Ya no es la misma población, ni la audiencia, ni la competencia, pero tales retos no han mellado la obra emblemática de Jesús Antonio Sibilla Zurita: Telereportaje ajusta hoy 64 años de intercomunicar a Tabasco y a una parte del sureste de México.
Aquella población que salió a llorar a la calle tras el funesto 2 julio de 1989, se ha multiplicado a pesar de las inundaciones: 450 mil vivían en Tabasco cuando el 22 de septiembre de 1958 escucharon por vez primera el noticiario radiofónico de la XEVT de la calle Gil y Saénz, número 217, colonia Centro (hoy corazón del Centro Histórico de Villahermosa); un millón 500 mil cuando falleció el creador y ejecutor del programa y 2 millones 404 mil 598 habitantes cuando se celebra el 64 aniversario.
Tampoco la audiencia no es igual porque por el Palacio de Gobierno han desfilado 14 gobernadores –entre constitucionales, sustitutos e interinos–desde que Miguel Orrico de los Llanos pudo ser el primer radioescucha; además, la hegemonía del PRI en la entidad comenzó su nadir en 1991 –pierde los ayuntamientos de Cárdenas, Nacajuca y Macuspana— hasta caer en elecciones de gobernador en 2012 y 2018 –en esa lapso se registra la aprehensión en hospital de la capital del país a quien podría ser su último representante, Andrés Rafael Granier Melo–; y, entre otros sucesos trascendentes, de Tabasco emerge el movimiento democrático que catapulta a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, quien, en 1988, vota por Sibilla Zurita en la contienda de gobernador.
Con la era digital, la competencia mediática se ha diferenciado y diversificado hundiendo a los medios convencionales de comunicación en parte del espectáculo de la sociedad tecnotrónica; y/o fomentando el desarrollo análogo de los más perspicaces como es el caso de los responsables de la estafeta de Telereportaje: Jesús Antonio y Emmanuel Sibilla Oropesa.
La premisa básica del creador no ha variado ni un ápice: el servicio social no sólo distingue al noticiero sino que tal iniciativa ha permeado en la mayoría de programas de todas las regiones pero sobre todos los que se trasmiten desde la misma capital del país. De tal naturaleza es la trascendencia de una atención ciudadana que a pesar de las redes sociales continúa vigente y su lectura dura igual o menos a los 7 o 11 segundos que utilizaba en el desaparecido Sibilla Zurita: en un promedio diarios de 500 llamados, avisos, mensajes durante 23 mil 360, que es el equivalente a 64 años, Telereportaje ha difundido alrededor de 11 millones 680 mil acciones de servicio social. ¡Todo un fenómeno!
Ya lo dijo el licenciado…
Bien lo entendió Chico Che cuando unió la disciplina del beisbol con la comunicación para difundir la tropical melodía cuyo sonsonete animó por años a los seguidores de la novena local Plataneros de Tabasco: “Ya lo dijo el licenciado en el Telereportaje” sigue sonando no obstante las denominaciones que el equipo ha registrado hasta mantener, hasta la fecha, el de Olmecas de Tabasco.
La visión del creador no desamparó a sus seguidores. Desde antes de 1989, Sibilla Zurita comenzó a ceder la estafeta a su primogénito Jesús Antonio. Y este, siguiendo el ejemplo del progenitor hizo lo propio para correr la responsabilidad al benjamín de la familia, Emmanuel, quien le ha puesto un sello singular que armoniza costumbre, tradición y tecnología. Ahora, la noticia no sólo se escucha sino que se lee y se ve, además de que el usuario puede interactuar en tiempo real con conductores del programa y los responsables de atender y dar seguimiento a las redes sociales. Y, por si faltara, la población radioescucha se ha convertido en reportero de la calle de Telereportaje.
“¡No! porque todavía se le oyó la voz de niño”, reorientó, con esa voz aguda que lo caracterizó, Sibilla Zurita cuando el locutor J. Jesús Martínez Velázquez, reportó el resultado de la prueba de cabina que a inicios de la década de los ochentas le había practicado al entonces adolescente Jesús Antonio: “Le dije que tenía mucha madera y le repetí lo que yo había observado y le pedí que se quedara ya con nosotros…”, cuenta quien en aquellos tiempos auxiliaba en la lectura de comerciales de Telereportaje.
Pero la titularidad se fue adueñando del joven que al paso del tiempo se convertiría en médico veterinario zootecnista hasta que, las circunstancias y el tiempo biológico, lo puso al frente de la empresa. Para ese entonces, el temor a la aparición de la televisión y de la era del celular comenzó a transformar la infraestructura del noticiero que había dejado la XEVT para trasmitirse en la XEVA hasta volver a la XEVT en el domicilio que, como aquellos, es del dominio público: Plaza Buganbilia en Tabasco 2000.
Y ahora está la era de Emmanuel. Un comunicólogo que siguió la escuela paterna desde la cuna. Y la de Jesús, desde cabina. Rodeado de jóvenes licenciados en comunicación, encabezan la etapa moderna de las primeras décadas del siglo 21. Una generación cuyo primer aprendizaje pudo ser el tiempo que gobernó el actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
Una pléyade de comunicólogos que día a día sigue el interinato del gobernador Carlos Manuel Merino Campos. Unos y otros, propios y extraños, que, seguramente, nacieron y crecieron escuchando Telereportaje.
Introducción a la memoria(*)
“Desde 1958, se habla de Telerreportaje y claro está, de su fundador: Lic. Jesús Antonio Sibilla Zurita. Se puede definir a grandes rasgos como un programa especial destinado a trasmitir información local, nacional e internacional y además los servicios sociales que la población necesita.
Pero, aquí empiezan a brincar los “peros”, sólo los que trabajamos atrás de un micrófono sabemos lo difícil que es arrancar un proyecto y más que nada sostenerlo y sos-te-ner a telerreporteje con su contenido, ritmo y como vanguardia en la información; francamente yo creo que cada debió de ser una guerra terrible de nervios.
Y no solamente en las horas previas a la transmisión, sino las 24 horas del día por la constante preocupación de lo del día siguiente.
Desde el 22 de septiembre de 1958, día en que se inicia la transmisión del programa, su fundador, prácticamente no tuvo ya momento de reposo pleno.
Por ese tiempo, las noticias locales eran menos, es normal, la población era menor es mas; hubo días en que la prensa contemporánea tuvo que inventar que se había aparecido la Llorona en la calle de Allende, en el centro de la ciudad de Villahermosa, para poder llenar las ocho columnas de la plana número ocho. Eran días difíciles para encontrar información. Hoy las fuentes en nuestra entidad para recabar las noticias son incontables.
En una ocasión platicando con él en la cabina, le pregunté que si sabía más o menos la cantidad de servicios sociales que se habían transmitido en el programa, me contestó que no sabía, al día siguiente le saqué la cuenta y el tiempo en que transmitía un llamado o un aviso. Se llevaba de 7 a 11 segundos leyendo cada uno, recuerdo que le manifesté mi compromiso en ese momento de que algún día una calle de la ciudad de Villahermosa, llevaría su nombre. No le gustó la idea pero le hablé de justicia y objetividad, eso lo tranquilizó un poco.
Telerreportaje ha sido analizado escrupulosamente por investigadores que vienen de la ciudad de México para detectar a qué se debe el poderosísimo nivel de penetración que tiene en la población y la competencia llega a una conclusión: ¡”es un fenómeno”! y luego agregan: “pero yo sí lo tumbo”, “porque yo…” y nada, l programa sigue adelante.
La producción, la transmisión, la preparación, la constancia, el ritmo, el profesionalismo, la puntualidad hicieron del programa eso que llaman los comunicólogos “fenómeno”.
El señor licenciado Don Jesús Antonio Sibilla Zurita, fundador y director del programa más escuchado y con más permanencia en el mundo (guardando
las proporciones) vivió con la premisa de trasmitir su programa con la misma intensidad y entrega: como si fuera el primer programa, el único y como si fuera el último.
Sano o enfermo, alegre o triste siempre acudió a cita, la ciudad todavía dormía cuando él ya iba rumbo a la emisora, llegaba siempre impecable y serio, se dirigía al buzón a sacar la correspondencia; luego abrir los sobres, 200, 300, 500…a veces mil.
Sacar la carta, des-do-blarla, acomodarlas, plancharlas…y luego corregirlas, subrayarlas, hacer alguna anotación y jerarquizarlas por su orden de importancia.
Casi al mismo tiempo checar, rechecar información y buscar en todo momento más que informar, mientras el segundero avanzaba incansablemente.
Llegaba él a las 5 de la mañana a la radio, en hora y media tenía que dejar listo todo. A veces terminaba a antes y se daba el lujo de salir a la esquina algunos minutos. Sólo entonces se le vía tranquilo.
Don Mario N. Madera le grababa por las noches los noticieros de mayor importancia, le sintetizaba las notas en dos cuartilla y en un tiempo le recogía yo de la casa del señor Madera, por la calle de Ocampo, a las 4 de la mañana. El Lic. Jorge González Vargas se encargaba de la información local, el Lic. Don Jesús Torpey Andrade, era su brazo derecho, su gente de confianza, su soporte de tranquilidad, su locutor comercial y a veces su consejero. Tabasco tiene en este programa, estoy seguro que pocas entidades lo tienen, a un unificador sorprendente y excepcional que hace posible que a la hora del programa todos nos enteremos de todo lo que acontece en nuestro solar nativo.
Yo sugeriría a los nuevos comunicadores, que para que partan de un principio sólido y pleno en la información, escuchen diariamente este programa, porque es el único en donde converge todo lo que sucede, ya sea en la ciudad o en el medio rural.
Para muestra baste un botón: el día que falleció el Lic. Sibilla Zurita (ya les platicaré más adelante) me puse en contacto con el director de “Notinueve”, le solicité camarógrafo para cubrir el suceso y me contestó: “y quien era ese”, claro, ya no es el director de noticias de Canal9 de T. V.
Mientras este director me afirmaba que al día siguiente ya vería lo que hacía, Tabasco estaba de luto, mucha gente lloraba, hasta los hombres ¡sí señor!, el pueblo se consternó, sintió su partida ¡muchos no lo conocían! paradojas de la vida, al hombres más popular de Tabasco, muchos nunca lo habían visto.
Al día siguiente, los periódicos que tenían la fotografía del Lic. Sibilla Zurita, casi los arrebataron. “Tabasco Hoy” ¡voló!. Y en el programa Notinueve de la Tarde, que comenzó ese lunes, al día siguiente del fallecimiento, el tele auditorio exigía que pusiéramos en pantalla la fotografía del ilustre fundador de Telerreportaje y mientras yo entrevistaba al Lic. Torpey Andrade para que diera más datos de su excompañero de cabina teníamos en pantalla algunas fotografías del inmenso hombre que hoy sigue viviendo a través de su periódico del aire “el primero con las últimas noticias”.
Telerreportaje es ya más que un programa noticioso de radio, en parte de nosotros mismos, es el elemento de definición, Tabasco somos nosotros y nosotros somos Telerreportaje. De ahí la importancia del tema.
(*)Transcripción apegada en su totalidad a la introducción al libro intitulado “Jesús Antonio Sibilla Zurita y Telerreportaje” de J. Jesús Martínez Velázquez.
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo