“Si asumimos una actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades”

Dalai Lama
Iván Aguirre Aguilar
iaguirreaguilar@yahoo.com
A pié, a nivel de suelo, o mejor dicho “en corto” la ciudadanía revela su sentir respecto a lo que percibe o  sufre respecto a la tarea que vienen desempeñando sus representantes populares.
Lejos de inventivas, consignas, encargos o “malas voluntades” lo cierto es que, quienes, a diario transitan por centros de abastos, corrillos, cafés y centros regulares de reunión, externan que, se vive una especie de “parálisis económica” lo que se traduce en no “movimiento del circulante” en todas las esferas de acción cotidiana.
La voz que, en su mayoría, señala, sin apasionamiento alguno, expresa que, en el caso de la administración que encabeza Arturo Núñez Jiménez padece en grado sumo un fenómeno de “estancamiento” debido en parte a que, no obstante, los buenos oficios y el palmarés que acompaña al hoy Jefe del Poder Ejecutivo en el Estado, varios de sus funcionarios no están “en sintonía” con la política implementada justamente por el Gobernador.
Pruebas fehacientes de ello, se mira y se evidencia luego del anuncio hecho por el propio titular de la Secretaria de Administración y Finanzas Víctor Lamoyi, quién, por obvias razones y dadas las circunstancias de estrecha vigilancia del uso de los dineros públicos por parte de grupos opositores al régimen, tiene que dar a conocer SUBEJERCICIO PORQUE ALGUNAS DEPENDENCIAS NO HAN PODIDO O SABIDO APLICAR ESOS RECURSOS PARA LOS PROGRAMAS QUE SE SUPONÍA ESTABAN ETIQUETADOS.
Es claro pues que, no todos están jalando “agua para el mismo molino” que, en éste caso sería en pro de quién les ha brindado la confianza para ejercer los encargos que hoy ostentan.
Y esto, se refleja TERRIBLEMENTE en los bolsillos de la gente que lamenta lo que está aconteciendo a diario en este pedazo de patria.
Constructores, empresarios, prestadores de servicios, por citar, han alzado la voz para exponer la realidad tan preocupante por la que atraviesan, pidiéndole a un Arturo Núñez que intervenga como máxima autoridad en Tabasco para que, realice las gestiones necesarias a fin de allegarle recursos a los tabasqueños mediante convenios y mecanismos que se traduzcan en mejoría sustancial para las familias de esta tierra que es “la que más alumbra el sol”.
–    DE REOJO-
Aunque no suelo autoerigirme en “Señor de horca y cuchillo” si es necesario remarcar que, a muchos funcionarios “les quedó grande la silla”. . . Mejor satisfacción no puedo sentir al leer, escuchar y mirar que, personajes como Gerardo Gaudiano Rovirosa continúan trabajando en pro de esos problemas que tanto aquejan los colonos de zonas como los enclaves que convergen con la Laguna de las Ilusiones.  Por supuesto que es de reconocerse ese tipo de esfuerzos. El saber que se aplicarán dineros para revertir daños a la flora y fauna del lugar es digno de destacarse. Cierto es, pero, lo que urge es un rescate integral de ese cuerpo lacustre. Ojalá y Humberto de los Santos Bertruy –digo, si es que tiene tiempo- gestiona ante organismos internacionales (porque ofrecen apoyos para ese tipo de acciones) para “revivir” a ese pulmón de la ciudad de Villahermosa. Por enésima ocasión le decimos al alcalde de Centro que, con ello, se estaría creando un polo de desarrollo para cientos de familias al procurar el suministro de energía eléctrica y la consabida “oxigenación” de ese bello lugar en el que miles de parejas se han jurado amor eterno, sin dejar de citar a los miles de corredores y paseantes que aún visitan el lugar. . .  Elementos de juicio para enfatizar respecto a que, no todos los funcionarios han estado cumpliendo con sus responsabilidades es, en, algunos de los casos “pecata minuta” si se toma en cuenta que hay por allí que, uno de ellos, ya recuperó su rancho ubicado en el kilómetro 80 de la carretera Villahermosa- Mérida y, más aún, ha adquirido 6 PROPIEDADES en el municipio de Jalapa. . . Otro de los casos lo es el del Instituto Estatal de la Mujer. Los señalamientos son claros y precisos. La contundencia de la denuncia no permite duda alguna. Queda a juicio suyo, estimado lector. . . .