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Especial Rumbo Nuevo. Ruta de Hernán Cortés por Tabasco, Guatemala y Honduras en su viaje a las Hibueras
RUTA DE HERNAN CORTÉS POR TABASCO, GUATEMALA Y HONDURAS EN SU VIAJE A LAS HIBUERAS OTRA APROXIMACIÓN GEOGRAFICA Miguel Ángel Contreras Martínez De Escobar ENTORNO DE LA EXPEDICIÓN En 1524, ya consumada la caída de México-Tenoshtitlan y tomado casi todo el imperio de Motecuzoma, Hernán Cortés se dispuso a proseguir la conquista de territorios adicionales. […]
20 de septiembre de 2016

RUTA DE HERNAN CORTÉS POR TABASCO, GUATEMALA Y HONDURAS EN SU VIAJE A LAS HIBUERAS
OTRA APROXIMACIÓN GEOGRAFICA
Miguel Ángel Contreras Martínez De Escobar

ENTORNO DE LA EXPEDICIÓN
En 1524, ya consumada la caída de México-Tenoshtitlan y tomado casi todo el imperio de Motecuzoma, Hernán Cortés se dispuso a proseguir la conquista de territorios adicionales. Comisiono a Cristóbal de Olid a realizar exploraciones y conquistas a la vertiente caribeña de Centroamérica tomando como objetivo inicial un territorio conocido en aquel entonces como Las Hibueras, en el “golfo de las honduras” que corresponde hoy a la republica de Honduras. Debería toparse con el contingente de tropas al mando de Pedro de Alvarado que había incursionado por tierra el sur de México a la conquista de Guatemala y con ello proseguir la toma de territorios al sur por el istmo centroamericano.
En su viaje marítimo desde Veracruz, Cristóbal de Olid hizo escala en Cuba y sin autorización se relaciono con el Gobernador de la Isla el veterano Diego Velázquez, antiguo jefe y enemigo acérrimo de Cortés. Derivado de una alianza con Velázquez, Cristóbal de Olid desconoce la autoridad de Cortés y se lanza solo a la conquista de las Hibueras.
Después de largo tiempo sin tener noticas directas, Cortés se entera del desconocimiento de Olid y decide enviar otra expedición a cargo de Francisco de las Casas para aprehenderlo. Al paso de los meses y tampoco tener noticas de la misión de este último, Cortés toma la decisión de ir en su búsqueda y captura, organizando una expedición por tierra desde la Gran Tenoshtitlan hasta Honduras. Sin embargo los historiadores cortesianos consideran que utiliza este viaje como justificación oficial para apartarse del mundo y dejar la ciudad de México agobiado por las múltiples presiones y embestidas de los oficiales Reales enviados por Carlos V que lo acosan constantemente para que renuncie. Tenia 39 años, era rico y poderoso .
La epopeya de este desastroso, inútil pero a su vez maravilloso viaje por tierra, se encuentra bastante bien documentada en la Quinta Carta-Relación que Cortés escribe al Emperador Carlos V de España el 3 de septiembre de 1526 desde la ciudad de México-Tenoshtitlan . También existe documentación de primera mano en La Conquista de México de Francisco López de Gómara escrita en 1552, así como en la mejor crónica de la época intitulada Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo editada en 1568 .
Son pocos los historiadores mexicanos en general, y tabasqueños en particular, que se han interesado en analizar y reconstruir geográfica e históricamente la ruta de Cortés por Tabasco en su expedición terrestre a las Hibueras no obstante la rica literatura existente sobre temas cortesianos. El eminente profesor tabasqueño Marcos E. Becerra fue uno de los primeros en hacerlo en forma seria a principios del XX. En 1940 el Ingeniero Civil Pedro A. González Figueroa publica “La Ruta del Ferrocarril del Sureste y la Ruta de Hernán Cortes” donde, apoyado por su experiencia y conocimiento geográfico detallado de Tabasco y Norte de Chiapas, intenta aproximar la mejor reconstrucción de la ruta de Cortés a su paso por el hoy estado de Tabasco conocida hasta los años sesenta del siglo XX.
Pedro A. González localizo el trazo de la ruta del Ferrocarril del Sureste y participó en el diseño y descripción de todos los puentes de dicha ruta entre Coatzacoalcos y Campeche construidos sobre los ríos de la cuenca hidrológica más compleja de México y una de las siete más importantes del mundo . Tabasqueño de origen, Pedro A. González es el mejor conocedor contemporáneo de la hidrología de Tabasco y a su vez un personaje prominente de la ingeniería civil mexicana durante la primea mitad del siglo XX. En 1985 la tabasqueña María Olga Catalán de Sánchez publica una monografía sobre los pasos que siguió Cortés hasta la provincia de Acalan puntualizando algunos aportes del Manuscrito Maya-Chontal escrito originalmente en lengua Chontal descubierto en 1933 en el Archivo General de la Indias, en Sevilla.
El propósito de estas notas es refrescar tanto el trabajo del profesor Marcos E. Becerra como el de Pedro A. González mediante una síntesis mas comprensible, y complementarla además con los aspectos mas relevantes de la ruta a su paso por los departamentos de El Petén e Izabal en Guatemala así como el final de la expedición en las costas caribeñas de Honduras, países no incluidos en el referido trabajo de González. Aunque el Profesor Becerra hace un intento serio de reconstruir el paso de Cortés por El Petén de Guatemala sufre un desafortunado extravío al ubicar al controvertido y legendario pueblo de Itzamkanac en la ribera del rio La Pasión. Han sido de interés complementarios el articulo de investigación arqueológica de Vargas Pacheco así como el Land of the Maya a Traveler´s Map de la National Geographic Society .
Uno de los aspectos mas importantes de esta expedición tiene que ver con la presencia en ella de un grupo de prisioneros de la realeza Azteca entre los que se encontraba Cuauhtémoc, el ultimo emperador azteca, mismo que fue ejecutado por ordenes de Cortés acusado se conspiración. Ha sido tema polémico la identificación más o menos precisa de la localidad y la ubicación geográfica actual del sitio de la ejecución así como el lugar de sus restos. La expedición duro dos años y tres meses según el misterioso Bernal Díaz del Castillo. Cortés se apoya como siempre de los servicios cercanos de Malintzin en su ya condición de trilingüe en esa época (dominaba el Náhuatl, Maya y el Español) que le fueron determinantes a Cortés justo hasta el término de esta expedición. Era parte del contingente de infantería y fue casada sorpresivamente con Juan Jaramillo cerca de Orizaba procreando de él su segundo hijo (María) durante el trascurso de la expedición dando a luz en el navío donde Cortés regresaba a México al termino de la expedición a las Hibueras.

LA RUTA POR TABASCO

La Chontalpa

El contingente salió de México-Tenoshtitlan el 12 de octubre de 1524 y llego a la Villa Espíritu Santo, provincia de Coatzacoalco después de transitar 110 leguas . Esta Villa había sido fundada por Gonzalo de Sandoval en 1522 y la zona había sido explorada por gente de Cortés entre las que destacan los Capitanes Luis Marín y Diego de Mazariegos, así como el soldado Bernal Díaz del Castillo, al que se le atribuye el domino de una de sus primeras y aparentemente regateadas encomiendas obtenida por sus servicios.
La ubicación exacta de esta villa sobre la ribera del rio Coatzacoalcos fue poco precisa durante mucho tiempo, incluso el Profesor Becerra la ubica en su cartografía en la costa junto a la desembocadura del rio Coatzacoalcos. Se estima sin embargo que dicha villa estuvo en un sito cercano del área actual de Nanchital, Veracruz, en la ribera derecha del mencionado rio.
En 1925 Frans Blom y Oliver La Farge realizaron una exploración arqueológica y etnológica en el sureste de México para la Universidad de Tulane, Louisiana . A su paso por la cuenca del rio Coatzacoalcos señalan que de acuerdo con la tradición, la Villa Espíritu Santo se encontraba en el sitio actual denominado “Paso Nuevo” localizado entre Nanchital y la desembocadura del río Uxpanapa al río Coatzacoalcos, unos 30 km rio arriba de la desembocadura de este último al Golfo de México. Paso Nuevo es hoy un punto fluvial turístico muy próximo al puente Coatzacoalcos II en la ribera derecha. Esta era una zona de pueblos de lengua Náhuatl a la que pertenecían Ixhuatlán, Molocán y se extendía hasta el poblado actual de San José del Carmen sobre la ribera del río Tancochapa (mismo río Tonalá en su parte media-alta).
Durante la estancia de la expedición en la Villa Espíritu Santo, Cortés se entrevista con siete u ocho personas “honradas con el crédito que ellos tienen por costumbre de enviar”. Dichos personeros fueron enviados de los Señores mayas de Tabasco y Xicalango previo a una avanzada que Cortés despachaba de costumbre para notificarles su viaje y solicitar bastimentos. Estos representantes le confeccionaron una figura en un paño con la ruta a seguir para llegar a la provincia de Acalan en su ruta a Naco, en las Hibueras por solicitud de Cortés. Este mapa detallado en manta con los nombres de las provincias que deberían transitar para llegar hasta la gran provincia de “Acalan”, fue determinante en el rumbo de la expedición por lo menos hasta los límites actuales entre Tabasco y El Petén de Guatemala. No obstante, parece ser que Cortés desestimaba hasta ese momento la complejidad del viaje que estaba emprendiendo después de salir victorioso de su odiseas emprendida a partir de 1519.
Christian Duverger puntualiza y dice que después de haber acampado en la Villa Espíritu Santo, Cortés se lanza a una aventurada travesía por las tierras anfibias de Tabasco. Señala que si buscaba los escalofríos de lo extremo, esta complacido. Deja ver que es seguramente el primero en recorrer a pie este universo de ríos, lagunas, pantanos y meandros donde solo se puede penetrar en canoas. Cada cien metros hay que detenerse ante un obstáculo: una laguna ineludible, una ciénaga infestada de cocodrilos, un poderoso rio de corrientes traicioneras bajo las aguas turbias. Bamboleada de recodo en recodo, la comitiva se escinde perpetuamente; todos buscan el camino, mas no hay itinerario posible ni salvación terrestre para esta expedición .
El contingente continuó rumbo al pueblo llamado “Tumalán” cerca de la desembocadura del rio Tonalá actual en la costa del Golfo de México a nueve leguas de Villa Espíritu Santo. Muy probablemente tomaron dirección N-NE para llegar al bordo costero por el rumbo actual del poblado de Agua Dulce, Veracruz. El río Tonalá forma hoy los limites entre los estados de Veracruz y Tabasco.
Seis años antes, en 1518, Juan de Grijalva en la segunda expedición a costas mexicanas, había navegado las costas del Golfo de México y entre su tropa se encontraba Bernal Díaz del Castillo quien describe su llegada al pueblo de Tonalá (“lugar caliente” en Náhuatl) y entre otras cosas afirma… “también quiero decirles como planté algunas semillas de naranja junto a otra casa de ídolos lo cual sucedió de esta forma: Debido que habían muchos mosquitos en ese río, fuimos diez soldados a dormir en una casa alta de ídolos, y junto a aquella casa las sembré, que había traído de Cuba, porque era fama que veníamos a poblar. Y crecieron muy bien por que los papas de estos ídolos las beneficiaban, las regaban y limpiaban desde que vieron que eran plantas diferentes a las suyas; de ahí se hicieron de naranjos toda aquella provincia.”
Blom y La Farge creen que el lugar de estos hechos fue en realidad el sitio arqueológico de La Venta, en la actual municipalidad de Huimanguillo, que al parecer fue visitado por la expedición de Grijalva tomando como punto de entrada el río Tonalá, ya que en el poblado de este último nombre no se conoce sitio arqueológico alguno. Señalan que la leyenda sobre la plantación de semillas de naranja demuestra que este lugar (La Venta o Tonalá ¿?) fue donde se plantaron las primeras naranjas del continente americano y no en California.
De la barra de Tonalá, la expedición de Cortés prosiguió hacia la actual barra de Santa Ana recorriendo unas nueve leguas sobre el bordo costero de Tabasco para llegar a un pueblo denominado “Agualulco”. Habían entrado a las anfibias tierras de Tabasco. Siguieron el recorrido y llegaron a la provincia de “Cupilcon” donde registran una zona de mucho cacao y pesquería. De Villa Espíritu Santo a Cupilcon, Cortés señala una distancia de treinta y cinco leguas. A partir de Tupilco actual dejan el bordo costero y se internan tierra adentro, pasando por lo que hoy corresponden a las municipalidades de Comalcalco y Paraíso. Pasan el rio “Mazapa” sin duda hoy conocido con el nombre de río Seco que en aquellas épocas se encontraba activo y formaba el cause principal del rio “Guezalapa” (Mezcalapa) con dirección principal S-N y que desembocaba en la barra de Dos Bocas entre Paraíso y Puerto Ceiba actual.
Sobre este rio construyeron un gran puente de “novecientos y treinta y cuatro pasos” que “fue una cosa muy maravillosa de ver”; se dice que el punto de cruce donde se construyo el puente se encontraban “media legua arriba de la mar”. Mexcalapa (Guezalapa) significa “Ribera de los quetzales” según el lexicógrafo Marcos E. Becerra .
Pasaron después el hoy llamado rio Cuxcuchapa para llegar al pueblo que llamaban “Anaxuxuca” hoy llamado Nacajuca. De este punto se dirigieron rumbo a lo que seria el posterior asentamiento de San Juan Bautista de Villa Hermosa, cruzando a la altura del pueblo de Acachapan, “un poderoso río que se llama Guezalapa que es uno de los brazos que entran en el de Tabasco”. Sin duda se refiere el otro gran brazo del rio Viejo Mezcalapa que une sus aguas con el río Pichucalco (o Ixtacomitán) e inmediatamente después con el río de Sierra para pasar juntos frente a Villahermosa actual denominado hoy como “río Grijalva” . Este cause enorme, que aguas abajo sigue recogiendo muchos tributarios incluyendo un gran brazo del río Usumacinta, desemboca en la barra de Frontera pasando por la ribera del antiguo pueblo denominado “Potonchan” que después de ser tomado por la expedición marítima de Cortés en 1519, le llamaron Santa María de la Victoria, constituye el denominado río de “Tabasco” en la crónicas españolas del siglo XVI.

Rumbo a la Sierra

Sobre la margen derecha del rio Guezalapa subieron en dirección al sur sobre la ribera del mismo buscándola provincia de “Zaguatán” a doce leguas rio arriba de Acachapan. Al no encontrar canoas abrieron camino por la margen del rio.
La provincia de Zaguatán corresponde los pueblos actuales conocidos como Astapa, Jaguacapa y Jalapa, ubicados en la margen derecha del rio Tacotalpa, según el Profesor Marcos E. Becerra . Se les llamaba los “tres Zaguatanes” que se ubicaban un pueblo casi junto a otro. En la crónica escrita en Tabasco por Melchor de Alfaro y Santacruz en 1579 dice “…de la Real corona de su Magestad están estos y otros sobre ríos que son tecomaxiaca y teapa en el mesmo rio donde los tres de su Magestad están ai otros mas abajo quatro leguas tres pueblos que llaman los tres caguatanes…”
Pedro A. González opina que los Zaguatanes corresponden mas seguramente a ambas márgenes del rio conocido hoy como rio de la Sierra formado por la unión del rio Tacotalpa y el rio Teapa (este último ya con las aguas del rio Puyacatengo), y se refiere mas probablemente a las localidades actuales de Pueblo Nuevo, La Isla y Los Cacaos. Lo anterior cobra sentido al saber que la ubicación de Astapa, Jaguacapa y Jalapa, se encuentran sobre el río Tacotalpa, aguas arriba de la confluencia de este con el rio Teapa para formar juntos el río de la Sierra. Se induce aún más esta interpretación por la distancia, ya que desde Acachapan hasta estos tres pueblos (Pueblo Nuevo, La Isla y Los Cacaos) es de 12 leguas aproximadamente, concordando con la descripción de Alfaro y Santacruz, quizás la descripción geográfica más antigua de Tabasco conocida hasta hoy.
Las crónicas refieren la llegada de suficientes canoas con bastimentos tanto de los pueblos de Teapa y Tecomajiaca en el sur, como de la Santa María de Victoria (Potonchán) en la parte norte para toparse en los Zagauatanes con Cortés. La expedición estuvo 20 días en la provincia de Zaguatlán.
Otro elemento geográfico a considerar tiene que ver con en una mejor factibilidad de transito terrestre que del pueblo de Los Cacaos (hoy Francisco J. Santamaría) permitía al caminar sobre lomeríos suaves para llegar la zona de la municipalidad actual de Macuspana, menos trabajosos comparados las ciénagas y popalerias extensas que hay que cruzar partiendo de Jalapa a Macuspana. Por lo tanto, Los Cacaos pudo hacer sido el punto se partida de la expedición de Cortés al dejar la provincia de Zaguatlán rumbo a la provincia de Chilapan. “Quiso Dios que aquella tierra es algo abierta y enjuta con hartas menos ciénagas que la pasada.”
Tomaron el rumbo E considerando los informes de la poca gente que quedaba en el lugar hacia “una sierra que pareció estar hasta diez leguas de allí, y decirme que allí cerca estaba la principal población de Chilapán y que pasaba junto con ella un muy grande río que abajo se juntaba con aquel de Zaguatán y entraban juntos en el de Tabasco; y que el río arriba estaba otro pueblo que se llamaba “Ocumba”, pero que tampoco sabían camino para allí por tierra.”
El rio señalado sin duda corresponde al cause principal de la cuenca del río Puxcatán, luego llamado río Macuspana que al unirse con el río Tulijá forman el llamado río Tepetitán el cual, por el poblado La Encrucijada municipalidad de Macuspana, se bifurca hacia la derecha formando el río Chilapa, y hacia la izquierda el río Chilapilla. Ambos finalmente son grandes tributarios del cause principal del río “Tabasco” conocido hoy como Grijalva. La información dada a Cortés era esencialmente correcta.
Se inicia la búsqueda del camino mas adecuado hacia la provincia de “Chilapan” en la ruta hacia un pueblo llamado “Otumba”. Al parecer una avanzada de Cortés encontró dicho pueblo y las pocas gentes que hallaron ahí les guiaron hasta “Chilapan donde al llegar encontraron todo el pueblo quemado y abandonado. Dice Pedro A. González que el pueblo llamado “Otumba” que estaba a una jornada de Zaguatlán, y a orillas de un rio, debió encontrarse donde existe actualmente la ranchería “Acumba” sobre la ribera del rio Macuspana, al SE de la cabecera actual de dicha municipalidad. De “Otumba” tomaron rumbo N para llegar al hipotético pueblo de Chilapan del siglo XVI.
No existe hoy un pueblo llamado “Chilapan”. Pedro A. González estima que este pueblo estaba donde hoy existe el llamado pueblo de “San Fernando” (posteriormente llamado “San Carlos” y hoy denominado “Benito Juárez municipalidad de Macuspana, Tabasco) en el camino del actual pueblo a Tepetitán situado en la margen izquierda del rio Chilapa o Tulijá. Dice Cortés que el pueblo de Chilapan es de “muy gentil asiento y harto grande. Había en él muchas arboledas de las frutas de la tierra y abría mucha labranzas de maizales, aunque no estaban bien granados, pero todavía fue mucho remedio de nuestra necesidad”. Se detuvo dos días ahí en busca de bastimentos e información de la ruta a “Tepetitán” o “Tamacastepeque”
Cortés paso el gran rio Chilapa “legua y media del dicho pueblo de “Chilapan”.
Después de pasar el rio Chilapa o Tulijá, se dirigieron al Sur Sureste hacia el pueblo de “Tepetitán” el cual no se encontraba como hoy en su margen izquierda del rio Chilapa, sino a una distancia de seis o siete leguas pasando el rio Tulijá por los campos llamados “Malucos”, áreas bajas y pantanosas. Tepetitlán, pueblo donde llego la expedición dos días desde Chilapan, estaba situado –según lo dice Pedro A. González- junto a la falda de una gran cordillera de sierras en el sitio donde hoy está la hacienda “Los Cerrillos”, limítrofe entre Tabasco y Chiapas, por el arroyo “Alcalde Mayor” y por el “Tepezintla”.
La evidencia lingüística adicional que apoya esta tesis tiene que ver con el origen náhuatl de la palabra “Tepetitlán” que significa “entre los cerros”. El sitio actual denominado Los Cerrillos es un caserío ubicado al sur del sitio llamado Bajadas Grandes perteneciente al estado de Chiapas muy próximo a los límites con Tabasco. López de Gómara señala que “Tecpetlican” (Tepetitán) es llamado también como “Tamaztepec”, que de acuerdo con el Profesor Becerra su ortografía mas correcta es “Tamacaztepeque”, nombre más antiguo de Tepetitán, y significa en náhuatl “Cerro de los ministros o servidores del templo”
Blom y La Farge describen algunas de las costumbres etnológicas del pueblo indígena de San Fernando en la actual municipalidad de Macuspana, Tabasco. Parten de ahí para la exploración de la zona arqueológica El Tortuguero, de la cual aseveran, se supo de ellas gracias al General mexicano Ramírez Garrido quien las visitó y describió en 1915.
En su relato, Ramírez Garrido lanza la teoría de que la Zona Arqueológica El Tortuguero es los vestigios del pueblo extinto de Tepetitlán donde Cortés se detuvo durante su expedición a Honduras en 1524. Los mismos autores opinan que este dato tiene una hipótesis muy débil ya que investigaciones posteriores han revelado que es mas probable que el Tepetitlán de Cortés pudo ubicarse a una distancia de cerca de 20 millas (32 km aproximadamente) al Norte (¿?)de las Ruinas el Tortuguero . De acuerdo con la cartografía actual, el punto señalado por González como el viejo Tepetitlán (Los Cerrillos) se encuentra en dirección Sur- Sureste del sitio Arqueológico el Tortuguero. Seguramente Blom y La Farge confundieron el Tepetitán actual con el Tepetitlán de la ruta de Cortés.
Marcha por Los Ríos

Después de seis días de estancia en “Tepetitlán” continuaron camino a “Iztapan” (“lugar de agua blanca”, náhuatl) , pueblo ubicado en la margen izquierda del rio Usumacinta que corresponde donde se ubica la población de Montecristo, hoy llamado Emiliano Zapata, Tabasco. Dice Cortés “Este pueblo de Iztapan es muy grande cosa y está asentado en la ribera de un muy hermoso rio. Tiene buen asiento para poblar en el españoles, tiene muy hermosa ribera, donde hay buenos pastos, tiene muy buenas tierras de labranzas, tiene buena comarca de tierra labrada”; entraban a la cuenca del rio Usumacinta. La expedición estuvo ocho días en esta población.
Desde aquí, Cortés despachó a tres españoles en canoa rio abajo para que llegasen al “rio de Tabasco” donde debían de estar los barcos que había enviado desde la villa de Medellín (Veracruz) con bastimentos. La instrucción enviada por Cortés consistía en que dichos barcos deberían seguir por las costas hacia el Este y circunnavegar Yucatán hasta llegar a la bahía de la Asunción (hoy costa caribeña de Guatemala y Honduras), por que ahí lo hallarían o les indicaría lo que debían de hacer. Sabía Cortés donde quería llegar exactamente y da muestra de sus extraordinarios conocimientos náuticos y geográficos de la región caribeña en la segunda década del siglo XVI, fortalecidos por supuesto por las extensas rutas comerciales usadas por los nahuas y mayas en toda Mesoamérica de las cuales se sirvió y uso ventajosamente.
De Iztapan recorrieron la ribera izquierda del rio Usumacinta hasta un pueblo que se encuentra a cinco leguas rio arriba llamado “Tatahuitalpan”. En este recorrido pasaron un “río hondo” que se infiere es el río Chacamax así como las ruinas del “Balancán viejo”. Este pueblo, como casi todos al paso de expedición, se encontraba quemado y despoblado. Tatahuitalpan se infiere estaba ubicado en la ribera izquierda del rio Usumacinta frente a la actual población de Balancán, Tabasco, ubicado hoy en la margen derecha del rio. El término maya “Balancán” no consignado en las crónicas españolas del siglo XVI es análogo al término náhuatl “Tatahuitalpan”.
La expedición prosigue en busca inmediata de la provincia de “Acalan” que según las crónicas de la V Carta de Relación, se encuentra a cuarenta leguas de distancia desde Ixtapan. Cortés pidió al cacique de Tatahuitalpan que le mostraran el camino para ir al pueblo de “Zigoatecpan” (“Zagoatezpan” de acuerdo con Marcos E. Becera), que según el “lienzo mapa” proporcionado por Señores de Tabasco y Xicalango en Coatzacoalco, por ahí deberían de pasar. Sin embargo, lo pobladores locales no sabían cual era el camino por tierra ya que ellos se servían solo por el río para llegar a dicho lugar. Caminaron al tino por los montes no sin antes enviar por río una avanzada de españoles acompañados por el Señor de Iztapan hacia “Zigoatecpan”.
La expedición terrestre paso por otro pueblo llamado “Ozumazintlan”, y después un gran extravío que obligó a Cortés a usar la “aguja de marear”, llegaron a “Zigoatecpan” que hallaron quemado y abandonado.
Este pueblo se hallaba ente “Ozumazintlan” (actual poblado Usumacinta) río abajo, y otro pueblo llamado “Petenecté” río arriba hoy extinto. Todas las evidencias indican que “Zigoatecpan” era el antiguo pueblo de Tenosique situado en ese entonces en la margen izquierda del rio Usumacinta. La identidad lingüística de ambos nombres, uno de origen náhuatl (Zagoatezpan) y el otro de origen maya (Tenosique), dan certeza que se trata del mismo pueblo situado hoy sobre la ribera derecha del rio Usumacinta.
La búsqueda del rumbo y el mejor camino a seguir desde “Tenosique” hacia “Acalan” fue motivo de diferencias de opinión entre los nativos que eran interrogados. Una opción era seguir rio arriba del Usumacinta y dar un rodeo demasiado largo; otros opinaban caminar la ruta mas corta por las sendas que usaban los mercaderes hacia “Acalan”. Esta fue la ruta que finalmente siguieron, por lo que no remontaron la ribera izquierda del rio Usumacinta sin darse la posibilidad alguna de llegar a la ciudad maya de Yaxchilán (Menché, según A. P. Maudslay o ciudad Lorillard, para Désiré Charnay) en el alto Usumacinta y penetrar así al Petén de Guatemala cruzando el río Usumacinta por esa ciudad antigua como lo han insinuado algunos viajeros exploradores y arqueólogos del siglo XIX .
Se inició la marcha en busca de la provincia de Acalan pasando el rio Usumacinta de la margen izquierda a la derecha con posible rumbo a la hoy población de Tenosique, Tabasco, y en dirección general N-NE llegando a los esteros que acompañan al río San Pedro Mártir, ruta muy próxima al seguimiento de el curso actual de la línea del ferrocarril del sureste en su tránsito desde Tenosique y El Triunfo, Balancán, rumbo a Candelaria, Campeche. Es poco probable que la expedición haya tomado la ruta de Tenosique rumbo al SE hacia el punto conocido hoy como “vértice El Ceibo” sobre el camino que conduce desde Tenosique hasta el Petén en la línea divisoria entre México y Guatemala. Existen pocas evidencias históricas que demuestren la entrada de Cortés a territorio guatemalteco cruzado el río San Pedro Mártir por este punto tal como lo interpreta y sugiere Pedro A. González e incluso el Profesor Becerra.

ACALAN “LUGAR DE CANOAS”

La provincia de “Acalan” (“Acala” para Díaz del Castillo) la constituía una región muy grande que forman las cuencas altas y bajas del rio San Pedro Mártir y la del rio Candelaria desde el Petén guatemalteco. Gran parte de este territorio pertenece hoy a los municipios de El Carmen y Candelaria en el estado de Campeche. El rio San Pedro Mártir es un afluente del río Usumacinta y descarga sus aguas en él a unos 16 kilómetros rio arriba de la cabecera municipal de Balancán, Tabasco, muy próximo al sitio conocido como Santa Cruz, ubicado en la margen derecha.
Es un territorio de tierras bajas y humedales, perfectamente comunicada desde la cuenca alta de estos ríos en el Petén de Guatemala hasta la laguna de Términos y el Golfo de México. Esta comunicación fluvial es posible por el rio Candelaria en la parte mas oriental, sirviéndose también por el rio Chumpán en la parte central y por los ríos San Pedro Mártir, Usumacinta y Palizada por la parte occidental, en los limites actuales de los estados mexicanos de Tabasco y Campeche. Por esta cuenca transitaban rutas comerciales muy activas durante toda la época prehispánica entre los grupos Mayas y Náhuatl en el sureste de México. Era también la zona para el tránsito fluvial y terrestre desde las costas del Golfo de México hacia el nororiente de Guatemala y Honduras en el mar Caribe.
En su marcha rumbo el N-NE hacia lo que hoy es el estado de Campeche, la expedición de Cortés penetró a las ciénagas del rio San Pedro Mártir en territorio actual de la municipalidad de Balancán estado de Tabasco y no hubo mas opción que mandar construir un gran puente de madera que llevó mas de mil vigas “que la menor es casi tan gorda como el cuerpo de un hombre , y de nueve y de diez brazas de largura sin otra madera menuda que no tiene cuenta. Y certifico a vuestra majestad que no creo habrá nadie que sepa decir en manera que se pueda entender la orden que estos señores de Tenuxtitlán que conmigo llevaba, y sus indios, tuvieron en hacer esta puente, sino que es la cosa mas extraña que nunca se ha visto” .
Esta narrativa se refiere a la negativa del contingente indígena indispuestos a trabajar en una obra de tal magnitud dado al agobio por cansancio y hambre, cosa que se logó después que Cuauhtémoc y los otros señores de la realeza azteca convencieran a la masa indígena de retornar al trabajo por las promesas de Cortés.
Ahí fue el encuentro de la avanzada de los españoles enviados por Cortés con los indios de Acalan que traían la representación de “Apaspolón” o Paxbolón (Ah-Pasx-Bolon, en lengua Maya), señor de esa provincia. Acalan, significa “lugar de canoas”. Durante la marcha, el primer pueblo de Acalan encontrado después de jornada y media de haber pasado el rio San Pedro Mártir fue “Tizatepelt”.
Después seis días de descanso de la expedición en dicho pueblo”, un hijo de “Apaspolón” tuvo el primer encuentro con Cortés. A cinco leguas de este se encontraba el segundo pueblo de Acalan llamado “Teutiercas” que tiene muy hermosas mezquitas, en especial dos en donde nos aposentamos”. Hasta este pueblo se presento “Apaspolón” en su primera entrevista con Cortés y lo invito a seguir al pueblo principal y capital de la provincia de Acalan donde residía: “Itzamkanac”. De acuerdo con las crónicas españolas, la marcha efectiva desde “Ziguatecpan” (Tenosique) hasta Itzamkanac fue de tres jornadas que equivalen al paso de la expedición a mas de 15 leguas; probablemente unas 18-20 leguas reales con los datos de hoy.
Este pueblo se encuentra en la ribera izquierda de una gran “estero” que comunica hasta el puerto de “Xicalango” en la Laguna de Términos, y a los puertos de Tabasco. Estos esteros dan origen al alto rio Candelaria navegable para canoas desde ahí hasta su desembocadura en la laguna de Términos y el Golfo de México. Itzamkanac era el parte aguas de transito entre el comercio de Xicalango en el Golfo de México, el pueblo costero llamado Nito en la costa caribeña de Guatemala y el pueblo llamado Naco en la parte interior de la costa de Honduras. El rio Candelaria fue una ruta comercial importante hacia el Petén e Izabal en Guatemala así como a los pueblos de Honduras.
Relata Cortés en su Quinta Carta de Relación al Rey Carlos V acerca de la provincia de Acalan : “Esta provincia de Acalan es muy gran cosa, porque hay en ella muchos pueblos de mucha gente….. y es muy abundosa de mantenimientos y de mucha miel. Hay en ella muchos mercaderes y gentes que tratan en muchas partes y son ricos de esclavos y de las cosas que se tratan en la tierra, está toda cercada de esteros, y todos ellos salen a la bahía o puerto que llaman de Términos, por donde en canoas tienen gran contratación en Xicalango y Tabasco, y aún créese, aunque no esta sabida del todo la verdad, que atraviesan por ahí a esta otra mar, de manera que aquella tierra que llaman Yucatán queda hecha isla. Yo trabajaré de saber el secreto de esto, y haré de ello a vuestra majestad verdadera relación. Según supe, no hay en ella otro señor principal sino el que es el mas mercader y que tiene mas trato de sus navíos por la mar, que es este Apaspolón, de quien arriba he nombrado a vuestra majestad por señor principal. Y es la causa ser muy rico y de mucho trato de mercadería, que hasta del pueblo de Nito, de que adelante diré, donde hallé ciertos españoles de la compañía de Gil González de Ávila, tenían un barrio poblado de sus factores, y con ellos un hermano suyo, que trataba sus mercaderías. Las que mas por aquellas partes se tratan entre ellos, son cacao, ropa de algodón, colores para teñir, otra cierta manera de tinta con que se tiñen ellos los cuerpos para se defender del calor y del frío, tea para alumbrarse, resma de pino para los saumerios de sus ídolos, esclavos u otras cuentas coloradas de caracoles que tienen en mucho para el ornato de sus personas. En sus fiestas y placeres tratan algún oro, aunque mezclado con cobre y otras mezclas”.
Itzamkanac es considerado por muchos historiadores como el teatro del trágico e infortunado sacrificio del último emperador azteca que Cortés llevara prisionero: Guatemucin, Guatemuz o Cuauhtémoc. Sin embargo, hay evidencias en los Papeles de Paxbolón Maldonado (manuscrito Chontal) que señalan con claridad que el sitio de la ejecución fue en el pueblo anterior a Itzamkanac denominado “Yaxzam” en dicho documento equivalente a “Teutiercas” según el recorrido de Cortés. Derivado de rumores, Cortés se entera de una aparente sublevación orquestada por parte de los Señores Aztecas. Cuauhtémoc y su primo Tetlepanquetzal, señor de Tacuba fueron colgados de los pies en una ceiba y posteriormente decapitados. Sobre esta ejecución Bernal Díaz del Castillo escribe en su crónica “y fue esa muerte que les dieron muy injustamente, y pareció mal a todos los que íbamos…”. Era el 28 de febrero, carnaval de 1525.
Afirma Riva Palacio que la mayoría de los escritores contemporáneos reprueban estas ejecuciones incluyendo a Lucas Alamán historiador del Estado, tan parcial a todo lo que atañe al conquistador de México. “Si Napoleón el Grande con la muerte del Duque de Enghien echó negra mancha sobre los timbres de sus glorias, ni este ni otros de sus errores le perdona la historia, ni ese ejemplo puede servir, como lo insinúa Alamán, para borrar de la historia de Cortés el crimen del asesinato de Cuauhtémoc”.
“El Emperador Carlos V, que no creyó suficiente disculpa para la ingratitud de Hernán Cortés, el que otros hubieran hecho lo mismo, como piensa Alamán, respondió duramente al conquistador de México por el asesinato de un hombre tan ilustre como Cuauhtémoc y que había llevado su amistad con Cortés hasta el extremo de que, al recibir el bautismo y profesar la fe cristiana, había tomado por nombre el de Fernando Cortés Cuauhtémoc”
Es de entenderse entonces que los restos de estos personajes se encuentran en algún lugar cercano de Itzamkanac, poblado identificado hoy como El Tigre, municipio de Candelaria, estado de Campeche . Ello desmitifica la creencia en el sentido de que dicho suceso trágico fue consumado en territorio del hoy estado de Tabasco o en algún lugar del Petén de Guatemala.
Comenta el historiador britanico Hugh Thomas que en 1949 se afirmó, con base a indicios poco convincentes, que los restos de Cuauhtémoc se encontraron en Ichcateopan (Ixcateopan), estado de Guerrero , un pueblo próximo a Taxco donde según la vieja tradición oral, había nacido Cuauhtémoc. Una revisión de estos alegatos puede verse en un interesante articulo publicado recientemente
Itzamkanac tampoco se ubica en la parte Norte dentro de el Departamento El Petén como lo infiere el Ing. Pedro A. González en la última parte de su documento sobre La Ruta del Ferrocarril del Sureste y la Ruta de Hernán Cortés. Menos aún se encontraba cerca del río de La Pasión, afluente del Usumacinta en la parte SW de El Petén de Guatemala, ubicación diametralmente opuesta desde el punto de vista geográfico al sitio considerado hoy como “Itzamkanac” (El Tigre, municipalidad de Candelaria, estado de Campeche, en México), como lo sugirió el prominente Profesor tabasqueño Don Marcos E. Becerra en sus excelentes ensayos sobre el tema a principios del siglo XX .
Sin embargo, tanto Becerra como González coinciden en interpretar erróneamente que la expedición continuó su ruta de Zigoatecpan, hoy el nuevo Tenosique, con dirección S-SE al punto conocido como vértice El Ceibo a la altura del cruce fronterizo actual ente Tabasco y El Petén de Guatemala, a unas trece y media leguas de distancia. Justamente en este punto se dan las divergencias en el seguimiento de la ruta por ambos autores citados anteriormente.
Así, Pedro A. González por un lado sugiere que la expedición dio un giro hacia el rumbo N-NE y se internó al Petén atravesando el río San Pedro Mártir. Tendría que haber sido algún punto ubicado a unas tres leguas rio abajo del poblado guatemalteco actual llamado El Naranjo, ubicado sobe la margen izquierda de dicho cause. Ahí existen algunas ciénagas pero no de las dimensiones como las señaladas por Cortés que lo obligaran a construir un gran puente de 500 pasos para cruzarlas incluyendo el cause principal del rio San Pedro Mártir que tiene ciertamente caudal y profundidad considerable al salir de El Petén e internarse a territorio mexicano por la municipalidad de Tenosique, estado de Tabasco en México.
De acuerdo esta hipótesis, la expedición continuó hacia el N-NE buscando la cuenca alta del río Candelaria que efectivamente nace en la parte NW del departamento del Petén, en Guatemala. Esta es la razón por la cual Pedro A. González interpreta y define la ubicación del Itzamkanac hipotético en la parte norte de El Petén y no necesariamente en territorio mexicano de Campeche, limites entre ambas naciones que él conocía muy bien como geógrafo y cartógrafo. Este recorrido desde el Ceibo hasta el Itzamkanac de González es de unas diez y seis leguas, que junto con el tramo Tenosique-El Ceibo, dan un recorrido de unas veintinueve a treinta leguas.
Por otro lado, si se considera la interpretación del Profesor Marcos E. Becerra, el tránsito de la expedición del Ceibo a Itzamkanac, no debió haber existido necesidad alguna en la práctica de cruzar el rio San Pedro Mártir y sus ciénagas en ningún punto para poder continuar la ruta terrestre hacia el SE en busca del hipotético Itzamkanac ubicado, según Becerra, en la ribera del rio La Pasión en la posible población actual de Sayaxché. Este recorrido tiene hoy una distancia superior a 200 km (41 leguas aproximadamente). Desde el Ceibo, tomado la ruta terrestre actual hacia la aldea Lagunitas, se pasa por las lagunas de San Diego (“Laguna del Yeso” o el “Tizatepetl” de Becerra?), también por la población actual llamada La Libertad ( ¿el“Teutiercas” de Becerra ?; “Sacluk antes de denominarse La Libertad), y se tomar rumbo S hacia al poblado de Sayaxché.
El rio La Pasión se forma en la parte centro-sur de El Petén, que al desembocar al rio Salinas o Chixoy que proviene del departamento de El Quiché en Guatemala, dan origen a la cuenca alta del rio Usumacinta limítrofe hoy entre la parte W de El Petén, Guatemala, con el estado de Chiapas, México. Becerra sugiere en su hipótesis que esta era la ruta fluvial tan mencionada por Cortés en su crónica para comunicarse desde Itzamkanac hasta los pueblos de Tabasco y Xicalango en el Golfo de México. Aunque esta ruta es técnicamente factible aún con los obstáculos que presentan los “rápidos” del rio Usumacinta, las evidencias actuales sugieren que el Itzamkanac de las crónicas españolas no se encontraba, como ya se vio anteriormente, sobre la ribera del rio La Pasión.
Esta vía fluvial de comunicación fue usada efectivamente y sin duda alguna, como una ruta comercial alterna y paralela a las rutas fluviales de la antigua provincia de Acalan para salir al Golfo de México sea por “Potonchán” en Tabasco y/o a “Xicalango” en la Laguna de Términos. Servía a un conglomerado muy activo de ciudades mayas ubicadas en la cuenca del rio La Pasión que se encontraban en su apogeo hasta el Siglo IX del periodo Clásico Tardío, como lo fueron Cancuén, Seibal, Dos Pilas, Sayaxché, Machaquilá, Aguateca, Tamarindito, así como Altar de los Sacrificios, esta ultima en la desembocadura del rio La Pasión al Usumacinta, entre otras ciudades del antiguo imperio maya.
RUTA POR GUATEMALA

La expedición salió de Itzamkanac (El Tigre, municipalidad de Candelaria, Campeche) atravesando el “gran estero” para dirigirse con rumbo a la siguiente provincia que Cortés nombra como “Mazatlan” en dirección E-SE para internarse en el corazón de las selvas de El Petén guatemalteco en su ruta hacia las Hibueras. Previo a esto, Cortés solicito a Apaspolón un lienzo con la descripción de toda la ruta a seguir hasta llegar a Nito en la costa de Guatemala, lugar donde se decía estaban los españoles de la compañía de Cortés. En su derecho de réplica, el astuto señor de Acalan solicito a Cortés un salvoconducto para protegerse de otros españoles que pudieran pasar por ahí y tomarlo como su amigo por las facilidades otorgadas al Capitán General.
Al parecer Apaspolón fue mas allá. Pedro A. González menciona un documento en manos del arqueólogo especialista en la cultura maya, Dr. Silvano G. Moreley del Instituto Canergie en Washinton, localizado en el Archivo General de Indias en Sevilla y fechado en 1526. En este documento Apaspolón solicita mercedes, ciertas concesiones y privilegios a la Corona de España por sus méritos en haber denunciado la conspiración de Cuauhtémoc y los otros señores mexicanos y ordenado a Cortés decapitarlos colgados de una ceiba. González da crédito a su amigo el historiador yucateco Don Ignacio Rubio Mañé, colaborador del Dr. Moreley, haberle proporcionado estos interesantes datos. Sin duda este documento de gran interés histórico corresponde al Manuscrito Maya-Chontal citado por la señora María Olga Catalán de Sánchez en su monografía. La enorme contribución de Moreley al conocimiento y entendimiento de la civilización maya durante la década de los años treinta del siglo XX ha sido condensada y se encuentra disponible en una edición en español.
La avanzada española e indígena que Cortés había enviado tres días antes de la salida de Acalan, fue topada a cinco leguas de camino e informó que se tendría que caminar durante cuatro días por montes despoblados para llegar a la provincia de Mazatlan que en lengua local se llama “Quiatleo”. Si se estima un avance de la expedición de unas cinco o seis leguas por día, se presupone que el recorrido previsto era de unas 25 leguas para llegar a dicha provincia. Salieron de la zona de esteros que circundaba a Itzamkanac y transitaron por muy buen camino aunque cerrado de monte pero que era llano y sin sierras.
El primer pueblo encontrado en este tramo se reporta que se encontraba en un “peñol alto” que por una parte le cerca una gran laguna y por la otra un arroyo muy hondo que entra en la laguna y no tiene sino una entrada llana; el pueblo se encontraba bien cercado y no se encontraba la forma de entrar así como con fortificaciones de madera “en tan buen orden y concierto, que no podía ser mejor, digo para propósito de las armas con que ellos pelean”. Al entran al pueblo lo hallaron despoblado y encontraron muchos bastimentos de maíz, aves, miel y frijoles.
A siete leguas de este pueblo se encuentra otro de la misma provincia de Mazatlan que se llama “Tiac” mayor que el anterior aunque no tan fuerte por que esta en llano pero tiene cercas y cavas mas recias y cercado cada uno de sus tres barrios con otra cerca que envuelve a todo el pueblo; Tiac mantiene guerra con el pueblo anterior según la crónica de Cortés. En este pueblo le dieron un guía que sabía muy bien el camino hasta el pueblo donde se encontraban los españoles que buscaba Cortés y los había visto, según informó al Capitán General. Partió del pueblo de Tiac y fueron a dormir a otro llamado “Yasuncabil” que es el ultimo de la provincia de Mazatlan el cual estaba cercado de la misma manera que los anteriores y despoblado. Había una muy hermosa casa del señor, aunque de paja. De este pueblo se tomaron suficientes bastimentos para el camino ya que el guía informó que se tenía que caminar durante cinco días en despoblado hasta la provincia de “Taiza por donde deberían de pasar (veinte leguas aproximadas). Aquí terminaba la provincia de Mazatlan o “Gulaché” y se regresaron los guías y señores que traía la expedición desde Acalan.

Tayasal, lugar de agua dulce

Al salir de la provincia de Mazatlan se tomó camino hacia la provincia de “Taiza” como la denomina Cortés o “Tayasal” (del Maya Ta-its-a; de ta, lugar o tierra; its, dulce; a, agua ) acuerdo con lo dicho por Díaz del Castillo. A partir de ahí todo el camino era despoblado y con grandes montañas y sierras. Según Cortés hubo en este camino un “mal puerto” formado por peñas y piedras de “alabastro” muy fino por lo que fue bautizado como “puerto de alabastro”. Al quinto día de camino desde Yasuncabil, los corredores y los guías llegaron a una muy grande laguna que parecía brazo de mar aunque de agua dulce según su grandeza y hondura, y en una isleta que hay en ella vieron un pueblo que se considera el principal de aquella provincia de Taiza y que no había otro remedio para pasar si no fuese en canoas. Habían llegado al lago llamado hoy Petén Itzá y a la Isla de Flores, capital actual del Departamento de Petén, después de un recorrido de unas 45 leguas desde Itzamkanac por la selva petenera.
El guía de la provincia de Mazatlan que acompañaba a Cortés le informó que en Taiza había mucha gente y muy ejercitada para la guerra a quienes todos los pueblos de la comarca temían. Que conocía bien a Canek, señor de estas tierras y podría llevarlos hasta él. Después de el envío de una comisión española con el guía para llevar el mensaje y las razones de la visita de Cortés, al siguiente día se presentó Canek con treinta hombres en cinco o seis canoas y con ellos el español que había enviado y “mostro venir muy alegre”. Habían llegado al actual lago Petén Itzá y a la Isla de Flores, capital como en ese entonces, del Departamento de El Petén. Investigaciones arqueológicas recientes indican que la isla estuvo ocupada desde el año 300 A.C., es decir, desde el periodo Preclásico Tardío. La isla de Flores fue llamada por sus primeros pobladores como “Noj-Petén” que en maya significa Gran Isla. El lago Petén Itzá fue llamado “Nohukún” por los Itzáes que quiere decir en maya beber agua del gran lago, se encuentra a 110 msnm y tiene una superficie mayor a 100 km cuadrados que lo ubica como el tercer lago natural mas grande de Guatemala después del lago de Izabal y el lago de Atitlán. Cortés fue el primer europeo que visitó la región petenera en 1525.
Se desarrolló una Misa cantada con toda solemnidad con los ministriles de chirimías y sacabuches que eran parte del contingente la cual Canek y su gente escucharon con mucha atención, así como la ceremonia de ella. El señor de Taiza les brindo hospitalidad y les dijo que quería que le dejasen una cruz que le habían dicho Cortés dejaba en cada pueblo pon donde pasaba prometiendo convertirse a la fe cristiana.
En conversaciones personales Canek informó a Cortés que hacía cinco o seis años comerciantes de Tabasco que pasaron por su tierra les habían dicho “como había pasado por ahí un capitán con cierta gente de nuestra nación, y que los habían vencido tres veces en batalla, y que después les habían dicho que habían de ser vasallos de un gran señor y todo lo que ahora yo les decían; que le dijese si era todo uno”. Cortés le respondió que el capitán que los de Tabasco le dijeron era él y como prueba presentaba a Marina que ellos se la habían dado y que podía hablar con ella. Canek hizo traer aves, miel, un poco de oro y ciertas cuentas de caracoles coloradas que ellos tienen en mucho. Cortés les dijo que iba en busca de algunos españoles de su compañía que había enviado y que estaban en la costa del mar. Canek le dijo que sabía mucho de ellos y que tenia gente por ese rumbo cultivando cacao, ofreciéndole un guía que lo acompañaría.
Cuenta Díaz del Castillo “y le dijeron que había españoles así como nosotros en dos pueblos, que el uno ya he dicho que se decía Nito, que es en San Gil de Buena Vista, junto al Golfo Dulce, y ahora le dan nuevas que hay otros muchos españoles en Naco, y que habrá de un pueblo a otro diez días de andadura, y que el Nito está en la costa del Norte, y el Naco, en la tierra adentro. Y Cortés nos dijo que por ventura Cristóbal de Olid habría repartido su gente en dos villas, que entonces no sabíamos de los de Gil González de Ávila, que pobló a San Gil de Buena Vista.”
Canek hizo ver a Cortés que era un camino muy áspero, de sierras muy altas y de muchas peñas, proponiendo hacer su viaje menos fatigoso cambiando su ruta rumbo al E para llegar al mar y de ahí navegar por las costas hacia el S para llegar a Nito. Cortés argumento la imposibilidad de hacer eso dado el gran contingente que lo acompañaba no habiendo embarcaciones para tanta gente el viaje por tierra era forzado. Lo invito a conocer la Isla y ya de noche se despido de Canek. Cortés mostraba ya síntomas evidentes de enfermedad con fiebres altas en todo el cuerpo. En esas labranzas quedó un caballo que se hincó un palo por el pie y no pudo andar, prometiendo Canec curar y entregarlo a su regreso.
Sobre esto Duverguer observa que los mayas de Tayasal esperarían 93 años para ver otros españoles. Es hasta 1618, cuando dos franciscanos, Juan de Orbita y Bartolomé de Fuensalida, penetraron al corazón del Petén para comenzar la evangelización de los indígenas. Cual sería su sorpresa al ver entronizar entre los ídolos del gran tempo de Tayasal la estatua de madera de un caballo de escala natural. Era el caballo de Cortés que Canek había querido inmortalizar para complacer al conquistador y que había terminado por encontrar su lugar en el panteón local. De acuerdo con el citado historiador francés, esta es una historia auténtica recogida por el cronista franciscano Bernardo de Lizana en su Historia de Yucatán (1635) y luego embellecida por Juan de Villagutierre en su Historia de la conquista de la provincia de Itzá (1701) y que se hizo célebre en la novela corta de B. Traven.
La expedición deja Tayasal rodeando el lago Petén Itzá por la parte occidental y retomando la marcha con rumbo S-SE. Durante el primer día se recorrieron unas diez leguas y fueron a dar primero a unos muy hermosos llanos donde realizaron una montería que obligó a correr a los caballos y dos de ellos murieron ya que tenían mucho tiempo de no correr y se encontraban mal alimentados. Prosiguieron a otros montes y vieron a cuatro indios que traían a un “león” muerto (jaguar seguramente) y varias iguanas. Después pasaron por un gran estero de agua muy hondo y finalmente llegaron a dormir a un pueblo llamado “Checan” controlado por su señor llamado Amohan donde permanecieron cuatro días para abastecerse y prepararse a una caminata siguiente de seis días en despoblado. Este pueblo es posible sea El Chal actual a 46 km de Flores en la ruta a Rio Dulce.
Cabe señalar que a diferencia de las provincias mexicanas donde existe hoy una alta probabilidad de encontrar todavía los nombres de las poblaciones o raíces antiguas de ellos para su identificación aproximada, en El Petén de Guatemala prácticamente dichos nombres en su mayoría han desaparecido, por lo menos en lo que se refiere para la re identificación de la ruta de Cortés propósito de este ensayo. Así, hemos visto que los pueblos del tramo desde Itzamkanac hasta Taiza, solo es identificable este último con el nombre antiguo de Tayasal. Durante el siguiente recorrido hasta llegar a Nito, prácticamente ningún nombre de los señalados en la crónica de Cortés, López de Gómara y Díaz del Castillo, no son identificables en la actualidad por lo que solo se seguirá incurriendo en inferencias basadas en aproximaciones geográficas basadas en distancias de acuerdo con la fisiografía, el paisaje y el conocimiento práctico actual de toda esta ruta.
Después de esperar inútilmente la llegada de Amohan, la expedición partió de Checan con rumbo al S-SE preparada con alimentos para una travesía de unas cuarenta leguas en busca de pueblo de Nito y los españoles de la compañía de Cortés. La primera jornada fue de tierra “muy buena, llana y alegre, sin monte, solo algunos pedazos”. Después de recorrer seis leguas encontraron al pie de unas sierra y junto a un río una gran casa con otras pequeñas y labranzas alrededor que según dijeron pertenecía a Amohan y constituía un punto de paso de muchos mercaderes. Parece muy probable que dicho río sea el Machaquilá que nace un poco al Este cerca de los límites actuales con Belice, y corre con dirección Oeste para convertirse en un tributario de la cuenca del rio La Pasión. En dicho rio se hizo una hermosa pesquería.
A partir de este punto se empezó a transitar siete leguas de caminos malos para salir después a unos llanos muy hermosos sin monte solo con algunos pinares. Es posible que estuvieran llegando al área del poblado conocido como Poptún (del Maya, Pop-tum, de pop, tule, cierta hierba acuática; tun, piedra ), típico hoy todavía por la presencia de coníferas tropicales. Habían recorrido mas de 20 leguas desde que salieron de Tayasal, casi la mitad del camino desde esta población hasta la intercepción futura con el río Gracias a Dios, tributario del rio Sarstún donde la expedición llegaría en su ruta por el S y haría cambio de rumbo hacia el E en busca de las costas del mar Caribe.
Saliendo de este punto caminaron en llano durante unas dos leguas para después encontrarse con un camino áspero que obligó llevar a los caballos a diestra y con trabajo tanto en la subida como en bajada de esta sierra donde no hubo caballo que no quedara desherrado. Habían pasado una pequeña pero muy áspera sierra de dos leguas y media que se encuentra en el trayecto de ocho leguas que existe entre Poptún y el hoy poblado de San Luis, Petén.
El contingente tuvo que acampar mientras herraban nuevamente a todos los caballos y esperar simultáneamente el fardaje que se había atrasado por el mal camino y el exceso de lluvia.
Después de haber transitado cuatro o cinco leguas llegaron a un caserío llamado “Asuncapin” que es del señor de Taiza el cual se encontraba despoblado. De aquí partieron y fueron a dormir a otro pueblo llamado “Taxuytel” que se encuentra a cinco leguas del anterior y pertenece a Amohan, señor de “Checan” donde había muchos cacaguatales y algún maíz.

Tencíz

Al siguiente día se partió con rumbo a otro pueblo llamado “Tenciz” y después de haber caminado seis leguas de tierra llana, comenzaron a subir “el puerto, que fue la cosa del mundo mas maravillosa de ver y pasar, pues querer yo decir y significar a vuestra majestad la aspereza y fragosidad de este puerto y sierras, ni quien mejor que yo lo supiese lo podría explicar, ni quien lo oyese lo podría entender, si por vista de ojos no lo viese y pasado por el no lo experimentase. Yo no quiero decir otra cosa sino, que sepa vuestra majestad que en ocho leguas que tuvo este puerto estuvimos en las andar doce días y digo los postreros en llegar al cabo de él, en el que murieron sesenta y ocho caballos despeñados y desjarretados y todos los demás vinieron heridos y tan lastimados que no pensamos aprovecharnos de ninguno, y así murieron de las heridas y del trabajo de aquel puerto setenta y ocho caballos y los que se escaparon estuvieron mas de tres meses en tomar en sí”.
Dice Cortés que durante este trayecto tan desastroso jamás dejo de llover día y noche y un sobrino de él y se quebró una pierna en tres o cuatro partes lo que, además de los remedios que se le dio, costo mucho trabajo sacarlos de esas sierras. Puede ser muy probable que esta sierra donde requirió doce días para caminar ocho leguas, es la que se encuentra entre los poblados actuales de La Cumbre, Petén, y Modesto Méndez, Izabal, donde bajo las condiciones actuales de carretera pavimentada se tiene un recorrido de unos 16 km equivalentes a menos de cuatro leguas.
Una legua antes de llegar a “Tenciz” y “para remedio de nuestro trabajo…” hallamos un río muy grande y crecido que llevaba mucha velocidad y que era imposible pasarlo. Se hizo una inspección rio arriba y se encontró una vado el mas maravilloso que hasta hoy se ha oído decir no se puede pensar, y es que por aquella parte se tiende el rio mas de dos tercios de legua, porque unas peñas muy grandes que se ponen adelante, le hacen tender, y hay entre estas peñas angosturas por donde pasa el rio, la cosa mas espantosa de recia… se cortaron árboles grandes que se atravesaron de una peña a otra y por ahí pasábamos con tanto peligro asidos por unos bejucos que también se ataban de una parte a otra…”
Se llegó a “Tenciz” en vísperas de pascua de Resurrección el día 15 del año 1525. Por los datos geográficos y el análisis de distancias, todo hace suponer que este pueblo denominado “Tenciz” por Cortés, “Teucix” por López de Gómara y “Taica” por Díaz del Castillo, corresponde al llamado “Paso o puerto Cadenas”, hoy puerto fluvial Modesto Méndez, municipio de Livingston, Departamento de Izabal, el cual es limítrofe al norte con el Departamento del Petén. El nombre actual fue dado en 1958 en honor al Coronel Modesto Méndez que por instrucciones Ambrosio Tut, comandante y Gobernador del Petén respectivamente, realizaron la primera expedición oficial a la zona arqueológica de Tikal y escribieron un informe en 1848 el cual se publicó en Berlín en 1853 con el cual se dio a conocer ante el mundo la existencia de esta grandiosa acrópolis maya.
Es importante señalar la existencia de un pueblo llamado Cansís a unos 40 km antes de llegar a Modesto Méndez viniendo de San Luis, Petén, cuyo nombre puede perecerse mucho a “Tenciz”; sin embargo la reconstrucción del recorrido a partir de las crónicas hace muy poco probable que se trate del mismo lugar de la ruta de Cortés señalado como “Tanciz”. Muy cerca del poblado Modesto Méndez se genera la confluencia del rio Gracias a Dios y del rio Chocón para formar el rio Sarstún, que corre 111 kilómetros en dirección general de W a E para desembocar al mar Caribe formando los límites internacionales entre el sur de Belice y Guatemala. Este tramo, casi paralelo a la margen derecha del rio Sarstún, sería el último tramo en la pesadilla de la expedición para llegar al pueblo de Nito tan deseado por Cortés.
A partir de “Tenciz” la expedición gira hacia la izquierda rumbo al E, casi paralelo al curso del rio Sarstún hacia el mar Caribe para iniciar la búsqueda inmediata del camino que pudiera llevar a la provincia llamada “Acuculin” según Cortés o “Azuzulín” según López de Gómara, cuyo señor se llamaba “Acahuilguín”.
La avanzada recorrió diez leguas de camino algo trabajoso pero mucho mejor que el que habían recorrido con en las jornadas anteriores. De siete hombres y una mujer que tomaron, supo Cortés que el pueblo donde estaban los cristianos que el buscaba era efectivamente el denominado como Nito y que era un centro de comercio muy prospero controlado por un hermano de Apaspolón señor de Acalan que los españoles ahí aposentados cerca de un año, habían destruido y tomado, por lo que muchos mercaderes se había retirado a otras provincias. Por esta razón había pedido licencia a Acahilguín, señor de Azuzulín, de poblar en sus tierras asentándose en un pueblo pequeño e improvisado para poder pasar a comerciar y vivir, aunque el comercio ya estaba muy dañado desde que los españoles llegaron ahí. Esta gente dijo a Cortés que desde Tenciz hasta el pueblo de Nito habían diez jornadas y tenían que pasar por muchas sierras y malas así como una gran brazo de mar. Con esta información y confiado de tener nuevos y buenos guías, Cortés despidió a los guías de Mazatlan y Taiza que lo habían acompañado hasta Tenciz. Sin embargo, al amanecer del día siguiente, los nuevos guías encabezados por el de Acalan, habían desaparecido; Cortés se quedo sin guías.
Al fin partió de Tenciz con todo el contingente y fue a dormir a un monte a cinco leguas de ahí. Durante ese día de camino se pasaron hartos malos pasos y ahí se desjarretó otro caballo que había quedado sano. Al siguiente día se recorrieron seis leguas y se pasaron dos ríos en los cuales se ahogaron dos yeguas más. Esa noche la pasaron en una población pequeña hasta de quince casas que eran de los mercaderes de Acalan que habían salido del pueblo donde los cristianos habían poblado (Nito). Mando sus avanzadas para ver la ruta para Azuzulín y contactar a su señor mientras el esperaba un día. Informa su avanzada de la existencia de árboles de cacao, de razonable pasto para los caballos sin haber hallado maíz.
Por fin llegaron a pueblo Azuzulín al cual encontraron despoblado, sin ninguna cosa de comer y sin noticias de la presencia “Acahuilgín” señor de esas tierras. Cortés y su caravana está sin guías y perdidos en la selva del Norte del Izabal actual. Se enviaron muchas cuadrillas en busca de la ruta y anduvieron por todas partes de la provincia durante ocho días sin encontrar gente que pudiera darles buena razón del la ruta hacia Nito.
De las pocas informaciones recibidas, se dijo de un pueblo llamado “Chianteca” y que ahí había gentes y mercaderes que les podrían dar información donde se encontraban los españoles que buscabas. Se halló este pueblo a dos jornadas del punto anterior (Azuzulín) con muy mal camino y despoblado ya que sabían de la avanzada de Cortés. Ya casi sin esperanzas por estar sin guías por que “la de la aguja no nos podíamos aprovechar por estar metidos entre las mas espesas y bravas sierras que jamás se vieron sin hallar camino que para ninguna parte saliese”.., se encontraron con un muchacho de unos quince años que se ofreció a guíanos hacia unas estancias llamada “Taniha” que era otra de las provincias que Cortés llevaba en su memoria y que tenían que pasar.
Dicho lugar se encontraba a dos jornadas de “Chianteca”. Llegaron a “Taniha” (¿“Ocolizte” de Díaz del Castillo?) después de cuatro jornadas desde “Azuzulín”. Durante el recorrido de este tramo de sierras muy ásperas se despeñaron algunos de los pocos caballos que le quedaban a la expedición y un primo de Cortés llamado Juan de Ávalos rodo junto con su caballo y se quebró un brazo, que “sin no fuera por las placas de un arnés que llevaba vestido, que le defendieron de las piedras, se hiciera pedazos”. Señala la crónica que después de los muchos y duros trabajos que pasaron para llegar a “Taniha”, el hambre resulto ser lo mas crítico para la expedición. Comieron solo palmitos cocidos con la carne sin sal, de algunos puercos de los que traía Cortés desde la ciudad de México y que no se habían acabado. El hambre apretaba a la expedición. En el trayecto de “Tenciz” a “Taniha” se habían invertido mas de ocho días y en este ultimo pueblo tampoco hallaron que comer por la razón de estar despoblado dado a la cercanía donde estaban aposentados los españoles que buscaba Cortés.
Dice el conquistador, sin embargo, no poder describir la alegría que sintió él y todos los de su compañía al enterarse de las nuevas que los naturales de “Taniha” les dieron por allarse tan cerca del fin de tan dudosa jornada como la que traían, lo que contribuyó a que en cierta medida olvidarán todos los trabajos pasados “y púsonos este esfuerzo para sufrir los presentes que no eran de menos condición”. Es difícil ubicar hoy la posición de estos pueblos, pero es de suponer dado la condición de baja densidad de población tanto en el pasado como en la actualidad en esta zona, y considerando el rumbo y ubicación geográfica de la ruta, parece probable que el pueblo “Taniha” se encontrase en lo que hoy es el pueblo de Machacas, o quizá también al poblado denominado Sarstún, a unos 20-25 kilómetros tierra adentro al hoy asentamiento poblacional llamado Livingston, localizado en la margen izquierda del rio Dulce justamente en su desembocadura al mar Caribe.
Livingston fue hasta la primera década el siglo XX el único puerto fluvial y marítimo importante en el Atlántico de Guatemala antes de la construcción y operación de los puertos actuales (puerto Barrios y Santo Tomás de Castilla) en la excelente bahía de Amatique a pocos kilómetros al S de Livingston.
Nito, San Gil de Buena Vista

Con ayuda adicional de dos indios viejos y cuatro indias que se tomaron en “Taniha” Cortés se informó que los españoles se encontraban a dos jornadas más de camino y que no había poblado alguno hasta allá, en un pueblo que tenía las casas junto a las costas del mar. Comisionó a su fiel lugarteniente Gonzalo de Sandoval para que con seis soldados y tres indios de a pie fueran a inspeccionar hasta la costa e informarse de todos los detalles de la presencia de españoles en el citado pueblo. Cortés creía que los españoles acampados en Nito era parte de la gente de Cristóbal de Olid y que el mismo pudiese estar ahí, por lo que pidió obrar con suma cautela y en secreto para poder sorprender a Olid y capturarlo.
Llegó la avanzada de exploración hacia la costa y haciéndose de una canoa de indios mercaderes de sal y maíz que venían por el mar para entrar el rio grande del Golfo Dulce, se embarcó con dos españoles mas los indios remeros que traía la canoa y con las tres guías, para terminar de costear y meterse al rio grande por la rivera izquierda, mientras el resto de su cuadrilla hacía el recorrido por tierra, ya que sabían que el recorrido hacia Nito estaba cerca.
Dice Díaz del Castillo que por fortuna esa mañana habían pasado el río en canoa desde Nito cuatro vecinos de la villa y un indio de cuba de la gente de Gil González de Ávila en busca de unas frutas denominadas zapotes para comer azadas ya que en la villa pasaban mucha hambre. Mientras estaban cortando frutas vieron la canoa donde venía Sandoval y sus compañeros y no supieron si huir o esperar. Fue determinante dicho encuentro para conocer bastante bien quienes eran dichos españoles y sobre todo noticias verídicas sobre Cristóbal de Olid, razón de presumible de la fatídica expedición de Cortés.
Nito es el nombre que Cortés traía en su memoria y en los lienzos que le proporcionó Apaspolón desde Acalan como el sitio donde estaban acampados los españoles y que Díaz del Castillo refiere como San Gil de Buena Vista. Era un asentamiento poblacional pequeño ubicado estratégicamente, desde el punto de vista comercial y militar, sobre la ribera derecha del río Grande hoy conocido como Río Dulce un poco adentro de la línea costera desde donde se puede ver relativamente cerca la desembocadura de este gigantesco río al mar Caribe en la conocida hoy como bahía de Amatique, Guatemala. Sobre la margen izquierda y exactamente en la confluencia del rio con la línea costera se encuentra actualmente la población de Livingston, cabecera actual de la municipalidad del mismo nombre.
El rio Dulce denominado rio Grande en las crónicas españolas, es un enorme caudal que descarga las aguas de una gran cuenca hidrológica que viene desde el departamento de Alta Verapaz con el rio Polochic como tributario principal que aporta el 70% del volumen de agua hacia el gran lago de Izabal que en la época de la colonia española se le llamó Golfo Dulce. Este lago tiene 589 kilómetros cuadrados, se encuentra a 10 msnm, representa el mayor cuerpo y reserva de agua dulce de Guatemala. Fue, como se dijo, la ruta fluvial comercial mas importante tanto en la época prehispánica como durante la colonia española para remontarse desde el mar Caribe hasta los altos de Guatemala incluyendo por supuesto la ciudad capital y viceversa.
Cortés supo por primera vez que la gente acampada en Nito era la de Gil González de Ávila y que estaban todos enfermos y casi muertos de hambre. Supo también del mal suceso de la armada de Francisco de las Casas enviado desde México por el mismo Cortés como segunda expedición marítima para buscar a Cristóbal de Olid y se perdió. También se enteró como Cristóbal de Olid mantuvo preso a de las Casas y a Gil González de Ávila así como la forma en que decapitaron en Naco a Cristóbal de Olid en cumplimiento de la sentencia por traición. Sabía ya Cortés quienes y cuantos de los españoles estaban en la Villa San Gil de Buena Vista y que hacía pocos días habían ahorcado a un teniente y capitán de apellido Armenta que les había dejado Gil González de Ávila, por no haberles permitido regresar a Cuba y por darle garrote a un clérigo que se decía llamar bachiller Velázquez que revolvía su villa, dejando por teniente a Antonio (Diego) Nieto.
Supo además que Francisco de las Casas y Gil González de Ávila se habían regresado a México por tierra usando la ruta de la gobernación de Guatemala ya sometida por Pedro de Alvarado. Dice José Luis Martínez que justamente iban de camino a México ambos capitanes a informar sobre el fin de Cristóbal de Olid, cuando Cortés, impaciente, decide emprender la expedición a las Hibueras para hacer una justicia que estaba consumada.
Se enteró también Cortés que dichos españoles tenían en su poder un navío que estaba calafateando en un puerto a media legua de ahí el cual querían usar para embarcarse e irse a Cuba. Un soldado español de los encontrados llamado Alonso Ortiz pidió adelantarse para darle a Cortés toda la información de primera mano con la venia de Gonzalo de Sandoval. Por todas la nuevas llevadas Cortés le regaló un caballo muy bueno que se llamaba Cabeza de Moro.
Con el escenario político y social mas claro y el camino despejado, partió Cortés con todo su ejercito rumbo a la costa con destino a Nito. Caminaron seis leguas (dos jornadas desde “Taniha” hasta el punto ribereño frente a Nito) encontrando un estero muy crecido y hondo pasando a vuelta de pie y a nado. Al llegar al gran rio del Golfo Dulce, el primero que quiso ir a la villa San Gil de Buena Vista o Nito, fue el mismo Cortés con seis soldados y sus mozos de espuelas en dos canoas atadas, una la que habían traído los soldados de Gil González de Ávila donde pasaron el rio para cortar zapotes, y la otra que Sandoval había tomado en la costa de los indios mercaderes de sal y maíz.
En ella pasó Cortés y sus mozos de la ribera izquierda a la derecha del rio Dulce para llegar desde el hoy Livingston hasta San Gil de Buena Vista. Luego en las mismas dos canoas mandó que le pasasen dos caballos nadando junto a las canoas. Dio ordenes de que el contingente no pasara ya que el rio venia con gran furia y estaba arrepentido de por el alto riesgo incurrido. Cortés y su contingente habían caminado casi aleatoriamente durante diez jornadas efectivas desde “Tenciz” hasta Nito, distancia que podrían representar unas treinta y siete a cuarenta leguas ( 175-190 kilómetros) bajo condiciones desastrosas particularmente de hambre. Fue recibido como un mesías.
Finalmente, el contingente de la expedición paso el río Dulce hacia Nito ocupando cinco días para esto ya que solo contaban con pocas canoas las cuales ataron de dos en dos. Dice Díaz del Castillo que en aquel río se ahogó un soldado con su caballo y nunca aparecieron los cuerpos de ambos. También se ahogaron dos caballos, uno de los cuales era de un soldado que se decía Solís Casquete que hacía bramuras por el y maldecía a Cortés y a su viaje.
Las condiciones en que encuentra Cortés a unos sesenta hombres y veinte mujeres en Nito eran peor comparada con las gentes de su expedición, porque aparte de ser pocos, desarmados y sin caballos estaban enfermos y casi muertos de hambre sin capacidad y posibilidad de movilización en busca de alimentos. Eran sobrevivientes de una expedición de conquista y colonización al mando de Gil González de Ávila que partió de La Española con cuatro buques y trescientos hombres en el primer intento serio de incorporar el territorio hibuerense a España. De una manera imprecisa Juan Mirelles señala que González de Ávila venía con el apoyo desde Panamá brindado por Pedro Arias de Ávila mejor conocido como Pedrarias Dávila, el controvertido Gobernador de Castilla de Oro (hoy Panamá y Colombia). “Quiero decir de la gran hambre que ahí en el pasar del rio hubo, y aún del murmurar de Cortés y de su venida, y aún de todos nosotros que le seguíamos. Pues cuando hubimos llegado al pueblo, no había bocado de cazabe que comer, ni aún los vecinos lo tenían, ni sabían caminos, si no era de dos pueblos que ahí cerca solían estar, que se habían ya despoblados. Y luego Cortés mando al capitán Luis Marín que con los vecinos de Guazacualco fuésemos a buscar maíz.”
Se tenía que buscar algún remedio y organizó tres puntos de exploración sucesivos por la costa del mar en busca de otras desembocaduras de ríos que pusiesen llevar a encontrar otros pueblos y comida. Las tres pequeñas expediciones fallaron totalmente en su intento de conseguir suficientes abastecimientos de comida después de invertir varias semanas de búsqueda: “Videme aquí en harto aprieto y necesidad, que no fuera por uno pocos puercos que me habían quedado del camino, que comíamos con tanta regla y sin pan ni sal, todos nos quedáramos aislados…No se puede decir lo que sentí el verme tan sin remedio, que casi estaba sin esperanzas de él, y con pensamiento que ninguno podía escapar de cuantos allí estábamos, sino morir de hambre.”
Sin embargo, la suerte estaba del lado de Cortés. Por esos días fatídicos fondeo un navío mercante que venía de las islas que traía hasta treinta hombres sin contar con la tripulación, trece caballos, setenta y tantos puercos, doce botas de carne salada y treinta cargas de pan. Cortés compro todos los bastimentos junto con el navío en cuatro mil pesos. Cortés hacía notar su poder económico en aquellos confines del mundo. Traía consigo mucha capacidad económica, generó una solución urgente de momento y dio nuevas expectativas para la conclusión de su viaje al punto de destino por lo menos temporal de su viaje a las Hibueras: Naco y la Villa de Trujillo en la costa de Honduras.
Cortés había iniciado con anterioridad los trabajos de reparación de una carabela que tenían la gente de Gil González de Ávila en Nito así como en restaurar un bergantín de otros de ahí habían quebrados. Una gente que venía el el navío de las islas que no era carpintero pero que era muy competente, fue decisivo en la reconstrucción del bergantín y ponerlo en condiciones de operación. Cortés tenía disponible tres navíos para echarse a la mar nuevamente! Una expedición exploratoria por tierra halló una vereda por sierras ásperas y a diez y ocho leguas de Nito fueron a salir a un poblado llamado “Leguela” (“Lequela” para López de Gómara) donde se encontraron muchos bastimentos pero como estaba tan lejos para acarrearlos fue imposible proveerse de ellos.
Sin embargo, de ciertos indios que tomaron el Leguela se tubo noticias frescas de Naco, que es un pueblo donde estuvieron Francisco de las Casas, Cristóbal de Olid y Gil González de Ávila, y donde justamente ejecutaron a Olid, lo cual fue corroborado por algunos españoles que estaban aposentados en dicho pueblo. Cortés mando a abrir un camino desde Nito hasta Leguela y comisionó a Gonzalo de Sandoval, fiel Capitán con mayor rango, para que condujera todo el contingente de su expedición por tierra y buscase después de Leguela la ruta hacia Naco, veinte leguas de ahí (“Noco” para López de Gómara), y trabajase en apaciguar a la gente de aquella provincia que había quedado muy alborotada tras el tiempo que estuvieron ahí aquellos capitanes. Dio instrucciones que llegado a Naco mandara correo a la bahía de San Andrés que esta a veinte leguas de dicho pueblo porque él se trasladaría a dicha bahía por mar y ahí debía esperar noticas e instrucciones.
Puede inferirse por la distancia reportada y el rumbo que tomo la expedición en general, que Leguela pudo ser un pueblo ubicado cerca de la desembocadura del rio Motagua al mar Caribe en la franja costera conocida como Punta Manabique. Debieron remontar el cerro llamado hoy San Gil para bordear la bahía de Amatique por la parte Sur y enfilarse hacia el SE con dirección a la boca del Motagua, rio que conforma hoy los límites naturales entre Guatemala y Honduras en el litoral caribeño. Estaban pues en dirección a la mentada “bahía de San Andrés” de Cortés muy probablemente bahía de Omoa sobre el litoral hondureño en la actualidad.
Después de la partida del grueso del contingente y listo los tres navíos quiso Cortés tomar la mar. Se habían quedado con él la gente enferma, los criados y algunas otras personas mas la tripulación que conduciría a los navíos.
Sin embargo, y pese a la existencia de reservas de alimentos, los consideró insuficientes ante las contingencias que podrían pasar el mar así como el riesgo de la gente enferma. “Yo, viendo la extrema necesidad en que estaba, y que era mas peligroso meterme a la mar sin bastimentos que no irlos a buscar por tierra, pospuesto todo, me determine subir aquel rio arriba”. Cortés tomó la decisión de posponer su salida al mar para proveerse de suficientes alimentos y emprendió otra nueva y paralela aventura, la exploración de río Dulce, el lago de Izabal y la cuenca del rio Polochic.
Por la cuenca de rio Polochic, en busca de comida

Cortés se entera por un capitán que se encontraba entre el grupo de cristianos abandonados en Nito, que habían incursionado remontando aquel gran rio con doscientos hombres, un bergantín y cuatro navíos de Gil González de Ávila. Que encontraron dos golfos grandes de agua dulce y alrededor de ellos muchos pueblos y bastimentos. Que había catorce leguas rio arriba hasta el fondo del segundo golfo y que entraron a un rio donde se angostaba que venía tan agresivo que en seis días de tratar se subir rio arriba solo habían logrado avanzar cuatro leguas. Que habían sido repelidos por los indígenas aún con la cantidad de gente que llevaba, saliendo heridos cierta cantidad de ellos. Hizo ver a Cortés que con la poca gente que el tenía no era recomendable volver a subir a dicha zona aún cuando en esta habrían suficientes bastimentos.
Dice Cortés que viendo la extrema necesidad en que estaba, era más peligroso meterse al mar sin alimentos suficientes que ir en busca de ellos. Tomó la decisión de subir el rio Dulce con cuarenta españoles aunque todos no en buenas condiciones, así como también con cincuenta indios mexicanos que se habían quedado con él. Utilizo el bergantín que ya tenía listo así como dos barcas y cuatro canoas. Dejo en Nito un despensero para atender y dar de comer a los enfermos que ahí quedaban. Inició el remonte del rio Dulce con gran dificultad por la fuerte corriente de tal manera que en dos noches y un día se pudo llegar al primer golfo (Golfete actual) que se encuentra a unas tres leguas desde Nito, mismo que tiene una longitud de doce leguas sin población alguna en sus riberas anegadas lo cual llevó un día de navegación hasta llegar a otra angostura que hace el río (poblado de Rio Dulce actual). Al siguiente día por la mañana entro al otro golfo “que era la cosa mas hermosa del mundo de ver que entre las mas ásperas y agrias sierras que puede ser, estaba una mar tan grande que boja y tiene en su contorno mas de treinta leguas”. Estaba en el gran Lago de Izabal denominado durante la colonia como Golfo Dulce.
La pequeña expedición se acercó a una de las costas y vieron un camino donde desembarcaron y caminaron dos tercios de legua para encontrar un pueblo deshabitado por la presencia de ellos. Hallaron el campo mucho maíz verde. Al siguiente día levantaron todo el maíz, lo embarcaron y navegaron hacia la otra costa del golfo (muy seguramente la costa derecha) con vientos contrarios perdiendo una canoa y a un indio ahogado.
Al tomar tierra nuevamente, el siguiente día encontraron un camino que le llevo a un pueblo que tenia algún tiempo abandonado donde encontraron muy buenas huertas de cacao y otros arboles frutales. Durante la búsqueda por los montes siguieron encontrando pequeñas aldeas con labranzas hasta encontrar otro pueblo con cuarenta casas y una gran labranza aunque todas abandonadas por la presencia de los españoles. Ahí pudieron recoger algo que dejaron los indios como gallinas, palomas, perdices y faisanes que tenían en jaulas aunque maíz seco y sal no encontraron. Con algunos indios locales que tomaron en los siguientes tres días buscaron mas pueblos y se enfrentaron con los indígenas locales en una escaramuza donde resultaron muertos doce incluyendo el señor de ese pueblo sin ser conocido hasta después de muerto, prendiendo quince hombres y veinte mujeres. El pueblo se llamaba “Chacujal” según Cortés, y fue sorprendido por los españoles cuando estaban celebrado una fiesta con atabalejos, tropetillas y emborrachados. Dice Cortés que era un gran pueblo y muy antiguo rico en todo género de bastimentos. Tampoco encontraron maíz seco.
Dos días después que llegaron a dicho pueblo partieron a otro lugar mas grande con indios de guía que decían estaba lleno de bastimentos de todo tipo y se anduvo ocho leguas también de mal camino y de muchos ríos y llegaron a unas muy grandes labranzas que pertenecían al pueblo donde iban, tomaron algunos leñadores y ocho cazadores. Pasaron la noche en el monte y a las tres de la mañana hicieron su aproximación al pueblo pasando un rio hasta el apecho que iba tan impetuoso, que si no se hubiesen cogido de las manos unos a otros hubiesen peligrado muchos. Más como hubo toque de alarma entraron peleando todavía de noche al pueblo. Vieron mucha gente con armas que soltaron una rociada de flechas y se fueron retirando mientras los españoles entraban al pueblo. El nombre de este pueblo curiosamente no es definido por Cortés ni por López de Gómara, y según se puede deducir de la crónica de Díaz del Castillo se infiere que se trata de “Zinacantenzintle” ubicado, según supo Bernal después, a setenta leguas de Guatemala.
Cortés y su gente salió de esta revuelta a una gran plaza donde ellos tenían sus mezquitas y oratorios. Dice López de Gómara que el pueblo tiene los templos al estilo de los de México y hablan un lenguaje muy diferente. Pasa por el un rio que cae al golfo Cortés comenta que el pueblo tiene las mezquitas y los aposentos alrededor de la plaza a la forma y manera de Culúa que no se habían visto de esa manera desde que pasaron por Acalan. Los españoles pasaron en aquella plaza un gran rato esperando la reacción de los guerreros indios. Al no sentir rumor entraron a muchas casas y en todas ellas había lumbre y hallaron muchos bastimentos pasando la noche ahí con el mejor recaudo que fue posible según el relato de Cortés.
Al siguiente día inspeccionaron el pueblo y encontraron que era muy bien trazado, con casas juntas y muy buenas. Se encontró mucho algodón hilado y por hilar, ropa hecha, mucha cantidad de maíz muy seco bueno y suficiente cacao, así como frijol, ají, sal, gallinas y faisanes en jaulas, perdices y perros de los que crían para comer y todo género de bastimentos. Era tan grande la cantidad de bastimentos que habían tomado de dicho pueblo que resultaba materialmente imposible cargarlos a cuestas por tierra y llevarlos por veinte leguas hasta donde estaban el bergantín y las otras canoas.
Optó Cortés en investigar la posibilidad de usar las vías fluviales y encontró que siguiendo el río que pasaba por este pueblo aguas abajo entraba o desembocaba en otro gran rio que llega a aquellos golfos dulces donde había dejado el bergantín, barcas y canoas. Así, caminado dos leguas por unas hermosas huertas de cacao y otras frutas dieron con el río grande que salía a los golfos llamado por los indios como rio “Apolochic”. Le informaron que desde ese punto hasta llegar a los golfos donde estaban sus naves se requerían cinco días rio abajo.
Resulta muy probable que la ruta terrestre que siguió Cortés al desembarcar en la costa derecha superior del lago de Izabal mas arriba del poblado actual llamado El Estor, haya seguido sin saberlo un recorrido con cierto paralelismo de unas dos o tres leguas respecto al recorrido que hace el rio Cahabón que baja desde el área de Lanquín y que descarga sus aguas al rio Polochic cerca del pueblo llamado Cahaboncito. Esto lleva a pensar que el pueblo donde Cortés tomó esa gran cantidad de bastimentos y que tenía una plaza con mezquitas como las de México que Díaz del Castillo llama “Zinacantenzintle”, que se encontraba a dos leguas del rio donde se embarcó toda carga acopiada, podría ser con mucha probabilidad la población actual llamada Cahabón perteneciente al departamento de Alta Verapaz antes llamado “Tezulutlán”.
Esto significa que el recorrido de cinco días que se requería para un recorrido fluvial de unas veinte leguas correspondía seguramente al transito entre el paso a dos leguas del poblado de Cahabón aguas abajo sobre el río del mismo nombre hasta desembocar al río Polochic, transitar por su cause principal y desembocar finalmente en la parte E del gran lago de Izabal. Durante la conquista militar y sobre todo la conquista religiosa de el Cahabón actual (“Chicaj`bom” o “Chik`ajb`om”, lugar de las pinturas celestiales en maya Q`eqchi`) realizada ente 1538 y 1543, es muy probable que todos los templos que registra cortés hayan sido demolidos para la construcción de las iglesias cristianas y edificaciones coloniales como sucedió en gran parte de Mesoamérica, particularmente en México. Así, vemos la iglesia católica principal de Cahabón se encuentra construida sobre un gran montículo. El único centro arqueológico actual se denomina “Chijolom”.
Cortés trató de subir las barcas desde el lago de Izabal por el rio Polochic hasta su confluencia con el rio Cahabón para cargar los bastimentos. Solo pudieron remontar una parte sobre el rio Polochic por la alta velocidad de la corriente, quedando a cinco leguas del paso de embarque de los bastimentos sobre el rio Cahabón después de seis días de recorrido rio arriba desde la boca el Polochic hasta el reencuentro con Cortés. En forma paralela Cortés mando construir cuatro balsas y canoas muy grandes para transportar cuarenta fanegas de maíz, frijol, ají, cacao más diez hombres que llevaron ocho días de trabajo.
La agente de Cortés recién llegada por el rio informó de varios intentos de pelea con los indios y que era muy seguro que de regreso fueran emboscados y atacados. No estaban equivocados. Se mandó a cargar todas las balsas y a preparar grandes palancas para su conducción rio debajo de ríos peligrosos. Despachó a un capitán con gente para que regresara por el camino que habían traído con instrucciones d esperar quien primero llegase al punto del lago donde habían dejado fondeado al bergantín. Cortés partió en una canoa en la retaguardia de las balsas con los únicos dos ballesteros que tenía.
Consientes que el regreso por el río era difícil por la gran corriente y peligroso por las emboscadas de los indios, inicia Cortés el descenso por el rio Cahabón para llegar a interceptar el gran rio Polochic con destino al Lago de Izabal. En tres horas llegaron donde habían quedado las barcas en su intento de remontar todo el trayecto y se intentó aliviar las balsas cargando las barcas, pero era tanto la corriente que las balsas no pudieron parar para el trasbordo. Cortés tomo una barca para seguir navegando tras las balsas “para que si alguna necesidad se les ofreciese, los pusiese socorrer de arriba para abajo mejor que de abajo para arriba” , y despachó una canoa para que fuera de delantera del contingente fluvial en alerta de ataques de indios.
Durante el recorrido inicial y ya casi de noche, una de las balsas fue sacada del cause por la furia del agua y se perdió la mitad de la carga ahogándose un indio mexicano. Durante la madrugada iniciaron los intentos de ataque de los indos que se movían muy bien por las riberas que conocían a la perfección. Cortés estaba enfermo con grandes calenturas sobre la barca y quería recostarse mas no pudo. En una vuelta del rio la velocidad del agua saco del cause a una barca y una balsa; fue ahí donde se inició el ataque mas fuerte de la expedición habiendo herido a casi todos incluso a Cortés en la cabeza. La entrada del rio en un pequeño cañón y la oscuridad, salvó a los españoles de la agresión mas importante de este viaje de tal manera que con la fuerte corriente las balsas se desplazaron rápido y salieron del alcance de los indios. Así anduvieron el resto de la noche solo escuchando gritos aislados desde los barrancos del rio ya que dichas riberas se encontraban muy pobladas y con muy hermosas huertas de cacao y otras frutas que son las mejores cosas que hay en aquellos lugares.
Cuando amaneció la pequeña expedición se encontraba a cinco leguas de la boca del Polochic que sale al lago donde estaba esperando el bergantín y llegaron a este casi al medio día, de manera que en un día entero y una noche se recorrieron veinte leguas grandes rio debajo entre parte de los ríos Cahabón y Polochic. Procedieron a trasbordar la carga y a secar lo mojado partiendo las barcas y canoas de regreso a Nito. Cortés se hizo a la vela con el bergantín para aproximarse al lugar donde debería reunirse con la gente que venía por tierra y después de esperar tres días, estos llegaron bien , excepto un español que murió casi súbitamente al comer algunas hierbas por el camino.
Con estos españoles llego un indio diferente en lengua y hábito de las costas del mar del Sur (pacifico de Guatemala) que dijo haber cerca de setenta leguas desde el pueblo donde los dejo Cortés (Alta Vera Paz, antes Tezulután o Teculutlán ) hasta su tierra donde se encontraba Pedro de Alvarado en su proceso de conquista de Guatemala. Recuerda Cortés memorias donde le habían informado con anticipación la presencia de españoles de la compañía de Alvarado en aquella provincia de Tecolutlán. Esto explica que no deberá confundirse el anteriormente citado “Tecolutlán” con la población actual llamada Tecolután perteneciente hoy al Departamento de Zacapa ubicado en la ruta a la zona Atlántica de Guatemala.
De regreso pasaron nuevamente al primer pueblo de la laguna de Izabal donde había saltado. Recogieron todo el maíz seco que habían visto verde más de veinte y cinco días atrás, complementando el fruto de la misión. Tardó Cortés en regresar a Nito treinta y cinco días con suficiente bastimentos para reiniciar su ruta por mar hacia Honduras.
RUTA POR HONDURAS

De acuerdo con los historiadores, Honduras debe su nombre a las honduras o fondos que los primeros pilotos españoles hallaron en sus costas, y por que al abandonarlas exclamaron “líbrenos Dios de estas honduras”. Durante la época de la conquista el territorio hondureño también fue conocido por los nombres de Hibueras o Higuëras; algunos españoles llegaron a llamarle “Nueva Extremadura”
Cortés hizo meter todos los bastimentos y la gente activa que había dejado en Nito cuya mayoría era la gente que había dejado Gil González de Ávila e hizo vela a la mar saliendo por la desembocadura del actual Rio Dulce al mar Caribe hacia la Bahía de Amatique. La Villa San Gil de Buena Vista no era un buen lugar para poblar según criterio de Cortés y quedó totalmente abandonada.
Muy lejos de ahí, en la ciudad de México, la situación política y social se había convertido en un caos. La lucha por el poder entre Salazar y Chirinos contra Estrada y Albornoz, todos ellos oficiales del rey de España, llegaba a su punto más álgido. Cada uno de estos personajes peleaba el poder para sí mismo. En agosto los más aventajados en la lucha por el poder –Chirinos y Salazar- difunden la noticia falsa de la muerte de Cortés y se hacen reconocer como Lugartenientes del Gobernador por el Cabildo de México.
Francisco de las Casas y Gil González de Ávila están de regreso en México después del conflicto con Cristóbal de Olid y se levantan contra las acciones de Salazar. Son detenidos, juzgados y sentenciados a muerte; milagrosamente se salvan y son deportados a Castilla. La gente leal a Cortés se refugian en el convento franciscano de México y en ocasión a un servicio fúnebre en memoria de Cortés, Salazar y Chirinos asaltan el convento y aprehenden a la gente leal del Capitán General. Se inicia acciones de tortura para buscar la confesión del “tesoro de Cortés”, roban todos los bienes del conquistador, duplican los tributos a los indios, ejecutan al primo de Cortés, Rodrigo de Paz y destituyen a Alonso Suazo alcalde de México expulsándolo a Cuba. Así fueron aquellos días de desgracia en México propiciados por la política del rey de España.

Villa Natividad de Nuestra Señora

Después de ocho días de navegación Cortés llegó a la Bahía de San Andrés, desembarcó en el nombrado Puerto de Caballos, bautizado después por Cortés como Villa Natividad de Nuestra Señora, hoy Puerto Cortés, ubicado en la Bahía de Omoa, Honduras. Este sitio fue calificado por Cortés como un buen puerto y buena tierra para poblar. En marzo de 1524, Gil González de Ávila había arribado al punto denominado Puerto Caballos, llamándolo así debido a que antes del desembarque los navíos de este fueron arremetidos por una fuerte tempestad que ocasionó la muerte de muchos de los caballos que llevaba en las bodegas los cuales mandó a echar al agua en dicho sitio. Desde su descubrimiento hasta la llegada de Gil González de Ávila, el territorio hondureño se mantuvo exento de intervención española, convirtiéndose así en el primer español en arribar a Honduras con propósito de conquista. Fue después de estos hechos cuando Gil González de Ávila continuó su navegación hasta la bahía de Amatique en Guatemala remontando un poco el Rio Dulce y funda la ya citada villa San Gil de Buena Vista en el punto precolombino llamado Nito.
Cortés consideró al punto “Puerto Caballos” como el mejor que hay en todas las costas descubiertas en tierra firme desde las Perlas hasta la Florida. Ahí debería de hallar o esperar la gente que debía venir de Naco y que había enviada desde Nito por tierra al mando de Gonzalo de Sandoval.
La gente tenía dos días de haber llegado a dicho punto, estaban bien, con suficiente maíz, ajís y frutas, pero sin carne ni sal en los últimos dos meses. Cortés estuvo veinte días en ese sitio poniendo orden en la gente que había venido de Naco a recibirlo. Se organizó la villa nombrando alcaldes y regidores, dejando clérigos, ornamentos y todo lo necesario para celebrar, así como herreros con buena fragua, carpinteros, calafate, barbero y sastre. Quedaron veinte caballos, algunos ballesteros, artillería y pólvora. Dejó como teniente responsable a Diego de Godody. Quedaron veinte vecinos de gente de la expedición de Gil González de Ávila y de gente nueva que habían venido de las islas. Más de la mitad de estas gentes murieron pronto debido a la secuela de fatiga y mala alimentación.
Cortés no podía ir a Naco, estaba sumamente interesado en ir al asentamiento que Francisco de las Casas había fundado y dejado a sesenta leguas de Nito costa abajo en un puerto que los pilotos llaman “de las Honduras” donde se había establecido una colonia de españoles de la expedición de Francisco de las Casas, Cristóbal de Olid y de Gil González de Ávila. Era el puerto Trujillo de hoy. Cortés estaba sumamente desgastado físicamente y notablemente enfermo.

Naco

La situación en Naco era muy complicada ya que la mayoría de sus pobladores habían abandonado sus casas para refugiarse en los montes y en las sierras debido al clima de calamidad que habían provocado los malos tratos y abusos cometidos por la gente de Gil González de Ávila y de Cristobal de Olid. Deberá recordarse que cuando la expedición de Francisco de las Casas llega a Naco –hoy pequeña población del departamento de Santa Bárbara- Olid tenía establecido ahí su cuartel general, toma prisionero tanto a Las Casas como a Gil González de Ávila y ambos detenidos logran aprender a Olid y lo ejecutan en su propio cuartel el 15 de enero de 1525. La conmoción y el clima general eran desastrosos al momento de la llegada de la gente del conquistador de México. Pese a la labor de Gonzalo de Sandoval los indios no querían regresar a los pueblos, particularmente a Naco.
Cortés giro instrucciones a sus capitanes que ya estaban en Nito de apaciguar la situación e invitar a gente importante de dicho pueblo para que viniese a verlo. Solo pudo lograr que llegasen comisionados indios ya que se dijeron que sus señores no querían venir a verlo por que todo lo dicho por Cortés lo habían dicho los otros españoles y les mintieron.
Es importante destacar que toda las poblaciones tanto de la costa Guatemala como de Honduras hablaban Náhuatl por lo que Malintzin podía comunicarse perfectamente con ellos, y consecuente con Cortés. El predominio de esta lengua en todas las zonas costeras de Honduras e incluso en Nicaragua, tiene un origen precolombino derivado de las rutas comerciales muy activas tanto terrestres como las fluviales, pero sobre todo las marítimas desde las costas mexicanas del Golfo hasta las costas de Centroamérica bordeando la península de Yucatán. Con Cristóbal de Olid llegó un contingente importante de gente mexicana que se estableció en Naco, villa que con anterioridad había tenido contactos comerciales con México y donde los indígenas de origen mexicano llegaron a constituir mayoría. Olid al llegar a la costa atlántica de Honduras funda a 75 kilómetros de Puerto Caballos la villa del “Triunfo de la Cruz”, futura ciudad de Tela, donde aguarda la inevitable reacción de Cortés.
Las fuerzas auxiliares mexicanas fundaron pueblos en Honduras como “Mejicapa” cerca del poblado llamado “Gracias”, donde dejaron huella en el folklore hondureño como la costumbre del “guancasco”. Impusieron también sus propios patrones religiosos en varias poblaciones como ocurrió en Gracias con la Virgen de Guadalupe. A esta aportación étnica del indígena mexicano se sumo el hecho de que, por mas de un siglo el Náhuatl se convirtió en la “lingua franca” de Honduras al igual que en el resto del virreinato, y fue el instrumento de los misioneros en la conquista espiritual.
Poco después de la llegada de Cortés las cosas empezaron a serenarse en los pueblos mas importantes de dicha provincia como “Cholome” (Choloma), “Zula” (San Pedro Sula), “Naco” y “Quimistlan” (Quimistán), de tal suerte que los señores de estos comunicaron al capitán de Cortés -después de saber por sus mensajeros todo lo que Cortés había hecho en México de parte de los indios mexicanos de la propia expedición-, que deseaban mucho que el propio Cortés fuese a dichos pueblos. Sandoval y su gente recorrieron los pueblos principales, y viendo los indios que no les demandaban nada mas lo que ellos quisieran dar, la gente empezó a regresar a sus pueblos. Cortés respondió que con buena voluntad iría si no fuera por la gran necesidad que tenía de seguir adelante en su viaje para dar órdenes hasta puerto Trujillo. Estos pueblos indígenas se ubicaban como ahora, tierra adentro de Puerto Cortés en dirección S- SW a una distancia no mayor a 14 leguas hasta “Quimistlán” siguiendo cierto paralelismo al rio Chamelecón en la ruta hacia el occidente que lleva hasta el sitio arqueológico de Copán muy próximo con la frontera del departamento de Chiquimula, Guatemala.
Al parecer el conquistador nunca fue a Naco personalmente. Su obsesión inmediata era llegar a la Trujillo para instalarse ahí, conocer primero todos los pormenores de la traición de Olid, y el conflicto posterior con Francisco de las Casas y Gil González de Ávila, así como instarse por tiempo indefinido. Sin duda, traía en mente como meta inmediata involucrarse en la conquista de Nicaragua. Su estancia en la villa Natividad de Nuestra Señora fue solo poblar y ordenar la pacificación de Naco y pueblos circunvecinos. No tenía interés inmediato de remontarse tierra adentro hacia el occidente de Honduras y dejo esta misión a sus capitanes de confianza.
En sus íntimos pensamientos y pese a la desdichada y criticada expedición por parte de sus gentes, Cortés se sentía liberado y creía encontrar paz en una nueva vida fuera de las intrigas y acosos de los oficiales reales enviados a México desde España apoyados políticamente por el Rey Carlos V. Durante esos días de estancia por la reciente fundada Villa Natividad, Cortés lucía cada vez mas enfermo, desconocía totalmente las contingencias políticas, la violencia así como el desastre social provocado por sus adversarios y traidores dejados en la Ciudad de México. Ello cambiaría diametralmente sus intensiones futuras de colonización a largo plazo en aquellas costas del Caribe centroamericano como eran muy probablemente sus planes personales.
Cortés despacho el navío que había comprado durante su estancia en Nito con destino a al puerto de Trujillo para informarse como estaban las cosa ahí. El barco regreso y con él también el procurador y regidor del pueblo. Le pidieron que debería ir cuanto antes a dicho puerto ya que habían muchas cosas que remediar debido que el Capitán que había dejado a cargo Francisco de las Casas cuando dejo Trujillo para regresar a México, así como la gente que dejó nombrada, se habían alzado en un navío llevándose cincuenta hombres de los ciento diez que eran, llevándose todas las armas y herrajes que tenían. Esto los dejó desprotegidos de las amenazas de los indios y la imposibilidad de salir del pueblo en busca de comida. Tenían ya serios problemas de suministros de alimentos.

La meta: Puerto Trujillo, el puerto de las honduras

El Almirante Cristóbal Colón desembarcó en el actual Trujillo el 14 de agosto de 1502 durante su cuarto y ultimo viaje a América. Era la primera vez que tocaba tierra en Centroamérica. Llamó a este lugar “Punta de Caxinas”. Como observó que en este sitio el agua era muy profunda, lo llamó “Golfo de las Honduras”. La historia de este pueblo inicia en 1524 cuando Cortés envió a Cristóbal de Olid para que fundara una base española en la región. Se estableció en una aldea en este sitio instalando la cede de sus operaciones para conquistar las Hibueras desconociendo la autoridad de Cortés. Francisco de las Casas llego en una segunda expedición para aprehender a Olid y se extravió con su flota por una tormenta siendo capturado por Olid. Después de recuperar la región para Cortés con la ejecución de Olid, Francisco de las Casas decidió reubicar el pueblo en el lugar actual bautizado como Puerto Trujillo por el alcalde Juan de Medina siguiendo las instrucciones suyas, ya que no estuvo presente en su fundación. Francisco de las Casas, primo de Cortés nació en Truxillo, provincia de Cáceres, España, y dejó órdenes para poner dicho nombre al nuevo pueblo.
Cortés se embarca a Trujillo en sus tres navíos con la gente enferma para enviarlos desde ahí a las Islas y la Nueva España, lleva también a sus criados y por supuesto a Malintzin y a su marido. En forma paralela despachó por tierra rumbo a Trujillo veinte gentes de a caballo y diez ballesteros utilizando los buenos caminos que existían aún con los varios ríos que habrían de cursarse. Cortés duro nueve días (seis dice Bernal) en la mar para llegar al puerto de las Honduras (Trujillo) después de algunos contratiempos. Desembarcó con dos frailes franciscanos que viajaban con el desde México y con diez criados.
Toda le gente del pueblo estaba en la playa esperándolo con gran júbilo al grado de besarle la mano, sacarlo y llevarlo en hombros hasta el pueblo. Muchos de aquellos vecinos eran bandoleros que fueron desterrados de Pánuco, México y aconsejaron después a Cristóbal de Olid para que desconociera a Cortés. Los traidores al hallase culpables demostraban humildad y arrepentimiento ante la imponente presencia y autoridad de Cortés que llegaba a juzgarlos y castigarlos de acuerdo con la percepción obvia de todos ellos. Le pedían clemencia.
Cortés con buenos tratos y ofrecimientos los abrazó y les perdonó. Después de dar gracias en la iglesia que tenían lo sentaron y rogaron que los escuchara para darle cuenta de todo lo sucedido antes de los juzgase. Un clérigo que ahí tenían a quien comisionaron para hablar, dio a Cortés un relato muy extenso y detallado de los hechos que se dieron entre Cristóbal de Olid, Francisco de las Casas y Gil González de Ávila que concluyeron con la ejecución de Olid en el pueblo de Naco, así como la forma en que se habían ido ambos camino de México.
Cortés hizo capitán general de Trujillo a su primo de apellido Sayavedra y mandó llamar a todos los pueblos de la comarca. Al saber estos que el recién llegado era el conquistador de México que le decían “capitán Malinche”, acudieron muchos y trajeron a Cortés muchos bastimentos. Después de dar la cátedra de rigor en relación al cristianismo y el vasallaje hacia el Rey Carlos V, pidió mucha gente para hacer desmontes en la villa y se pudiera ver la villa desde el mar, construir quince casas entre ellas una muy buena para Cortés. Aquí se entera cortés de algunos pueblos este ellos “Papayaca” no querían venir ya que estaban rebeldes.
Cortés estaba habido de noticias de las Islas y de México. Despachó un primer barco a la Habana, Cuba, o a Santo Domingo al mando de su primo Juan de Ávalos donde viajaban el Licenciado Pedro López, los frailes franciscanos, otras gentes de su servicio incluyendo a Antón de Carmona que había traído el navío con bastimentos que compró en Nito, y muchos soldados españoles de los traídos por el y de los que estaban ya en Trujillo.
Escribió a la Audiencia Real de Santo Domingo y de la Habana, así como a los frailes jerónimos, dando cuenta de su viaje de México hasta Honduras buscando a Cristóbal de Olid, y la forma en que dejó los poderes en México y los acontecimientos en Honduras entre Olid, las Casas y González de Ávila. Envió también muchas joyas y piezas que traía con el en su recamara desde México incluyendo su vajilla. El barco partió de Honduras vía Cozumel y pasando la punta de San Antón, que está junto a las sierras que se llaman de Guaniguanico a unas sesenta o setenta leguas de la Habana, fue sorprendido por una tempestad que golpeo al navío con tierra muriendo ahogados el capitán Ávalos, los frailes y muchos soldados.
Entre los quince sobrevivientes estaba el Licenciado en medicina Pedro López quien pudo llegar a la Habana dando la noticia que Cortés estaba vivo lo cual se supo como reguero de pólvora en toda la Isla. López escribió a la Real Audiencia de Santo Domingo en nombre de Cortés contando todo lo acaecido y la ubicación de Cortés en Trujillo. Era la gran noticia en las Islas del Caribe controladas por los españoles cuyas autoridades y pobladores consideraban muertos a Cortés y toda su expedición. Sin embargo, Bernal Díaz del Castillo cuenta que por esos días Cortés esta flaco, que había estado a punto de morir de calenturas, tristeza y por falta de noticias de la situación en México, de tal suerte que le tenían hechos sus hábitos del Señor San Francisco para enterrarlo con ellos.
Cortés sobrevive y despacha también el bergantín que disponía a la isla La Española con cartas a los Oidores contando la historia de su viaje y el fin de Cristóbal de Olid, solicitando que se mandase al bachiller Moreno a devolver a los indios que se llevo como esclavos de la provincia de “Papayeca” y “Chapagua” ( “Papaica” y “Chapaxina” para López de Gómara) Honduras. Envió los otros dos navíos que disponía a Jamaica y a la Trinidad de Cuba por bastimentos y aunque no tuvieron buen viaje no se perdieron. Las noticias sobre Cortés y su estancia en Honduras llegaron a los oidores de Santo Domingo y despacharon un navío mercader que venía de la Nueva España y regresaba nuevamente a Medellín, desviándolo hacia Trujillo para verificar si Cortés estaba vivo y en Honduras.
En ese navío escribió el Licenciado Suazo a Cortés todas la calamidades políticas y sociales acaecidas en México durante su ausencia y la supuesta de muerte del Capitán General ya descritas con anterioridad. Debe recordarse que Suazo fue hecho prisionero por los oficiales reales insubordinados y enviado preso a Cuba. Al leer Cortés estas cartas se reventaban de pesar y dolor expresando “Al ruin dadle el mando, y veréis quien es; yo me lo merezco, que hice honra a desconocidos, y no a los míos, que me siguieron toda su vida”. Ante la magnitud de las noticias Cortés no sabía si era mejor ir o enviar a alguien por no dejar perder aquella buena tierra. Tomó finalmente la decisión de ir personalmente a México para remediar la revuelta.
Dejó a Hernando de Saavedra, primo suyo, al mando de la plaza de Trujillo y mandó a decir a Gonzalo de Sandoval que regresara de Naco a México con toda la gente de su compañía por la ruta terrestre que siguió Francisco de las Casas rumbo al mar del sur pasando por Guatemala y el Ismo de Tehuantepec que tenía camino hecho, llano y seguro. Cortés se embarcó en el navío mercante que trajo la carta de Suazo con el propósito de regresar a Medellín (Veracruz, México). Después de tres intentos fallidos de hacerse a la mar por diferentes dificultades técnicas y climáticas, pensó que Dios no quería que dejase aquella tierra ni que fuese a México, pues tantas veces, saliendo con buen tiempo, se había vuelto al puerto.
Tomó entonces la decisión de enviar a un asistente suyo llamado Martín Dorantes en aquel navío llevando cartas para mucha gente y en especial poderes para Francisco de las Casas con el propósito de constituirlo Justicia Mayor, Capitán General y Gobernador interino de la Nueva España. El nombramiento estaba fechado en Villa Trujillo, Puerto y Cabo de Honduras, el 3 de enero de 1526. Revocó así mismo todos los poderes que había dejado antes y durante su partida a las Hibueras relacionados con la gobernación de México. Envió a algunos caballeros y otras personas principales de México para dar crédito de que no estaba muerto. Martín Dorantes llego a México al tiempo que llevaban preso a Francisco de las Casas rumbo a España; no pudo Cortés lograr su cometido de retomar el control político de la Nueva España. Sin embargo, bastó su llegada para que en la ciudad de México creyesen que Cortés estaba vivo y ello era un gran acontecimiento en aquellas tierras mexicanas.
En medio de trifulcas para someter a señores al vasallaje principalmente la provincia de “Papayeca” en el interior de Honduras y los conflictos de los indígenas con otro grupo de españoles enviados por tierra vía Nicaragua por Pedro Arias de Ávila, Pedrarias, al mando de Francisco Hernández de Córdova, trascurrieron casi tres meses cuando llegó a Trujillo una visita sumamente importante. Era Fray Diego Altamirano, franciscano y primo de Cortés. Este religioso, hombre de negocios y honra, dijo a Cortés que venia para llevarle a México para remediar los fuegos que andaban los españoles. Ya era hora de marcharse de regreso a México. Nuevamente Cortés se entera de todos los detalles de la situación extremadamente grave que estaba pasando la Nueva España.
El Capitán General toma la decisión de regresar a México por tierra por la ruta de Francisco de las Casas y Pedro de Alvarado habían transitado por Guatemala. Sin embargo, Fray Diego Altamirano le hizo ver que no era correcto hacer ese largo viaje por tierra ya que no había escarmentado del que había hecho desde la villa Espíritu Santo hasta la villa de Trujillo donde estaba. Se toma la decisión de regresar por mar a México. Se prepara el retorno con dos navíos bien abastecidos y todas las instrucciones para las villas de Natividad y Trujillo. Estado listos los navíos, Cortés embarca veinte españoles con sus respectivos caballos, muchos indios mexicanos y un cacique indio de las provincias rebeldes llamado Pizacura. Aborda también Malitzin a punto de dar a luz, y Juan Jaramillo, ente otros. Había recorrido unas 400 leguas (1680 km) desde la Villa Espíritu Santo y unas 510 leguas (2500 km) desde la Gran Tenochtitlán hasta Trujillo, Honduras respectivamente. Cortés partió del puerto de Trujillo el 25 de abril de 1526. El fantástico pero inútil viaje a las Hibueras y su forzado retorno a México fueron el parte aguas de su vida. Las cosas ya no fueron iguales para Cortés ni para La Nueva España, y mucho menos en la gracia del Rey Carlos V en España para con él.
Francisco López de Gómara concluye su libro La Conquista de México, describiendo un retrato de Cortés:
“Era Hernán Cortés de buena estatura, rehecho y de gran pecho; el color ceniciento, la barba clara, el cabello largo. Tenía gran fuerza, mucho ánimo, destreza en las armas. Fue travieso cuando muchacho, y cuando hombre fue sentado; y así, tuvo en la guerra buen lugar, y en la paz fue alcalde de Santiago de Barucoa, que era y es la mayor hombra de la ciudad entre vecinos. Ahí cobró reputación para lo que después fue. Fue muy dado a mujeres, y se dio siempre. Lo mismo hizo al juego, y juagaba a los dados a maravilla bien y alegremente. Fue muy gran comedor, y templado en el beber, teniendo abundancia. Sufría mucho el hambre con necesidad, según lo demostró en el camino de Higueras y en el mar que llamó de su nombre. Era duro porfiando, y así tubo más pleitos de los que convenía a su estado. Gastaba liberalísimamente en la guerra, en mujeres, por amigos y en antojos, mostrando escases en algunas cosas; por lo que le llamaban río de avenida. Vestía más pulido que rico, y así era hombre limpísimo. Se deleitaba en tener mucha casa y familia, mucha plata de servicio y de respeto. Se trataba muy de señor, y con tanta gravedad y cordura, que no daba pesadumbre ni parecía nuevo. Cuentan que le dijeron, siendo muchacho, que había de ganar muchas tierras y ser grandísimo señor. Era celoso en su casa, siendo atrevido en las ajenas; condición de putañeros. Era devoto, rezaba, y sabía muchas oraciones y salmos de coro; grandísimo limosnero; y así, encargó mucho a su hijo, cuando se moría, la limosna. Daba cada año mil ducados por Dios de ordinario; y algunas veces tomó a cambio dinero para limosnas, diciendo que con aquel interés rescataba sus pecados. Puso en sus reposteros y armas: Judicum Domini aprehendit eos, et fortitudo ejeus corroboravit brachium meum; letra muy a propósito de la conquista. Tal fue, como habéis oído, cortés, conquistador de la Nueva España; y por haber comenzado yo la conquista de México en su nacimiento, la termino con su muerte”.
Octavio Paz dijo “Es muy difícil querer a Cortés, pero es imposible no admirarlo”. Sin duda, la historia seguirá hablado de él a casi quinientos años del inicio de la ocupación española en un México actual tan inverosímil.
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Elaborado por: Miguel A. Contreras Martínez de Escobar, Ing. Agrónomo, con el gusto por la historia.
Fecha: Julio 2016.

Dedicado a mi hermano Emilio quien me empujó a escribir estas notas.

 

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