Heberto Taracena Ruiz
CLXXIX
Gracias por despertar ilusiones soñadas
en el cojín plumaje de la mujer que ama;
al despertar no hubo por ello sobresalto:
hubo paz interior intensa, acompasada.
CLXXX
Enigmática envías, sin proponerlo,
apuntes que te llevan como eres.
Nada haces que no venga a la medida
de ti sin excederte, resguardada.
CLXXXI
-Me impresionas, comentas
queda,
sin alterarte.
-No quiero impresionarte,
lo hago
porque quiero…
CLXXXII
Asumes lo que escuchas y confiesas
con entrega lunar, entusiasmada,
que amas, y tu rostro se extasía
en facciones de trazos invariables.