Adán es mi amigo
Como secretario de Gobernación hace muy bien su trabajo, reconoce el presidente López Obrador Con remembranzas de cuando comenzó en Tabasco la lucha por democratizar al país en 1988, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de «muy bien» el trabajo de Adán Augusto López Hernández en la Secretaría de Gobernación. Entre otros temas que […]
16 de noviembre de 2022

Como secretario de Gobernación hace muy bien su trabajo, reconoce el presidente López Obrador

Con remembranzas de cuando comenzó en Tabasco la lucha por democratizar al país en 1988, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de «muy bien» el trabajo de Adán Augusto López Hernández en la Secretaría de Gobernación.
Entre otros temas que se abordaron en la mañanera, el Ejecutivo respondió así a la siguiente pregunta:
—¿Qué le cuenta el secretario de Gobernación de la reunión que tuvieron ayer? ¿Usted le mandó algún mensaje al senador (Ricardo) Monreal?—, escudriñó un reportero acerca de la conversación sostenida en la víspera entre López Hernández y el presidente de la Cámara Alta.
A bote pronto, sonriente, el presidente López Obrador contestó:
«No, no, no, yo no mando mensajes, ni tengo palomas mensajeras. Adán es mi amigo y además es secretario de Gobernación, y él sabe hacer su trabajo y lo hace muy bien.
Pero aquí cada quien asume su responsabilidad y tiene que actuarse a partir de principios, de ideales. Y nunca olvidar, jamás, de que el pueblo es el soberano, es el que manda», añadió en torno al escenario que pudiera darse en el Congreso de la Unión en torno a su propuesta de reforma electoral.
Antes, el mandatario relató paisajes de cómo inició su lucha por la democracia en México, desde Tabasco. Aquí fragmentos de su memoria:
«Yo cuando comencé iba yo con un megáfono a los pueblos y me escuchaban cinco, y cuando se acercaban 20 era yo feliz, feliz.
Una de las cosas que nunca voy a olvidar es que saqué un aplauso en un camión urbano, que, como dicen los veracruzanos, les zumba, porque me subía yo en la parada con unos volantes, entonces hablaba yo, una arenga: ‘Ya es tiempo de despertar, hay que acabar con la corrupción, tiene que haber democracia, al pueblo nada más se le utiliza, vamos a luchar por un cambio verdadero’. Así, algo parecido.
Y entregaba yo los volantes. Y antes los camiones tenían puerta por atrás y me bajaba. Le pedía yo permiso al chofer, conductor, si me daba. Y pues cada quien, ya ven como era antes, y sigue siendo, cada quien en el camión va leyendo sus cosas, volteando a ver, entonces de repente yo me paraba y hablaba ahí, y así.
Pero muy efectivo porque eran camiones grandes, pues de 30, 40 pasajeros, y 30, 40 en 10, 15 minutos, a ir a una comunidad lejos también por 30, y así lo hacía, pues.
A veces iba yo a comunidades lejísimas, y uno, porque había miedo.
Además, no había tradición democrática, no había cultura democrática, se pensaba incluso que era ilegal ser opositor, no se movía ni una hoja del árbol de la política, se corría el riesgo de que fuese uno linchado.
A veces le pedía yo a un señor, que ya falleció, Jesús Sibilla Zurita, tenía un programa de radio, y lo único que le pedía —porque era priista, pero un hombre de bien— y le digo: Lo único que quiero es que dé a conocer en la radio… Porque era la radio que más se escuchaba en Tabasco, al grado que iba uno por la banqueta e iba uno escuchando el programa, cuando la radio jugaba un papel importante de que se anunciaba o se avisaba de un enfermo y toda esa labor social de la radio, verdadera comunicación.
Entonces, le decía yo, mire, nada más diga que va a estar el candidato del Frente Democrático Nacional en tal, tal, tal, y ya, para que la gente sepa que es legal. Así, a esos extremos.
Bueno, pero luego lo de los camiones estaba mejor, porque en tres horas, cuatro horas, 400, 500 personas, y sólo. Era nada más subirse a hablar, repartir volantes y bajar.
Y un día, una sola vez, ¿eh?, no crean, terminé de hablar y un aplauso de todos los que iban en el camión. Eso les zumba, porque para lograr que gente que piensa distinto, me reconociera mi trabajo, la labor, que seguramente ni votaron por mí, ni iban a votar por mí, ni simpatizaban, pero por solidaridad, como es nuestro pueblo, muy solidario, muy fraterno». Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo

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