Cuatro acontecimientos presentan a 1492 como un año definitorio para España y comienza precisamente el 2 de enero, cuando Muhammad XII, llamado por los castellanos “Boabdil”, “El chico” y también conocido como “el desdichado” abre las puertas de las murallas de Granada, para entregar su reino Nazarí a los declarados por el Papa Inocencio VIII “Reyes Católicos”, conforme a las capitulaciones del Tratado de Granada firmado el 25 de noviembre de 1491.

Ferdusi Bastar Mérito
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El reino Nazarí ya era tributario de Castilla, y para sostenerse como Rey Boabdil hizo armas contra su propio padre, y habiendo caído prisionero de Fernando de Aragón, dejó como rehenes a sus tres pequeños hijos, y finalmente negoció la entrega de Granada mediante un Tratado solemne firmado por Isabel de Castilla y Fernando de Aragón ante 49 testigos entre los que firmaron la nobleza y los Obispos españoles, que en 77 capitulaciones se comprometían a respetar a los moros sin molestarlos ni en su religión ni en sus costumbres, pudiendo conservar todas sus libertades, propiedades, vestimentas, amnistias,
religión, etc., etc, capitulaciones que desde el siguiente día no fueron respetadas, comenzando las violaciones de mujeres, quemas de textos religiosos, cierre de mezquitas, conversión forzada al catolicismo, etc. Etc.
Cuenta la leyenda que cuando Boabdil al pasar la cima de una montaña volvió la vista para mirar por última vez su Granada perdida, lloró y su madre la, la Sultana Aixa le espetó: “Llora como una mujer, lo que no supiste defender como hombre”. Pero la entrega pacífica de Granada cierra el proceso de la reconquista y consolida a España como nación, aún cuando instaura la intolerancia cristiana, que 117 años después, en 1609, cerraría este capítulo con la expulsión definitiva de cientos de miles de moriscos que perdieron patria y patrimonio.
El oscurantismo se había ya ceñido sobre el otrora floreciente país, y Tomás de Torquemada realizaba ya su tétrica e infausta tarea. Fue así como redactó el decreto que los “reyes católicos” firmaron el 31 de marzo de 1492, ordenando la expulsión de los judíos, acusados “herética pravedad”, debiendo abandonar patria y propiedades para migrar, unos al norte de Europa, y la mayoría hacia los países de África y Asia, de religión musulmana, donde fueron acogidos y conservaron sus costumbres, religión y hasta el propio castellano antiguo que aún subsiste en las numerosas comunidades sefardíes existentes hasta la fecha en los llamados “intolerantes” países del Islam.
El tercer, hecho trascendente de 1492 los constituye indiscutiblemente el descubrimiento de América, aún cuando España se enteró de este hecho hasta febrero de 1493, cuando La Pinta arribó al puerto gallego de Bayona, y haciendo a un lado otras teorías existentes de que ya era conocida la ruta a las américas, partiendo precisamente de las recién conquistadas islas Canarias.
Finalmente, el último de los acontecimientos que dan testimonios de la España actual, lo constituye la primera gramática de una lengua romance, creada por el sevillano Antonio Martínez de Cala, más conocido como Elio Antonio de Nebrija y cuenta una leyenda que cuando este humanista llevó su obra a Isabel de Castilla esta le preguntó: “Y para que sirve este librejo?”, a lo que Nebrija la respondió: “Para que los habitantes de los territorios conquistados aprendan a hablar correctamente su idioma castellano”