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Desarrollo Territorial (tiempo estimado de lectura: 6 minutos) “No hay globalidad que valga si no hay localidad que sirva” Carlos Fuentes Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente (917)106 7165 El enfoque territorial contempla al territorio como el escenario socialmente construido donde ocurre todo lo social y simbólico; sin embargo es a la vez natural, […]
2 de febrero de 2020

Desarrollo Territorial
(tiempo estimado de lectura: 6 minutos)

“No hay globalidad que valga si no hay localidad que sirva” Carlos Fuentes

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165
El enfoque territorial contempla al territorio como el escenario socialmente construido donde ocurre todo lo social y simbólico; sin embargo es a la vez natural, espacial, social, cultural, económico, político, e histórico.

En las zonas rurales la incidencia de la pobreza se ha mantenido constante desde hace más de 30 años, debido a la inefectividad de las políticas de desarrollo rural. Cada vez somos más quienes pensamos que si queremos que los resultados diferentes, debemos hacer las cosas de otra forma.

El denominado “enfoque territorial del desarrollo rural” es un proceso de transformación productiva e institucional en un espacio rural determinado, cuyo fin es reducir la pobreza rural. Definir el territorio en la práctica, ha sido quizá, el problema no resuelto, pues se diluyen los esfuerzos o se concentra la fuerza y no abarca a las mayorías. La transformación productiva tiene el propósito de articular competitiva y sustentablemente a la economía del territorio a mercados dinámicos. El desarrollo institucional tiene los propósitos de estimular y facilitar la interacción y la concertación de los actores locales entre sí y entre ellos y los agentes externos relevantes, y de incrementar las oportunidades para que la población pobre participe del proceso y sus beneficios.

En este enfoque la competitividad y el conocimiento, son condicionnes necesarias para la sobrevivencia de las unidades productivas. Por un lado, la innovación tecnológica que eleva la productividad del trabajo es una determinante crítica del mejoramiento de los ingresos de la población pobre rural; y por otra parte, la competitividad es un fenómeno sistémico, es decir, no es un atributo de empresas o unidades de producción individuales o aisladas, sino que se funda y depende de las características de los entornos en que están insertas.

Aunque la demanda externa al territorio es el motor de las transformaciones productivas y, por lo tanto, es esencial para los incrementos de la productividad y el ingreso, se debe procurar fortalecer el consumo territorial, a fin de distribuir de mejor manera el ingreso.

El enfoque de desarrollo rural predominante en América Latina y el Caribe desde la postguerra, apostaba a la modernización agrícola, especialmente de la agricultura campesina o agricultura familiar, como motor de la transformación rural.

Entre 1990 y el año 2000 surgieron dos afirmaciones que implicaron una ruptura con la tradición intelectual agraria y rural imperante hasta entonces. La primera, que sintetizó el análisis empírico de la nueva ruralidad, fue: “lo rural no es lo mismo que lo agrícola.” La segunda, señalaba que la promoción del desarrollo rural bajo las nuevas condiciones de América Latina y el Caribe, debía basarse en un enfoque territorial y no en uno sectorial.

Los sistemas sociales precisan apropiarse del territorio para sostenerse, perpetuarse y dotarse de sentido en un espacio geográfico y temporal. Existen tres dimensiones de apropiación territorial: la dimensión subjetiva corresponde al proceso mediante el cual un grupo humano ejerce control, posesión y hace suyo una porción del espacio geográfico dotándolo de un sentido y una serie de símbolos; La dimensión concreta se refiere al acceso y aprovechamiento de sus recursos (naturales y socialmente transformados) para su sustento y reproducción; por último la dimensión abstracta constituye el establecimiento de una serie de reglas, normas e instituciones que regulan el acceso a esos mismos recursos. Todo territorio es un territorio de diferencia ya que engloba una construcción local y regional única, a nivel ecológico, cultural y social.

Para desarrollar el territorio se requiere una visión global del territorio, nunca sectorizada para que todos los sectores inteactuen y así fortalecer la estructura económica y tener como objetivo la justicia social.

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