Por Crystiam Estrada Sánchez.

Atención, calidad de vida, diagnósticos, conocimiento, tolerancia, orientación, medicar, curar y tratar de mantener vivos a los seres humanos es el trabajo que día a día con su profesión realizan los médicos y doctores. Muchas felicidades a todos ellos que dejan de lado hasta su propia salud para brindársela a los demás, que buscan capacitarse y aprender cada día lo nuevo en todo sobre la medicina para que la vida de sus pacientes sea menos dolorosa, sufrida y no sólo para ellos sino también para los familiares de quienes atienden.

Muchos son los médicos y doctores que he conocido, durante el tratamiento de cáncer de mi madre, durante mi proceso de embarazo, durante la atención medica que ha recibido mis hermanos por diversas circunstancias, por la atención a mi abuela durante su vejez y por la bendición de tener la oportunidad de trabajar con algunos de ellos.

Lo que más he visto en la gran mayoría es la pasión y el amor a lo que hacen, en ocasiones quisieran regalar vida a sus pacientes máxime cuando ven que sufren mucho y se encuentran en estado vegetal.

Su deber es darnos calidad de vida, pero en sus manos no está nuestra vida. Este es un punto relevante, pues el apego que muchos seres humanos tenemos con nuestros seres queridos es tan grande, que no aceptamos su partida, ello  nos impide admitir que es tiempo de su descanso eterno.  Hay de todo en el gremio, pero no por pocos debemos denostar el excelente trabajo, lo humano y capacidad que los médicos y doctores de los diversos hospitales, clínicas y consultorios nos dan.

Bien dicen que en este mundo tan diverso, pues también hay diversidad de formas de ser, hay doctores que son enojones, atentos, distraídos, se preparan, otros no, preocupados, unos hablan mucho otros no hablan casi nada, muchos, millones de tipos de médicos y doctores; pero eso sí, el ser médico o doctores no lo dejan por nada del mundo y cumplen a cabalidad todas y cada una de sus funciones, con el objetivo de salvar la vida de sus pacientes.

Dios bendiga a los doctores y médicos de Tabasco y de todo el mundo, aquellos que ponen sus manos, en manos de Dios.

Con alegría y solidaridad envío un fuerte abrazo al Director del periódico Zeta-1 que circula en la región de la Sierra de Tabasco y  a todo su equipo de colaboradores. Gracias por tu solidaridad y por ser ejemplo de comunicación e información en la entidad. Muchas felicidades.

Gracias a Dios por la vida, por el trabajo, por los amigos, la familia, por todo gracias Señor. Gracias a usted por su tiempo de lectura. Dios le bendiga.

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P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?