Agrotendencias
Las mascotas asilvestradas vs. la biodiversidad (tiempo estimado de lectura: 5 minutos) «Destruir las selvas para obtener dinero es como usar una obra del Renacimiento como leña para preparar comida» Edward O. Wilson Elisabeth Casanova García Jorge Quiroz Valiente afgha@hotmail.com (917)106 7165 En México, se han desarrollado diversas modalidades de áreas de recursos naturales de […]
7 de julio de 2019

Las mascotas asilvestradas vs. la biodiversidad
(tiempo estimado de lectura: 5 minutos)

«Destruir las selvas para obtener dinero es como usar una obra del Renacimiento como leña para preparar comida» Edward O. Wilson

Elisabeth Casanova García
Jorge Quiroz Valiente
afgha@hotmail.com
(917)106 7165
En México, se han desarrollado diversas modalidades de áreas de recursos naturales de conservación voluntaria tanto en propiedades sociales como privadas, como las Unidades Extensivas de Conservación para el Manejo de la Vida Silvestre (UMAS) y los Programas de Manejo Forestal (PMF).

La pérdida de la diversidad biológica es uno de los graves problemas ambientales de nuestra era causadas por las actividades humanas. Los factores inducidos por el hombre que afectan la biodiversidad incluyen la pérdida de hábitat, la caza excesiva, la contaminación por nutrientes y agroquímicos, el cambio climático y las especies exóticas. Menos conocido y subestimado es el creciente efecto de los animales domésticos y especialmente los que se vuelven salvajes, en las zonas rurales de todo el mundo. Los animales domésticos proporcionan gran número de alimentos, servicios y compañía en el caso de las mascotas, con un estimado de 1,400 millones de Bovinos, 58 millones de caballos, 18,500 millones de aves de corral, 986 millones de cerdos, y casi 1,500 millones de perros poblando el mundo. Los animales domésticos están presentes y desempeñan un papel importante en los paisajes dominados por humanos, en la medida en que aproximadamente el 90% de los mamíferos en la tierra son humanos y animales domésticos.

Cuando los animales domésticos están desatendidos, abandonados o mal administrados, pueden independizarse del cuidado humano y vagar libremente en las áreas rurales. Los animales domésticos asilvestrados (ADA) tienen un impacto negativo en la biodiversidad tanto en todos los países. Los impactos ambientales registrados en áreas rurales incluyen la erosión del suelo (los cerdos) y el sobrepastoreo (los caballos y el ganado); transmisión de enfermedades a personas (por epidemias de rabia provocadas por gatos y perros salvajes), y a animales domésticos y animales silvestres (leptospirosis por perros salvajes); depredación y competición con carnívoros silvestres. Además, los ADA aumentan los conflictos entre humanos y la vida silvestre al provocar asesinatos por error de carnívoros silvestres cuando los perros salvajes se aprovechan del ganado.

Al menos 322 especies de vertebrados terrestres se han extinguido desde el siglo XVI. Los gatos han sido un factor importante que condujo a la extinción de muchas de esas especies. Los perros y gatos asilvestrados son depredadores efectivos de la vida silvestre (reptiles, aves y mamíferos). Se ha estimado que los gatos matan hasta 3,400 millones de aves por año (solo en los EE. UU). Además, son una fuente de enfermedades infecciosas para los carnívoros silvestres. Las poblaciones de gatos cercanas a áreas protegidas están creciendo en muchas partes de América del Norte, Europa y Australia, poniendo en peligro las especies nativas. En el continente africano, el lobo etíope es una especie altamente amenazada; está bien documentado que ha sido afectado en los últimos 20 años por varias epidemias de rabia, que han disminuido la población en alrededor del 75% en Etiopía. La vida silvestre nativa en las islas es particularmente vulnerable al impacto de las ADA.

La política gubernamental debe encaminarse a la protección de la biodiversidad, los ecosistemas y los medios de vida rurales. La presencia de los ADA contribuye a la pérdida de la biodiversidad y causa cambios generalizados en todos los ecosistemas.

La conservación voluntaria es un proceso que recientemente ha comenzado a ser reconocido. Aun no se cuenta con un marco jurídico completo ni con los programas institucionales que alienten y estimulen esta forma de conservación. Mediante una “certificación”, los propietarios dedican sus predios a la conservación ambiental de manera voluntaria (ADVC) y con el interés de cuidar y mantener los recursos naturales.

En México hay casi 600 mil hectáreas voluntariamente cedidas para conservación, repartidas en 339 predios, de los cuales sólo 2 están en Tabasco (900 ha).

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