En un deslucido “Encuentro” en el Congreso, los asistentes estaban más preocupados por los “insumos” que por el discurso de la congresista
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
En un espectáculo de bovarismo legislativo se convirtió el «Encuentro Juvenil Nuestros Derechos», foro en el cual la diputada Ana Karen Mollinedo Zurita, bordó un discurso frívolo que apenas se refirió a la realidad que padece la mayoría de jóvenes menores de 29 años, que son mayoría en la población estatal, incluidos en los indicadores de desempleo y deserción escolar.
La presidenta de la Comisión de Infancia Jóvenes Recreación y Deportes, se presentó con un peinado y maquillaje al estilo de Angélica Rivera Hurtado, esposa del presidente Enrique Peña Nieto. Y vestida con un vestido azul, intentó ganarse la gracia del público juvenil más preocupado, y pendiente en la distribución de tortas y refrescos, que en el discurso de la legisladora.
«Pobreza, marginación, falta de oportunidades, malas decisiones, deserción escolar, por mencionar sólo algunos, son el resultado de desafíos que no son vencidos y que se miran difícilmente superar», dijo la legisladora a los jóvenes bachilleres que por más de una debieron esperar el inicio del evento realizado en el vestíbulo de la Cámara de Diputados.
Yoanna Cristell Sánchez Aguirre, directora del Instituto de la Juventud de Tabasco, representó al Poder Ejecutivo local. También estuvo en primera fila el ex secretario de Comunicaciones y Transporte, José Antonio de la Vega Asmitia y el director general del Cobatab, Jaime Mier y Terán.
No acudió al acto la diputada Ana Bertha Vidal Fócil pero si los demás integrantes de la comisión legislativa como Francisco Javier Cabrera Sandoval que al igual que algunos jóvenes, abandonó en más de una ocasión el estrado para atender otros pendientes en su cubículo.
Luego de la intervención de la diputada Neyda Beatríz García Martínez, los organizadores del evento premiaron a los ganadores del certamen, previamente a la exposición de sus respectivas propuestas que superaron, a juicio del jurado calificador, a otras 80 «inquietudes» que se presentaron.
Los ganadores fueron Mónica del Carmen Balderas Pérez, Carlos Ramón Campos Chávez y Maximiliano Pérez de la Cruz.