El Museo de Arte Colonial fue abierto al público en 1984 con el objetivo de rescatar y difundir el patrimonio artístico del estado de Michoacán correspondiente a la época virreinal

Morelia,
Notimex
El Museo de Arte Colonial fue abierto al público en 1984 con el objetivo de rescatar y difundir el patrimonio artístico del estado correspondiente a la época virreinal.
Ubicado a escasas dos cuadras de la iglesia Catedral y a unos pasos de la Plaza del Carmen, el museo goza de una de las mejores zonas en la ciudad.
El edificio, adquirido por el Gobierno del estado hace 25 años, fue sede en los años de 1800 de la primera imprenta con la que contó la ciudad y después fue ocupado por una compañía dedicada a la elaboración de refrescos.
Ya en el siglo XX la construcción recobró su uso original de vivienda hasta que fue adquirida por las autoridades quienes la destinaron como museo.
El edificio data del siglo XVIII y reúne las características de la típica casa colonial con un patio central rodeado de corredores con arquería y en torno a dicho espacio se distribuyen las habitaciones.
Como varias construcciones virreinales, en su exterior la casa fue adaptada a la moda impuesta a finales del siglo XIX, de tendencia neoclásica.
Actualmente el Museo de Arte Colonial cuenta con una colección de imágenes, principalmente cristos de diferentes materiales, estilos y técnicas.
Entre ellos destacan los de pasta de caña de maíz, técnica que los indígenas michoacanos trabajaban desde los tiempos prehispánicos.
También tiene entre su acervo 34 pinturas de caballete, 20 de las cuales corresponden a la época colonial y 13 a la independiente.
El director del Museo, Francisco Rodríguez Oñate destaco que el Museo recibe un promedio de entre 50 y 70 visitantes diarios.
Se trata de grupos estudiantiles o bien de turistas interesados en el arte, mayormente sacro, que ahí se expone.
Detalló que para hacer una mejor presentación de las obras con que se cuenta, éstas han sido distribuidas en diferentes salas, cada una de las cuales muestra épocas o técnicas distintas.
La mayoría de los cristos y oleos son de autores anónimos, de los que algunos se cree fueron indígenas aprendices del arte en la época colonial o virreinal.
Los cristos que se exponen en el Museo de Arte Colonial están hechos con pasta de caña y la mayor parte fueron hechos en el siglo 18 por manos indígenas.
Sus tallas y tamaños son diferentes así como las cruces que lo sostienen, pues cada artista plasmó su particular forma e incluso algunos fueron adicionados con materiales como madera y marfil con la que se elaboraron corazones salientes o costillas expuestas.
Asimismo, algunos cristos se encuentran rectos, con su cabeza inclinada a la derecha mientras que otros se mantienen curvos y con el rostro inerte hacía el frente.
Hay algunos incluso que la cruz mantiene una forma de y la crucifxión se muestra al cristo con los brazos hacía arriba.