Se dice fácil, pero nunca es así. Nos ha tocado la suerte de vivir una etapa periodística histórica, con individuos que llenos de pasión y cultura por Tabasco, hace más de 80 años blandieron las armas del conocimiento para enfrentar la dura vida post revolucionaria, la guerra cristera, y la integración de grupos políticos en partidos de todas las ideologías y las necesidades de encontrar el verdadero camino de nuestra verdad cultural e histórica.

Hoy, después de muchos años, llegó, por fin, un tabasqueño a ser Presidente de México, pocos lo creían factible y otros más casi imposible, sin embargo lo logró. López Obrador, seguro, al igual que cualquier ser humano, lloró al salir de su casa el día del triunfo, en camino al Zócalo, susurrándole a su hijo mayor, “lo logramos hijo” ¡lo logramos! y no es para menos, llegar a esa posición te convierte de facto en un miembro de la historia mundial y entras al selecto lugar de los enciclopedistas.

Rumbo Nuevo es parte de esa y muchas historias más, en el largo camino de 80 años, de su cultura, de sus políticos, de sus hombres y mujeres célebres, es en realidad parte de su propia historia como periódico y como un medio tabasqueño. Seguro es que como ser humano, como político y como padre de familia, no ha estado exento a errores y equivocaciones, pero alguien quizá ¿está exento de ellos?

Celebramos pues un montón de años en este oficio, los más importantes periodistas, literatos, políticos, gobernadores, escritores, poetas, han trajinado por estas páginas a través del tiempo. Su propio fundador, falleciera en defensa de las libertades en épocas no muy lejanas, Don Manuel Antonio Romero, murió defendiendo en Telereportaje, con Don Jesús Sibilla Zurita, la libertad de expresión de Rumbo Nuevo.

80 años después somos una sociedad que aún no logra ponerse de acuerdo. No importa quién sea candidato, quién pierda o quién gane, si es mujer, hombre, joven o de edad avanzada, lo importante es votar y respetar el voto, lo importante es respetar a quien gane, por muchos errores que se tengan, a luchar por nuestra verdad como tabasqueños, y a entender que la unión no solo hace la fuerza, estructura un futuro cierto y equilibrado. Los que no ganan, los que pierden, los que no son electos para la mayoría, lo que ven en su perdida electoral, es como una pérdida de privilegios.

A Tabasco le hace falta la unidad y la congruencia, los que perdieron e inventan tragedias, seguro seguirán sufriendo su derrota, más moral que electoral. El reconocer los valores de nuestra sociedad y nuestra familia, harán que todos tengamos un Tabasco mejor, más justo y productivo. A trabajar en favor de todo es nuestro único camino. De lo contrario seguiremos etiquetados, como quejumbrosos y problemáticos, sin futuro cierto.

Nuestro eterno respeto y agradecimiento a Don Florentino Hernández Bautista, Julio César Javier Ruiz y Don Ramón Hipólito Hernández Aguayo.