Los aspirantes a dirigir a los trabajadores serán “palomeados” por el cacique petrolero, a sabiendas que su favorito irá más por el poder económico y político que representa ser dirigente

JORGE MACARIO
Rumbo Nuevo
A partir de finales de octubre, comenzará una lucha intestina en cada una de las seis secciones petroleras de Tabasco, luego de que por esas fechas el comité ejecutivo nacional del STPRM, que dirige Carlos Romero Deschamps, lance la convocatoria para renovar las dirigencias sindicales, hoy en poder de algunos líderes, que han caído de la gracia del mandamás de los petroleros.
Aunque en la pasada reforma laboral, todavía a discusión en el Senado, se pidió transparencia y equidad para la elección de los dirigentes sindicales, en el caso del poderoso sindicato petrolero no va hacer así, ya que los aspirantes a dirigir a los trabajadores serán “palomeados” por el cacique petrolero, a sabiendas que su favorito irá más por el poder económico y político que representa ser dirigente sindical, que por lograr beneficio para sus trabajadores.
En la entidad hay ejemplos claros de como la sucesión en las dirigencias de los diferentes sindicatos petroleros se ha dado bajo acuerdos “en lo obscurito”, bajo componendas de “mafias” y con acuerdos cupulares, que en vez de fortalecer a los sindicatos, los divide y los enfrenta entre grupos.
El caso de la sección 44, es un ejemplo claro. Por casi veinte años, el poder sindical lo han tenido solo dos líderes: José del Pilar Córdova y José Zamudio Aguilera, ambos compadres y socios, pues están hermanados por el botín económico que representa esa importante sección petrolera, la que más trabajadores sindicalizados tiene por cierto.
Pero además, el “botín” económico que representa una sección petrolera, no es nada despreciable, pues se sabe que los dirigentes no solo rentan camiones y hasta vehículos particulares a Pemex, sino que tienen una entrada bastante redituable en las ventas de plazas a hijos de políticos, amigos y hasta recomendados.
Aunque en el pasado, algunos ex dirigentes fueron demandados por ese delito, (ventas de plazas), e incluso fueron a parar a la cárcel como César Fernando Aguilera, Mario Ross García y Gonzálo Guzmán Vásquez, en las dos últimas décadas ningún dirigente ha sido molestado por la PGR por enriquecimiento ilícito, pero aun así, la venta de plazas continúa a discreción.

LA DISPUTA POR LA CORRUPCIÓN
Aunque en cada sección sindical de Pemex, a habido ya destapes de algunos aspirantes, será a finales de este mes, cuando la dirigencia nacional del STPRM, o sea Carlos Romero Deschamps, marque la ‘línea’, para saber quién tiene el visto bueno del poderoso político y  senador de la República.
Como cada tres años, a finales de octubre, el STPRM renueva las dirigencias seccionales en todo el país, mediante asamblea estatal electiva y donde los agremiados votan de forma económica, lo que hace ver que la antidemocracia permeará y que todo será decisión unilateral del poderoso líder.
Para los trabajadores, el clima de corrupción que se respira en algunas secciones petroleras, los mantiene molestos, pues ya no quieren a sus actuales secretarios generales, que han sido acusados no solo de vender plazas y de autorrentar camiones a Pemex, sino hasta de desviar dinero de sus cuotas para beneficio personal.

LA LUCHA EN LA 48
En la entidad, algunas secciones han comenzado a tener ya “rejuego” interno, como la sección 48, donde tres “aspirantes”, buscan relevar en su cargo al actual dirigente, Ricardo García Hernández, quien ha dicho que no se entrometerá en el proceso para garantizar que sean los trabajadores los que decidan.
Si bien los tres que aspiran, (César Pecero, Oscar González y José Alberto Vizcaíno), buscan el apoyo de más de cinco mil trabajadores sindicalizados de esa sección petrolera, en realidad lo que pretenden al ganar, es manejar las millonarias cuotas obreros-sindicales de los trabajadores y los millonarios contratos que se tienen con Pemex por concepto de arrendamiento de transporte de personal.
Con un trabajo importante dentro de ese gremio, pues ya fue secretario general y líder, Pecero Lozano va a enfrentar no solo la “cargada” que le metan algunos actuales funcionarios, sino que tiene que remar contra toda la “campaña sucia” que desde la semana pasada le comenzó a tirar el otro aspirante, José Vizcaino, quien al parecer está impedido para ir por la Secretaría General por tener cuentas pendientes con la justicia.
Y aunque los tres han pedido transparencia y evitar las “cargadas”, lo que se viene en la sección 48 podría ser grave, no solo por las condiciones de ilegalidad que privaran en las asambleas, sino por el terrible “fantasma” de la antidemocracia que ha prohijado Romero Deschamps para “apadrinar” a sus favoritos.