Absuelven a activistas acusadas de blasfemia por poner arcoíris LGBT a la Virgen María
La intención de mezclar una imagen religiosa con los colores asociados al colectivo LGBT era denunciar la hostilidad de la Iglesia polaca contra las minorías sexuales Tres activistas polacas acusadas de blasfemia por unir un halo del arcoíris a la imagen de la Virgen María, fueron absueltas por un juzgado de Plock, centro del país, […]
2 de marzo de 2021

La intención de mezclar una imagen religiosa con los colores asociados al colectivo LGBT era denunciar la hostilidad de la Iglesia polaca contra las minorías sexuales
Tres activistas polacas acusadas de blasfemia por unir un halo del arcoíris a la imagen de la Virgen María, fueron absueltas por un juzgado de Plock, centro del país, en un proceso que había despertado gran interés en Polonia.
Elzbieta Podlesna, Anna Prus y Joanna Gzyra-Iskandar Darski, que en caso de condena afrontaban una pena de hasta dos años de prisión, saludaron el fallo como un hito positivo en su lucha por la libertad de expresión.
“Todavía no entiendo cómo el arco iris, un símbolo de diversidad y tolerancia, puede ofender sentimientos. No puedo entenderlo, especialmente cuando yo misma soy creyente”, declaró Podlesna al medio polaco Onet.
El proceso arrancó en 2019, después de que la policía arrestara en su casa a Podlesna, de 51 años.
Le fueron confiscadas decenas de copias impresas de la imagen, en la que la Virgen de Chestochova, que despierta gran devoción en la Polonia católica, aparecía coronada por un halo con los colores del arcoíris.
Un tribunal consideró a continuación que el registro, como la detención, fueron innecesarios, y concedió a Podlesna una indemnización de unos 1.700 euros por daños y perjuicios.
A la decisión siguió una reacción del ministro polaco de Interior, Joachim Brudziski, según el cual “la libertad y la tolerancia no dan derecho a ofender los sentimientos de los creyentes”.
La sentencia establece que no hay ningún indicio de delito y que las activistas no estaban movidas por el deseo de ofender los sentimientos religiosos de nadie o de insultar la imagen de la Virgen María.
Según sus autoras, la intención de mezclar una imagen religiosa con los colores asociados al colectivo LGBT era denunciar la hostilidad de la Iglesia polaca contra las minorías sexuales.
Debido a la notoriedad que alcanzó el caso, la imagen se ha convertido en un icono de la lucha por los derechos civiles en Polonia, así como las protestas contra la prohibición del aborto y manifestaciones contra el Gobierno.
El colectivo LGBT se convirtió en objeto de hostilidad en la campaña por la reelección del presidente Andrzej Duda. El jefe del Estado considera a sus miembros una “ideología, no personas”, que califica de “más destructiva que el comunismo”.
En Polonia, las parejas del mismo sexo no tienen reconocimiento legal y tienen prohibida la adopción de niños.
Según un informe de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Polonia tiene el mayor número de leyes vigentes por difamación e injuria de Europa y uno de los mayores del mundo.
Aparte de ofender los sentimientos religiosos, es delito insultar al presidente, a la nación y el estado, a los funcionarios públicos o los monumentos y parte del patrimonio nacional, incluidos árboles y montañas.

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