas ciudades. Por otra parte, también se detectó que el grupo sanguíneo “O” tiene menor riesgo para contraer la enfermedad infecciosa.

Las pruebas científicas obtenidas hasta ahora indican que el virus de la COVID-19 puede transmitirse en CUALQUIER ZONA, incluidas las de clima cálido y húmedo. Con independencia de las condiciones climáticas.

Si bien el tema de la salud es importante, debemos comprender que las medidas adoptadas por los organos de gobierno, también están encaminadas a mitigar el impacto socioeconómico que se desencadenará después del problema sanitario. El trabajo en casa y el rediseño de algunos servicios públicos, probablemente nos lleven a otra forma de hacer las cosas. Las crisis abren la oportunidad de cambiar. Colaboremos en este periodo de retiro social.