Por Crystiam Estrada Sánchez. Actos como el acontecido en la sala de espera del hospital del ISSET, (ceiba, le dicen coloquialmente) en el que unas personas obsequiaron alimentos, que provocaron malas reacciones en el organismo de personas adultas y dos menores de edad, son lamentables, e invitan a reflexionar sobre la carencia de valores y […]
20 de diciembre de 2014

 Por Crystiam Estrada Sánchez.

Actos como el acontecido en la sala de espera del hospital del ISSET, (ceiba, le dicen coloquialmente) en el que unas personas obsequiaron alimentos, que provocaron malas reacciones en el organismo de personas adultas y dos menores de edad, son lamentables, e invitan a reflexionar sobre la carencia de valores y principios que poco a poco se van perdiendo en el hogar.
No concibo quién, ni por qué llevo a cabo tal aberración y acto inhumano, afectando con ello, por una parte, la  confianza que muchos tenemos al aceptar  la ayuda de un extraño, sobre todo cuando estamos acompañando a un enfermo a media noche en un hospital; por la otra, que las autoridades regulen los accesos de quienes en verdad tienen corazón para ayudar y proteger a los más vulnerables. Dios quiera que los encuentren y conocer su proceder, ya que ello ayudaría a muchos en conocer las nuevas formas de afectar al prójimo, saber nos permitiría lejos del morbo, a cuidarnos y dejar de andar aceptando todo lo que nos dan, aunque el hambre mate y la sed más.

Buen     o sería que los diputados trabajaran de la mano con los funcionarios públicos, si así fuera otro gallo cantaría no sólo para la política tabasqueña, sino sobre todo para los tabasqueños que a final de cuentas sufrimos por la pobre política o la política pobre que algunos diputados practican, ya que a veces sólo usan a los ciudadanos  como trampolín para llegar, pues no terminan ni su periodo legislativo y ya andan en busca de otras “cosas”.
Y digo que sería bueno que trabajaran de la mano diputados y funcionarios, porque por una parte los primeros representan al pueblo y los segundos actúan en pro de él, pero con los recursos, reformas, leyes y gestiones que deben existir de manera bilateral entre ambos. Ayer me tocó presenciar uno de los actos que podría ser motivo de un excelente inicio en la política y mejorar la atención en la salud de los tabasqueños, asistí al recorrido que llevó a cabo el Secretario de Salud Juan Antonio Filigrana y la diputada Aracely Quevedo, en la bodega de medicamentos de  esa Secretaria ubicada en Ciudad Industrial. Uno a uno recorrimos los anaqueles llenos de medicamentos que estoy segura llegaran a manos de quienes lo requieren.
Respetuoso atendió Filigrana Castro a la diputada, quien hace pocos días exigía pruebas de la existencia de medicamentos para atender la demanda del sector salud en todo el estado, misma que sin recordar las palabras con que llamó  al funcionario público, agradeció, reconoció y felicitó la existencia de la prueba fehaciente de que sí había tales medicinas.

Creo que se aclararon los malos entendidos; pero también creo no deben quedar las cosas hasta aquí , ya se dieron los primeros pasos y hay que seguir  señora diputada y señor  secretario, si usted como diputada representa al pueblo, hay que contribuir en la creación de planes y proyectos que bajo una buena investigación, permitan generar entre los ciudadanos programas para combatir la obesidad y crear conciencia en la alimentación de este pueblo, para evitar se enfermen de diabetes, así como también programas para prevenir el dengue y el cáncer en hombre y mujeres, todo con la finalidad de coadyuvar y prevenir;   porque el sector salud no sólo tiene la responsabilidad de curar sino que también se le ha atribuido la responsabilidad de prevenir, pero considero que si como diputados les echan una manita o más bien una manota, las cosas saldrían mejor para todos.
Gracias a Dios por la vida, la salud, el trabajo, los buenos y malos amigos, por la familia, por todo gracias Señor. Gracias a usted por su tiempo de lectura. Dios nos bendiga.
P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?

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