Heberto Taracena Ruiz

Negros-luz son tus ojos
como un abecedario
por enlazarse:
innumerables signos
que Dios te ha dado
a guardar,
al fondo de lo que eres.
Expectante los mira
la curiosa esperanza
de entenderlos.
Si la vida alcanzara
para ello, bastaría.
Empero, el reto no es
para cumplirlo
de un vistazo.
Se imponen placentera
y misteriosamente,
tus ojos negros-luz,
sin el menor esfuerzo;
que la tarea queda
pendiente
en su destinatario.
¿Atraen y rechazan?
¿Tú lo sabes?
Estando frente a frente
imponen resplandores
de negros-luz.
Viene de ti el secreto
del negro de tus ojos
con tal penetración,
que así de pronto
confunden, y resultan
distantes de entenderlos.
Cuando estás cerca,
palabras se reducen
a mínima expresión,
apenas balbuceantes…
Al estar lejos
el contraste
entre el negro de tus ojos
y la luz que traslucen,
quedan como las ondas
del mar bajo la luna,
a media noche,
en suspenso.
Negros-luz son tus ojos…
Cunduacán, Tab., a 12 de diciembre de 2021