Cuando a las 11:28 horas, la consejera presidenta del IEPCT, Maday Merino Damián, declaró válida la elección de gobernador del domingo 1 de julio, una exclamación se escuchó a una sola voz hasta derivar en algarabía, fiesta popular en las calles Eusebio Castillo y Cuauhtémoc, además de avenida Méndez: «¡Gobernador, gobernador, gobernador!»

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Y el regocijo animado por tamborileros y música de viento, se prolongó cuando la autoridad electoral extendió la constancia de mayoría al ahora gobernador electo Adán Augusto López Hernández.
Todo el acto protocolario realizado en la sala de sesiones del órgano administrativo, militantes de Morena, además de otros partidos y funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno que, algunos, hasta presumían camisetas de la campaña electoral, lo pudieron atestiguar ante la pantalla gigante que se instaló afuera del IEPCT.
A través de la transmisión en vivo, también ciudadanos sin partido, obreros, campesinos, empleados, profesionales, amas de casa, religiosos y… sobre todo, un sinnúmero de jóvenes de ambos sexos, escucharon el primer mensaje del gobernador electo al auditorio interno, incluyendo agradecimientos a su esposa Lea Isabel Estrada de López, así como a sus hijos Payambé, Adrián y Andrés; y, entre otros, a los consejeros electorales.
«Cuando vine a registrarme como candidato, le dije que les concedía el beneficio de la duda pero también que ello no era una patente de Corzo… pero, es de reconocer, que estuvieron a la altura de la circunstancia», manifestó al cuerpo de ciudadanos responsables de la organización de la contienda electoral.

AMLO, la guía
Alcanzaron también agradecimientos, María Elena Cornejo, delegada del INE; el titular de la Fepade Tabasco, Javier Nucamendi, Jesusita Lilia López Garcés y Leonel Cota Montaño, representantes de Morena; diputados federales y senadores electos; Evaristo Hernández Cruz, presidente de Centro electo, y, entre otros invitados, César Raúl Ojeda Zubieta, Tomás Fernández Torrano…
Por la pantalla, la multitud vio cómo el representante electoral del PRD, Javier López Cruz, le dio la espalda a López Hernández cuando éste ingresó al salón saludando a la concurrencia a su paso. El gesto fue desapercibido pero incómodo a quienes alcanzaron a verlo.
El momento se superó cuando el ya gobernador electo afirmó que con la constancia de mayoría se concretaba una aspiración, al igual que ocurrió con la presidencia de la República obtenida por el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador. «Será la guía, seguiremos su liderazgo».
Con la afonía ya evidente, aseguró que con el resultado de los comicios concurrentes inicia una nueva etapa para Tabasco y México pero que ésta requiere de la participación de todos.

«Este papel es de ustedes»
Antes de reencontrarse con sus seguidores, el gobernador electo que por la mañana había atestiguado la entrega de constancias de mayoría a los representantes populares de Tabasco federales, incluyendo al perredista Juan Manuel Fócil Pérez, reiteró su propuesta de campaña de reconciliación política.
«Vamos unidos por la reconciliación de Tabasco», recalcó al tiempo de comprometerse a que ningún obstáculo lo apartará de ese objetivo prioritario: «Con la reconciliación, vamos por un mejor Tabasco para todos».
Y entonces, cuando a las 12 horas apareció arriba del entarimado dispuesto a la entrada del IEPCT, lo primero que hizo fue ordenar al personal de logística quitar la valla de metal que impedía el acceso por la parte suroeste del estrado: «¡Gobernador, gobernador, gobernador!», fue el coro que el gesto impulsó.
«Este papel simboliza una realidad que les pertenece a ustedes», exhibió, de entrada, a la multitud, la carpeta donde tenía la constancia de mayoría. «¡Gobernador, gobernador, gobernador!», ahora fue el grito generalizado.
Sombrillas y mantas se mantenían en lo alto a pesar del exhorto de los animadores para bajarlos a fin de permitir a los de atrás ver las intervenciones de Mónica Fernández Balboa, Javier May Rodríguez y Leonel Cota Montaño. Descubrirse, sería caer en las garras del sol dominical. Nadie hizo caso.
Lo que sí atendió y de inmediato fue el mensaje del gobernador electo: «No vamos a perder la oportunidad de reconciliar a Tabasco. Es la hora de Tabasco, es la hora del Sureste. ¡Vamos a acompañar, sin ninguna duda, al estandarte que es Andrés Manuel López Obrador!»
Y aún no terminaba López Hernández de pronunciar el nombre del presidente electo de México y ya sus paisanos coreaban el grito de guerra surgido desde 1988 en la Plaza de la Revolución: ¡Obrador, Obrador, Obrador…!