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La dieta en México, es para deportistas de alto rendimiento (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “Yo no conozco a muchos padres que quieran alimentar a sus hijos con bebidas gaseosas, pero el jarabe de maíz de alta fructosa es barato. El precio del refresco en 20 años se ha reducido un 40%, mientras que […]
19 de enero de 2020

La dieta en México, es para deportistas de alto rendimiento (tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“Yo no conozco a muchos padres que quieran alimentar a sus hijos con bebidas gaseosas, pero el jarabe de maíz de alta fructosa es barato. El precio del refresco en 20 años se ha reducido un 40%, mientras que el precio de los alimentos integrales, frutas y verduras, ha subido un 40%” Tom Colicchio

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165
En América Latina, más del 20% de personas entre 0 a 19 años presentan sobrepeso u obesidad (42.5 millones). La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Durante los primeros años y antes de los 18 años de edad, la obesidad tiene consecuencias importantes para la salud física y mental. Las niñas y niños obesos tienen mayor probabilidad de padecer enfermedades cuando sean mayores, así como problemas de autoestima y discriminación.

Al igual que en otros países del mundo, México se ha visto inmerso en esta epidemia que afecta a millones de infantes y adolescentes. Con información de las Encuestas Nacionales de Nutrición en México, desde el año 1988 se ha podido documentar la tendencia permanente al aumento del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes.

En un estudio reciente (2018), se detectó que la prevalencia nacional de sobrepeso y obesidad en niñas preescolares fue de 5.8%, menor a la observada en 2012 (9.7%) y de 6.5% para niños, menor a la estimada en 2012 (9.9%). Para los adolescentes (12 a 19 años), la prevalencia de sobrepeso en las mujeres de localidades rurales pasó de 27.7% en 2012 a 37.2% en 2018, y de localidades urbanas de 38.6% en 2012 a 39.8% en 2018. En el caso de los hombres adolescentes también hubo un aumento en la prevalencia de sobrepeso en localidades rurales (25.8% en 2012 a 32.7% en 2018), no así para las localidades urbanas (36.6% en 2012 a 33.7% en 2016).

Las causas del sobrepeso, según los especialistas, se basan en la alta disponibilidad alimentos y bebidas procesados, con alto contenido de sal, azúcares refinados y grasas, y bajo contenido de vitaminas, minerales y fibra, aunado a una disminución en la actividad física y poco consumo de agua, por la preferencia por otras bebidas.

Sin embargo, hay que destacar que en otro estudio, detectaron que la prevalencia del sobrepeso entre los adolescentes que no realizan labores en el campo, sin importar si estudian o no, es tres veces mayor (34.4%) con respecto a los jóvenes que llevan a cabo actividades agrícolas y además son estudiantes (10.3%).

La dieta mexicana está basada en maíz, frijol y chile; lo que implica un fuerte componente de hidratos de carbono. El pueblo mexicano sigue arraigado a costumbres alimentarias milenarias, sin embargo ha adoptado estilos de vida muy modernos, donde la actividad física es limitada y el consumo de azúcar y grasa es excesivo. Por otro lado está el ingreso económico de la mayoría de las familias del país que deben anteponer el consumo de carbohidratos al de proteína, ya que la diferencia en precio y rendimiento entre 1 kg de carne y 1 kg de pasta es abismal.

Las medidas gubernamentales para fomentar una cultura alimenticia saludable, dejan muchas dudas, ya que esfuerzos como reducir el tamaño de las porciones de alimentos empacados que se venden en las escuelas, sólo ha logrado que los niños compren el doble o triple para compensar esta medida; la información nutrimental explícita en los productos procesados, es a menudo confusa y difícil de entender; y en general los esfuerzos no se ven reflejados, tal como las estadísticas lo evidencian en el caso de la población adulta y adolescente, por el contrario, un dato esperanzador es la notable disminución de la obesidad en los niños de edad preescolar.

La convicción debe, una vez más, salir del propio individuo. La educación en casa y el ejemplo de los padres, en conjunto con los profesores y primeras referencias de los infantes, debe ser determinante para combatir el problema de obesidad en México.

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