Después de vencer a 16 políticos profesionales, superar el rechazo del liderazgo republicano, confrontar a los medios y de humillar a los inmigrantes, los veteranos y las mujeres
Washington, EEUU
Notimex
Un novato político está a las puertas de la Casa Blanca, después de vencer a 16 políticos profesionales, superar el rechazo del liderazgo republicano, confrontar a los medios y de humillar a los inmigrantes, los veteranos y las mujeres.
Donald J. Trump, un magnate de los hoteles de lujo y los campos de golf y exestrella de un “Reality Show”, será recordado gane o pierda como el “outsider” que cimbró al sistema político y puso al descubierto la brecha económica y cultural que separa a los estadunidenses.
Idolatrado por un electorado anglo carente de educación formal y tildado de un “peligro” para Estados Unidos y para el mundo por la otra mitad del país, el septuagenario está a un pequeño error estadístico de distancia de arrebatarle el triunfo a Hillary Clinton.
“Yo puedo arreglarlo solo”, proclamó Trump en su coronación oficial en la Convención Nacional Republicana de Cleveland, a la que convirtió en islote de hombres blancos y mujeres rubias, entre un océano demográfico cada vez más diverso racial y étnicamente.
Aunque su egocentrismo le atrajo las críticas de los demócratas, un triunfo de Trump podría literalmente catalogarse como una batalla unipersonal que libró con una parte de su propio dinero, frente a la formidable maquinaria demócrata y contra todos los pronósticos.
Mientras Trump operó en solitario, Hillary Clinton contó con el apoyo económico y logístico de los millonarios de Wall Street, de Hollywood, de los poderosos sindicatos estadunidenses encabezados por la AFL-CIO, de Barack Obama, Michelle Obama, Bernie Sanders, Tim Kaine y más.