Agrotendencias
¿Realmente nos afecta la importación de bovinos desde Guatemala? (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) “En un mundo de libre comercio y democracia, no hay incentivo para la guerra y la conquista.” Ludwig Heinrich Edler Von Mises Elisabeth Casanova García afgha@hotmail.com Jorge Quiroz Valiente (917)106 7165 La noticia reciente del convenio entre México y Guatemala […]
8 de diciembre de 2019

¿Realmente nos afecta la importación de bovinos desde Guatemala?
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

“En un mundo de libre comercio y democracia, no hay incentivo para la guerra y la conquista.” Ludwig Heinrich Edler Von Mises

Elisabeth Casanova García
afgha@hotmail.com
Jorge Quiroz Valiente
(917)106 7165
La noticia reciente del convenio entre México y Guatemala para la importación de ganado en pie ha despertado el interés del público en general. Según cifras oficiales, la mayor demanda externa de carne de ganado bovino ha impulsado un incremento de su producción en la región de Centroamérica y la República Dominicana. La leche es otro bien pecuario que ha elevado su producción por efecto de la mayor demanda doméstica y regional.

La población bovina de toda América Central es de 17 millones de animales, aproximadamente. La cría de ganado bovino se practica entre cerca de 350 mil unidades agropecuarias, la mayoría de ellas, con 20 unidades/animal en promedio. El sistema dominante entre los pequeños productores es el de doble propósito, es decir se cría ganado para producir algo de leche y vender los terneros al destete.

Los significativos aumentos en la producción de carne de Guatemala, Nicaragua y la República Dominicana contribuyeron a que la producción promedio anual centroamericana pasara 413 mil toneladas en 1990-2000 a 568 mil toneladas en 2001-2013. Si bien la producción de carne de ganado bovino y el inventario de reses van en ascenso, este alimento no se encuentra al alcance de los sectores de menores ingresos, debido a los elevados precios y sus aumentos, por lo que se erige casi como un bien suntuario para amplias capas de población. Entre las exportaciones pecuarias, el producto más destacado de la región es la carne de ganado bovino. Las exportaciones de Centroamérica pasaron de 61 mil toneladas entre 1990 y 2000 a 83 mil toneladas en 2001-2013, y a 125 mil toneladas en 2018. En contraste, México produjo durante 2018 más de 12 millones de toneladas de carne, por lo que la exportación total de carne centroamericana sería el 1% de la producción nacional, esto suponiendo que México comprara toda esa producción. Por otro lado, México exportó 117,472 toneladas de carne y 1,231,360 cabezas en pie a los estados Unidos, durante 2018. Visto en cifras, las cosas son mucho más objetivas.

El inventario ganadero de Guatemala podría alcanzar los 2.9 millones de cabezas, 1.4 millones de litros de leche producidos al día, además de la producción anual de medio millón de cabezas de ganado vendidas para carne. En Guatemala el consumo nacional anual per cápita de carne es de apenas 4 Kg; mientras que el de leche es de 56 litros al año, cifras que se encuentran muy por debajo de las recomendaciones de FAO y se ubicaría como uno de los consumos más bajos de América Latina, lo que convierte al propio mercado guatemalteco en un mercado de oportunidades.

Al revisar los datos de comercio exterior guatemalteco, específicamente los concernientes a las importaciones, podemos observar una creciente balanza comercial negativa dada por la compra de productos lácteos (US$ 162 millones) y de carne bovina (US$ 25 millones), para un total de US$ 187 millones. En cuanto a los precios de la carne en Guatemala, la pulpa de res tiene un precio por kg de casi $190/kg y la leche $29/litro. La pregunta entonces es ¿porque en México, nos preocupamos por la importación de becerros?

El comercio reglamentado legalmente entre los países, es una actividad que favorece el crecimiento económico, los protocolos sanitarios para la importación de ganado desde Centroamérica están adecuados y enfocados a garantizar la seguridad de ambos países. Ahora sólo falta que las autoridades vigilen el cumplimiento de esta normatividad y por supuesto que la sociedad civil no trate de vulnerar el cumplimiento de la ley, sino que lo exija.

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