Crystiam Estrada Sánchez
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Aceptar dinero, a cambio de votar por algún partido político en especial, depende de la capacidad mental y racional de la persona, y de que esta diga si o diga no, a tal proposición.

Nos quejamos de que los gobernantes no cambian, de que las personas que conducen en las calles algún automóvil no cambian, de que los sistemas no cambian, de que nada cambia. Sólo cambian las cosas, pero las personas no. Sin embargo, ¿cuándo nos vamos a proponer que el cambio debe venir de nosotros? Si queremos que las cosas cambien, debemos iniciar desde nosotros mismos.

En la universidad, tuve una maestra que impartía la asignatura de metodología, ella siempre nos comentaba, que las personas no cambian, las personas maduran; es cierto, no cambiamos, seguimos siendo iguales de groseros, comelones, habladores, corruptos, sinvergüenzas, perversos o como seamos, eso depende de cada quien; pero a medida de que crecemos en edad, nos vamos dando cuenta de dónde y con quién podemos comportarnos de tal o cual forma; vamos aprendiendo a decir las cosas de alguna manera u otra, dependiendo de con quién estemos, pero también, vamos adquiriendo madurez y compromisos o nuevos roles, que nos hacen no ser diferentes, sino personas con madurez.

Basta con razonar y tener memoria, conocer a quienes nos piden votar por ellos; haciéndolo sin una torta o un refresco a cambio, sin la intención de obtener algo a cambio, haciéndolo pensando en todos, en el bien común. Pensemos en los hijos, en los más pequeños.

Cada vez las oportunidades son menos, no son los tiempos de antes en los que por ser el compadre, amigo o vecino de alguien influyente podías acceder a un empleo, a una beca, a una base, a ser un líder o a obtener algo. Es más, con la mano en la cintura, muchas personas disfrutaban sus vacaciones en el extranjero, fiestas de opulencia, casas que ahora no ya no pueden mantener, amantes con hijos a los que tampoco pueden mantener; esos tiempos ya pasaron, ya cambiaron, ya se fueron.

Las reformas electoral, educativa y laboral, no son más que el cierre de la llave, del abuso, del atropello, de la corrupción, en la que hemos caído todos, ciudadanos y autoridades, por eso, lo mejor es cuidar lo que tenemos y madurar, pero en un sentido estricto de lo que implica la madurez en el ser humano; con buen ejemplo, pensando en lo que vamos a heredar a los que viene detrás de nosotros, pensando en lo bueno que tiene y da nuestra tierra, pensando en lo correcto que es trabajar juntos y recibir beneficios también todos juntos. No sé si esto se logre, pero de no ser así, estaríamos ahora sí, destruyendo no la gallina de los huevos de oro, sino destruyéndonos a nosotros mismos y a nuestra descendencia.

Gracias a Dios por la vida, la salud, las vacaciones (no hay para salir), los amigos, la familia. Gracias a usted por su tiempo de lectura y que Dios nos bendiga.
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P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?