Corte de Caja
Barbosa, Barrales, Ortega…un partido en terapia intensiva: PRD José Martínez Como en todo partido, en el de la Revolución Democrática (PRD) hay de todo. Pero parece que muchos desde adentro se han propuesto contribuir a su desmantelamiento. No bastó la anunciada y necesaria salida de Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes (que eran un […]
24 de marzo de 2017

Barbosa, Barrales, Ortega…un partido en terapia intensiva: PRD

José Martínez
Como en todo partido, en el de la Revolución Democrática (PRD) hay de todo. Pero parece que muchos desde adentro se han propuesto contribuir a su desmantelamiento. No bastó la anunciada y necesaria salida de Andrés Manuel López Obrador y sus simpatizantes (que eran un partido dentro de otro), sino que ahora varios de los que se quedaron de manera voluntaria o involuntaria están haciendo temblar las estructuras de la organización solaztequista. Allí, le decía, hay de todo; desde convencidos militantes por una propuesta distinta, hasta oportunistas y chapulines.

Las piezas del ajedrez continúan moviéndose en el PRD nacional. Aunque más bien son simples fichas en un tablero que se juegan en un café -con el fin de controlar el poder-, porque están usando toda clase de estrategias, incluida la provocación, golpes bajos y los tropezones.

Desde hace un tiempo se habla de una ruptura en el partido amarillo. Esto por las diversas corrientes que, aseguran, lo estrangulan y se jalonean; sin embargo, continúa respirando. No con al mismo ritmo, porque las traiciones y la ambición han mermado su sistema de vida.

Todavía no se aplaca el polvo que levantó la declaración del senador perredista Miguel Barbosa Huerta, quien dijo que apoyará a Andrés Manuel López Obrador. No esperó una posición oficial de su partido respecto a las alianzas, lo que provocó una serie de enfrentamientos en el más alto nivel, a tal grado que Alejandra Barrales intervino para quitarlo de la coordinación, quedando Raúl Morón Orozco.

Como una respuesta, las piezas tomaron otro rumbo. Hace unos días se descubrió que la dirigente nacional Barrales había adquirido un departamento en los Estados Unidos por casi un millón de dólares.

Aunque había cumplido con la presentación de su declaración 3de3, al parecer esta propiedad la ocultó. Y como bien dicen: no hagas cosas malas que sean pésimas.
La pregunta obligada que suele hacerse es si como azafata y luego como política, le alcanzaría para comprar el departamento tasado en billetes verdes.

Todos tienen derecho a tener una casa, vivienda o techo para cobijarse de la intemperie. La problemática es la explicación. ¿Cómo se adquirió? Pero hay un ingrediente político: el golpe mediático que significa para el PRD.

Barrales presume una defensa: sí la adquirió, pero con enganches diferidos desde hace siete meses, y por 30 años. Argumenta que tuvo que vender otra propiedad para dar un adelanto.

La legisladora trata de explicar que el mecanismo se hizo casi como una vivienda social de Infonavit. Aunque la institución federal suele ser mucho más agresiva con sus clientes.

Al verse entre las cuerdas, y como un modo de protección para no caer al vacío, anunció que regresaría al Senado (de nuevo mueve las fichas), por lo que se entendió que renunciaba como lideresa del PRD. Pero resulta que no, según se dice, porque pretende ser senadora y dirigente al mismo tiempo.

Raúl Morón –el jefe interino de la fracción perredista en el Senado- advirtió que existe una incompatibilidad. Exige que Barrales pida licencia a su cargo como presidenta.

Para el senador Barbosa (ahora de sangre morenista) sólo hay una tesis: impedir que su grupo regrese a la coordinación, y que sea Dolores Padierna quien le entre al quite. Un enredo. Lo cierto es que el PR tiene que resolver lo más pronto posible el entuerto y la guerra entre las corrientes.

Haberes
El tema del agua es delicado, algunos especialistas aseguran que se puede generar una crisis por este recurso, incluso, ya se comparó con lo sucedido por el petróleo. Y tienen razón: una riqueza mal administrada puede llevar a la pobreza.

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