Agrotendencias
¿Es necesaria la disminución del consumo de carne? (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “Cuanto más forraje, más carne; cuanta más carne, más estiércol; cuanto más estiércol, más grano.” Barón Justus Von Liebig Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente (917)106 7165 Aunque la quema de combustibles fósiles es lo que recibe mayor atención, el […]
12 de enero de 2020

¿Es necesaria la disminución del consumo de carne?
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“Cuanto más forraje, más carne; cuanta más carne, más estiércol; cuanto más estiércol, más grano.” Barón Justus Von Liebig

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165
Aunque la quema de combustibles fósiles es lo que recibe mayor atención, el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU advierte que para frenar el calentamiento global es esencial la reducción del consumo de carne, además de medidas en contra de la deforestación y en favor del uso sostenible de la tierra.

Sin embargo, ejemplos como África y sus grandes herbívoros, que evidentemente juegan un papel clave en muchos ecosistemas forestales, dan pie a la duda respecto a las declaraciones de la ONU. Existe un reconocimiento generalizado de que algunos cambios indeseables pueden ser causados por la eliminación completa del pastoreo, mientras que puede haber beneficios de un pastoreo de ganado dirigido adecuadamente, manteniendo la biodiversidad. El pastoreo también se ha introducido como un componente de «reconstrucción» principalmente en hábitats semiabiertos, como los pastizales con árboles (ver “Cómo combatir la desertificación y revertir el cambio climático” de Allan Savory). Recientemente, ha habido una defensa cada vez mayor del pastoreo de ganado, porque hay más potencial para controlar tanto la densidad como la temporada de pastoreo, en comparación con los herbívoros salvajes. Las excretas animales generan material orgánico, que evita la desertificación de las tierras.

Por otra parte, también hay muchas declaraciones y resultados contradictorios sobre los sistemas silvopastoriles. El pastoreo reduce la biomasa de la vegetación, pero algunos efectos menos obvios para la conservación incluyen una mayor diversidad de hábitat y junto con ello la mayor regeneración de especies de árboles. El pastoreo de ganado, visto desde el punto de vista de la silvicultura comercial, se convirtió en una práctica indeseable que debería eliminarse por completo de los bosques, sin embargo, una característica del trópico por definición, es su biodiversidad, contrario a los bosques templados donde predomina una sola especie.

Existe un renovado interés por los sistemas de usos múltiples y las prácticas históricas tradicionales, a menudo abandonadas, incluida la combinación de pastoreo y silvicultura, como lo demuestra el creciente número de estudios sobre sistemas silvopastoriles. Por otra parte, la información científica de cómo debe llevarse a cabo el pastoreo con fines de conservación es limitada porque los resultados dependen en gran medida del contexto. La dirección y la amplitud de los efectos pueden verse influenciadas no solo por el tipo de bosque o selva y los niveles de población, sino también por las preferencias de alimentación del ganado, la disponibilidad de forraje alternativo, la temporada de pastoreo y la actividad del pastor. Para ello es necesario ampliar las escalas temporales y espaciales de los estudios de caso y enfatizar la necesidad de crear espacio y apertura para la investigación interdisciplinaria y participativa y los enfoques de conservación, iniciando la coproducción de conocimiento sobre los beneficios del pastoreo en los bosques. Una dieta que contenga cantidades limitadas de carne es beneficiosa para el medio ambiente cuando los animales se mantienen en tierras marginales; se requiere una mayor participación de los centros de investigación para resolver las dudas que surgen ante estos problemas globales.

El Ser Humano es históricamente omnívoro. La dieta flexitariana consiste en la reducción del consumo de productos animales, consumiendo carne de forma ocasional. En todo caso, una dieta equilibrada y sin excesos no solo va a ayudar a disminuir la contaminación atmosférica, sino que también a la propia salud. Otros factores importantes a la hora de elegir un régimen alimenticio, es la edad, la actividad física y las condiciones particulares (embarazo, enfermedades, lactancia, etc.)

El consumo de carne en exceso (como cualquier otro exceso) puede resultar perjudicial para nuestra salud, los expertos recomiendan consumirla una o dos veces por semana y agregar a la dieta otros alimentos como verduras, cereales y legumbres que aporten hierro y minerales. Todo es cuestión de equilibrio!

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