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Cuando no se valora la vida *Aplicar la ley sin contemplaciones por el bienestar de las mayorías Emery Hernández Marín jaguarsemanario@hotmail.com En el panteón, en la urna crematoria, de nada sirven, las garantías individuales, los derechos humanos. Esta emergencia sanitaria, no es una inundación, un terremoto Podemos ganarle la batalla al coronavirus, todavía, desde nuestras […]
25 de abril de 2020

Cuando no se valora la vida

*Aplicar la ley sin contemplaciones por el bienestar de las mayorías

Emery Hernández Marín
jaguarsemanario@hotmail.com
En el panteón, en la urna crematoria, de nada sirven, las garantías individuales, los derechos humanos.
Esta emergencia sanitaria, no es una inundación, un terremoto

Podemos ganarle la batalla al coronavirus, todavía, desde nuestras casas. Así de sencillo. Evitando el contagio. De forma voluntaria, cooperando, es para bienestar de todos. Porque está de por medio nuestras vidas. Tan solo por esa razón. Ya estamos en la Fase 3 que obliga el protocolo de esta pandemia para evitar contagios, saturación de hospitales y defunciones. Sobre todo defunciones, es tiempo de tomar las cosas en serio. Esta situación de vida o muerte, es para enfrentarla unidos. Unidos para obedecer el protocolo que obliga la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de tener los menores daños posibles.

No veamos, ni sintamos que nos quitan nuestras libertades, al imponernos horarios, no salir de casa, usar cubre bocas, lavarse las manos. Al contrario nos están cuidando las autoridades, de males mayores como perder la vida. Razonemos como adultos, si hoy no sobrevivimos a esta pandemia, qué vamos a reclamar mañana. Ya no estaremos y quienes lo logren lamentarán haber perdido a un miembro de su familia. Su negocio, su trabajo, su changarro, su taxi, su pochimóvil, ahí quedará. Qué no nos matará el virus, sino el hambre, que no llega la despensa, que el crédito no es para todos. Es lo que preocupa, tensiona, encabrona los ánimos. Qué poco vale la vida y se valora a los seres queridos. Tan poquito, que ya están aburridos, cansados, hartos, de estar todo el tiempo en sus hogares.

Hay una mayoría de “mecha corta”, a la agresión, al insulto, contra quien ordena las disposiciones. Veo a un Tabasco convulsionado, enardecido en pasiones políticas y sociales. Por estar en aislamiento, arremeten contra el gobernador Adán Augusto, contra el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, los señalan como culpables. Como si ellos habrían soltado a la pandemia. Entendamos, no es buscar, señalar culpables. Es de buscar juntos salida al problema sanitario. O cada quien como pueda, quiera, guste, se le facilite, haga su parte para sobrevivir. No es solo México, es el mundo entero que vive esta crisis pandémica.

Y preparémonos, Este aislamiento va para largo, Las medidas sanitarias se quedarán como norma de vida. En la medida que no cooperemos, y salten las trancas, la fase tres se alargará .y lo que está contemplado para finales de Mayo, se prolongue. Esta pandemia es inusual. No es una inundación, no es un terremoto, pasajeros. No requieren confinación, sí albergues. Esta es una epidemia, es una enfermedad, que no tiene todavía tratamiento específico, no hay vacuna. Entonces no hay para cuando podamos salir de esta situación.

El estar aislados, no es un tratamiento. Es medida preventiva. Que nos ayuda a evitar la enfermedad, el contagio. Y más debemos unirnos en hacer un solo frente, a la pandemia, cuando ya en China, resurgió el coronavirus, y hay diez millones de infectados. Era de esperarse cuando no hay tratamiento específico. Ni vacunas. México no es una potencia económica mundial. Es como los pueblos de América del Sur, pobres. El daño tiende a ser mayor, que en Europa Estados Unidos y Canadá. Tenga el País, o no preparada la estructura hospitalaria. De hecho no la ha tenido antes, para una pandemia menos, sin embargo se han hecho los esfuerzos para equipar a los hospitales para atender a los enfermos de Covid19. Unos se han recuperado, otros han fallecido. Es la lucha en los hospitales, en el sector salud, en los hogares donde están aislados los casos leves. Nada de eso nos mueve. Somos ajenos a ese dolor, Hasta que nos toque.

Desde el encierro domiciliario, se critica, exige, denosta, las medidas que las autoridades aplican, los excesos, las violaciones a los derechos humanos, a las libertades y garantías individuales. Cuando la vida está en peligro. dejemos de ser viscerales, de darles tintes políticos a una situación grave. Ya fallecidos, en el panteón, ya cenizas. De qué sirven los derechos humanos, tus garantías individuales, partidos políticos.

Es momento de solidarizarnos, de mostrar amor al prójimo. Todos, creo, espero, deseamos salvarnos, salir de esta emergencia sanitaria, y retomar nuestra vida cotidiana. Las guerras, las pestes, de las que sabemos, duraron años, acabaron a media humanidad. Ahora nos tocó a nosotros. Nos toca aguantar, con paciencia, solidarios. Ser inteligentes ante el enemigo, que nos ataca, nos mata, de todas formas. Colapsando la economía, querando la productividad, y quitándonos la salud, la vida.

Aquí la única política que debe prevalecer, es la política por mantenernos vivos. Por vencer a estos males que se han salido de la caja de Pandora.Y podamos ver la luz, que está en el fondo, la luz de la esperanza, de volver a comenzar.

Jaguaradas
De aquí al lunes, veremos, si dejamos de contar muertos e incremento de contagiados. Animo.

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