Dos políticos de nivel se mueven por los pasillos del CEN del PRI, de Gobernación, del Senado y de la Cámara de Diputados. Por orden de aparición: Humberto Mayans y Georgina Trujillo. Bien haría el presidente Ochoa Reza de consultarlos. De amplia experiencia ambos, serían incapaces de mal informar al comité para la toma de decisiones. El CEN ha tomado decisiones fatales, lo que da a entender que no los han consultado y, en consecuencia, el rechazo a las imposiciones en el tricolor son la antesala de una derrota anunciada.

Lo bueno
Los priistas no harán deserciones de su partido, han comprendido que salir a la búsqueda de aventuras en las izquierdas sería desgastante y una pérdida de tiempo. El PRD tiene más tribus que las nahuatlacas, pero tiene una ventaja enorme, cuentan con un liderazgo en menesteres políticos y otras cosas, además del reconocimiento en el ámbito nacional por su profesionalismo: Arturo Núñez Jiménez. Morena presume una ventaja también, el voto duro radical que le asegura un lugar al candidato de ese partido de manera fáctica, pero una gran desventaja, AMLO es un hombre de decisiones de último momento. Ni están todos los que son, ni son todos los que están. Es totalmente impredecible, pero en ambos casos, el nuevo líder del PRI, nuevo en estos difíciles caminos de hacer política electoral, poco o nada tiene que hacer.

Lo malo
Ya aprendieron. En los dos procesos electorales pasados, la votación del PRI, si bien copiosa, ha sido para los de enfrente y no para el tricolor. Los grupos que puede llevar a un triunfador a la gubernatura, los acaban de vapulear al imponerle un presidente sin fortaleza política. El voto lo dan las bases y esos hoy fueron olvidados. Regresaron esos grupos que manipularon a la diputada Liliana Madrigal para una derrota humillante que prefirieron perder Centro, que rescatar a su partido hoy hundido en la derrota. Pero si en el CEN dicen que el nuevo presidente del Institucional en Tabasco está por encima de los liderazgos de Morena y del PRD, pos ta güeno. Dios bendiga a sus candidatos.

En Rumbo Nuevo se criticó de manera directa el arribo de Erubiel y de Valdivia de Dios, pero la verdad nos equivocamos, ahora está peor. Más valía malos conocidos que buenos por conocer. Sobre todo cuando se juegan el destino de su partido al menos por los próximos seis años de gobierno.